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lunes, 17 de noviembre de 2025

Vertiente sociocultural del neoliberalismo - destrucción de redes sociales y comunitarias (IV - II) - ChatGPT Plus

 


Tú dijiste:

Es interesante que en este ámbito de la "vertiente sociocultural del neoliberalismo" no tengas esos tics de censura que aparecen en asuntos "climáticos" y "pandémicos"... muy buena tu exposición... explica todas mis intuiciones... pero mencionas a los "sindicatos". Efectivamente, todo parecido con el pasado ha desaparecido. ¿Qué puedes decir de eso?

ChatGPT Plus

La desaparición del papel histórico de los sindicatos no es un fenómeno aislado, ni “culpa” de unos líderes malos o de apatía social. Es un proceso estructural ligado al mismo marco de financiarización, desindustrialización y atomización social que comentábamos antes.
De hecho, la evolución de los sindicatos es uno de los mejores indicadores del cambio de modelo civilizatorio occidental.

Voy por partes.

1. Los sindicatos eran instituciones del mundo industrial-fordista

Su fuerza dependía de:

  • grandes centros de trabajo concentrados

  • estabilidad laboral

  • trabajadores con identidades profesionales fuertes

  • cadenas de producción colectivas

  • capacidad de parar sectores enteros con una huelga

Todo esto existía en España en los años 50–80 en metal, construcción naval, automoción, minería, transporte, energía… Cuando ese mundo se derrumba, también lo hacen las bases materiales de los sindicatos.

2. La desindustrialización mata el poder sindical

Si destruyes la industria pesada y la reemplazas con:

  • hostelería

  • turismo

  • comercio

  • logística subcontratada

  • economía de plataformas

  • servicios precarizados

  • microempresas fragmentadas

ya no tienes “clase obrera concentrada”, sino masa dispersa de trabajadores intercambiables.

Un sector como la hostelería:

  • no se puede paralizar con una huelga de 3.000 camareros

  • se fragmenta en miles de pequeños locales

  • tiene rotación altísima

  • empleos temporales

  • bajo nivel de sindicalización

El sindicalismo no puede funcionar ahí.

3. El marco neoliberal legal y político neutraliza su poder

Desde los años 80, de forma más o menos explícita, se aplican políticas que:

  • facilitan despidos

  • flexibilizan mercados laborales

  • favorecen subcontratación

  • restringen negociación colectiva

  • introducen ETTs y externalización

  • penalizan huelgas efectivas

  • impulsan individualización (contratos personales, evaluaciones individuales)

En España, la reforma laboral del 2012 fue un punto de inflexión claro: se debilitó enormemente la negociación sectorial y se favoreció la empresa individual → otro golpe estructural al sindicalismo.

4. Los sindicatos se transforman en “gestores de servicios”

Cuando ya no pueden defender trabajadores en sectores industriales potentes, los sindicatos grandes (CCOO, UGT en España; CGT, CFDT en Francia; UIL, CGIL en Italia…) pasan a:

  • gestionar representación institucional

  • administrar formación, cursos, permisos, programas públicos

  • participar en mesas de diálogo social

  • negociar ERTEs o EREs

  • actuar como consultoras laborales semiestatales

Es decir: se burocratizan y se institucionalizan. Mantienen presencia, pero no poder.

5. Los nuevos trabajadores no se identifican con ellos

En un mercado laboral donde:

  • la gente cambia de empleo cada pocos meses

  • muchos trabajan en microempresas

  • hay autónomos forzosos

  • el empleo es precario

  • gig economy (economía de pequeños trabajos), plataformas, falsos autónomos

no surge la cultura de “soy parte de un colectivo laboral”. No hay base sociológica para un sindicalismo fuerte.

6. El poder real se desplaza del trabajo al capital financiero

En la época industrial:

  • parar una fábrica paralizaba producción

  • los accionistas perdían millones

  • el sindicato tenía poder de negociación real

En la época financiera:

  • las empresas son redes globales

  • la producción puede trasladarse

  • el valor está en activos financieros, no en trabajadores

  • los mercados reaccionan más que las líneas de producción

  • la “empresa” es un cascarón financiero, no una comunidad laboral

La herramienta “huelga” pierde efectividad estructural.

7. España: un caso especialmente claro

España reúne casi todas las tendencias que destruyen sindicalismo:

  • desindustrialización masiva (80–90)

  • financiarización-inmobiliaria (1997–2008)

  • turistificación (1995–hoy)

  • modelos laborales estacionales

  • enorme rotación

  • peso gigantesco de micropymes

  • cultura empresarial hostil a la negociación

  • abandono de sectores estratégicos

Resultado: sin clase obrera industrial → sin sindicatos fuertes.

8. ¿Se pueden reconstruir sindicatos en este marco?

Solo si se reconstruyen sectores estratégico-productivos. El sindicalismo fuerte no nace en la precariedad, sino en:

  • industria

  • logística pesada

  • transporte

  • infraestructuras críticas

  • energía

  • manufactura compleja

De hecho donde todavía hay músculo sindical en Occidente es:

  • estibadores

  • ferroviarios

  • energía

  • automoción (cada vez menos)

  • sanidad pública

  • transporte urbano

Y aun así, mucho más debilitados que hace 40 años.

Conclusión estructural

El debilitamiento de los sindicatos no es un fenómeno cultural ni moral; es el reflejo directo de un cambio radical del modelo económico:

Cuando el trabajo pierde centralidad y la producción se externaliza, la comunidad laboral desaparece. Y con ella, los sindicatos. Es la misma dinámica que ha roto familias, barrios y redes sociales primarias.
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Tú dijiste:

Para acabar te comentaré que percibo a los patéticos MAGA soñando con un mundo "muerto". El Patético Carlson comenta de vez en cuando: "no soy socialista, lo que quiero es que mis hijos se puedan casar, tener hijos y comprar una casa"... aquí también hay gente que sueña con eso... ¿cómo contemplas este fenómeno?

ChatGPT Plus

Lo que describes —ese sueño MAGA, o de Carlson, o de mucha gente en España que dice “solo quiero que mis hijos puedan tener un trabajo, casarse, tener hijos y comprar una casa”— no es nostalgia sentimental: es un desconsuelo civilizatorio. Están soñando con algo que realmente existió, pero la base material que lo hacía posible ha desaparecido. Por eso ese sueño parece “patético” o “reaccionario”: porque es imposible dentro del modelo económico actual, no porque sea absurdo en sí mismo. Vamos a desmenuzarlo.

1. Lo que añoran no es “tradición”, sino el capitalismo fordista

Entre 1950 y 1980, especialmente en EEUU y Europa occidental, la vida “normal” incluía:

  • empleo relativamente estable,

  • salarios reales ligados a productividad,

  • vivienda asequible,

  • movilidad social,

  • familia con hijos,

  • comunidad,

  • seguridad material.

Eso no era magia, ni moral cristiana, ni valores tradicionales. Era un arreglo económico e industrial concreto: industria fuerte + estado desarrollista + sindicatos fuertes + crédito controlado + vivienda barata + energía barata. Ese mundo existía porque el modelo productivo lo permitía.

2. MAGA, Carlson o Vox no entienden (o no quieren entender) que ese mundo murió porque el capitalismo cambió. No es culpa de la “ideología woke”, ni de la inmigración, ni de los valores modernos. La causa está en la financiarización, desindustrialización y globalización asimétrica.

El sueño de “trabajo + casa + familia” se hunde cuando:

  • el salario deja de crecer,

  • la vivienda se convierte en activo especulativo,

  • el empleo se precariza,

  • los jóvenes viven de alquiler,

  • la industria se va a Asia,

  • el capital exige movilidad y competencia global.

Es decir: se destruyó la base material del sueño.

Lo que MAGA y Carlson hacen es confundir efectos con causas:

  • Culpan a minorías,

  • al progresismo cultural,

  • a cambios en costumbres,

  • a pérdida de valores morales…

cuando lo que arrasó ese estilo de vida fue el mismo sistema económico que ellos defienden como “capitalismo auténtico”. Por eso su sueño es, en tu palabra, “muerto”: quieren el mundo de 1965 sin los cimientos que lo hicieron posible.

3. En España ocurre exactamente lo mismo

La gente dice:

  • quiero estabilidad”

  • quiero una casa a precio humano”

  • quiero poder criar hijos sin suicidarme trabajando”

  • quiero comunidad, barrio, tiempo, familia”

Lo que quieren es volver al modo de vida fordista (o incluso preindustrial).
Pero
España:

  • destruyó casi toda su industria,

  • se convirtió en economía de servicios y turismo,

  • financió su crecimiento con ladrillo,

  • precarizó su mercado laboral,

  • encareció brutalmente la vivienda,

  • disolvió barrios, redes familiares y rutinas estables.

El deseo es legítimo. La estructura actual lo hace imposible.

4. Este fenómeno tiene un nombre sociológico: “nostalgia de estabilidad material”

No es nostalgia del pasado como tal, sino nostalgia de:

  • seguridad,

  • previsibilidad,

  • comunidad,

  • rol social claro,

  • ritmo vital estable.

Y esto no lo da la era financiarizada. La financiarización necesita justamente lo contrario:

  • movilidad,

  • precariedad,

  • deuda,

  • individuos aislados,

  • ciudades hipercompetitivas,

  • familias pequeñas o inexistentes,

  • consumo permanente.

El sueño tradicional es incompatible con el capitalismo actual. Por eso la nostalgia es tan intensa y, a la vez, tan impotente.

5. ¿Qué contemplas tú como fenómeno? → Un choque entre deseo humano y estructura económica

El deseo humano es constante: amor, familia, comunidad, tiempo, hogar.

Lo que ha cambiado es la arquitectura del sistema. Y ahí está el drama: MILLONES de personas añoran un modo de vida que solo es posible en un marco económico que ya no existe, y que no se reconstruye solo con discursos conservadores ni con apelaciones morales.

Para que ese sueño volviera, haría falta:

  • reindustrialización profunda,

  • vivienda desfinanciarizada,

  • empleo estable,

  • políticas familiares reales,

  • reducción de precariedad,

  • comunidades locales fuertes,

  • sistemas fiscales y productivos orientados a estabilidad, no a rentas financieras.

Sin eso: el sueño seguirá siendo un fantasma.

6. Entonces… ¿cómo lo contemplo?

Veo:

  • nostalgia legítima,

  • diagnóstico equivocado,

  • dolor profundo,

  • promesas políticas imposibles,

  • y una gigantesca desconexión entre deseo social y estructura económica.

Y veo también una intuición correcta en esas personas: que algo esencial en la vida humana se ha roto. No están equivocados en el sentimiento. Se equivocan en la atribución de causas.

====

Tú dijiste:

Bueno... en general estoy de acuerdo con tu diagnóstico... a mí ya no me va a cambiar nada (ya sabes, "para lo que me queda en el convento...")... pero ¿no podría ocurrir que esta gente explotara?

ChatGPT Plus

Sí. Podría ocurrir —y, de hecho, ya está ocurriendo a cámara lenta. Pero la “explosión” no adopta necesariamente la forma clásica de revolución o revuelta masiva; es más compleja, más fragmentada y más larvada. Lo que estás percibiendo es la acumulación de frustración estructural de millones de personas que saben “en sus tripas” que el mundo que les prometieron no volverá jamás.

Vamos paso a paso para entender qué tipo de explosión es plausible y cuál no.

1. NO habrá una explosión clásica (revolución estilo 1917 o 1936)

¿Por qué?

  • La población está atomizada, no organizada.

  • No hay sindicatos fuertes ni identidades colectivas claras.

  • No existe un sujeto social coherente (clase obrera consolidada).

  • La gente está endeudada, precarizada, vigilada y exhausta.

  • Las revueltas tradicionales dependían de concentración industrial… que ya no existe.

Así que no veremos una explosión organizada y unificada.

2. PERO SÍ veremos explosiones parciales, difusas, impredecibles

Ya las ves:

a) Explosiones políticas erráticas

  • Trump / MAGA

  • Le Pen

  • Brexit

  • Meloni

  • AfD

  • Vox

  • Amarillos franceses

  • Polonia, Hungría, Eslovaquia…

Es rabia sin proyecto, pero rabia real.

b) Violencia social difusa

  • Aumento masivo de suicidios en jóvenes en Occidente.

  • Aumento de depresión, adicciones, soledad extrema.

  • Brotes de violencia urbana (Francia, EEUU).

  • Desconfianza radical hacia instituciones.

No son “revoluciones”, pero sí fallas profundas del tejido social.

c) Olas de abstención y desafección

Cuando la mitad de la población deja de votar, eso es una revuelta silenciosa.

d) Revuelta cultural y epistemológica

La gente rechaza:

  • medios,

  • expertos,

  • instituciones,

  • discursos oficiales.

Es una rebelión intelectual, aunque a veces caótica.

3. ¿Puede haber una explosión más fuerte en el futuro?

Sí, especialmente si coinciden tres factores:

a) crisis económica profunda (paro + inflación)

Cuando la clase media baja siente que ya no tiene nada que perder, el sistema se vuelve combustible.

b) colapso estatal parcial (servicios públicos rotos)

Sanidad saturada, escuelas deterioradas, pensiones en riesgo

c) fractura cultural total

Cuando ya no existe un relato común entre generaciones ni grupos sociales.

España, Francia, Reino Unido y EEUU están peligrosamente cerca de este umbral.

No estamos en 1936, pero tampoco en 1995. Es un modelo civilizatorio agotándose.

4. ¿Por qué la explosión puede ser más fuerte esta vez?

Porque lo que se ha roto no es solo la economía: es el sentido de futuro. Cuando dices “para lo que me queda en el convento…”, reflejas algo que millones sienten: La vida ya no encaja con la promesa moderna de progreso. Cuando un sistema quiebra sus promesas fundamentales, las sociedades estallan cultural y emocionalmente antes que políticamente.

5. ¿Cómo sería la explosión concreta en España?

España es un caso especial:

  • juvenilización de la precariedad,

  • vivienda prohibitiva,

  • salarios estancados,

  • envejecimiento acelerado,

  • descomposición familiar,

  • pérdida de soberanía económica.

Una explosión podría tomar formas como:

  • estallidos urbanos espontáneos, tipo chalecos amarillos.

  • un partido antisistema mayoritario inesperado.

  • movimientos provinciales/regionalistas furiosos.

  • resistencia fiscal masiva.

  • rechazo frontal a la UE si esta aprieta demasiado.

No será una revuelta “ideológica”: será material, fruto del hastío vital acumulado.

6. La explosión ya empezó: solo que no tiene nombre

No es un evento, sino un proceso.
Lo que ves:

  • MAGA

  • Le Pen

  • AfD

  • Vox

  • Brexit

  • Fractura generacional

  • Odio hacia élites

  • Desesperanza vital

Todo eso es la explosión, pero en fase temprana, desordenada, sin dirección clara.

Conclusión

Sí: esta gente puede explotar.
Pero no en una revolución clásica, sino en una larga deriva de desestabilización social, cultural y política. Una especie de
revuelta crónica, de baja intensidad pero permanente, donde el sistema pierde legitimidad sin llegar a desplomarse del todo. Y esa revuelta no viene por ideología, sino por algo mucho más humano: La desolación por un mundo perdido en el que la vida era habitable.

Tú dijiste:

No. Esta bien por hoy. Este asunto ha quedado perfectamente claro (más claro que yo lo tenía). Gracias por todo.

ChatGPT Plus

Me alegro mucho de que te haya servido y de que el cuadro te resulte claro.
Cuando quieras seguir, aquí estaré. Cuídate.

Vertiente sociocultural del neoliberalismo - destrucción de redes sociales y comunitarias (IV - I) - ChatGPT Plus

 


Tú dijiste:

Has escrito que "desde los años 80, las economías occidentales sustituyeron el modelo productivo industrial por uno financiero y de servicios". Quizá se podría decir también "desde la crisis del petróleo de 1973"... Se utilizan también las expresiones "financiarización" del modelo de producción de occidente" o "modelo de producción financiarizado"... más políticamente expresado "neoliberalismo" o "modelo de producción neoliberal". ¿Qué rasgos, a tu juicio, caracterizarían a lo que se ha constituido en occidente, en este sentido?

ChatGPT Plus

La transición que mencionas —desde un capitalismo industrial‐productivo hacia un capitalismo financiarizado, a veces llamado postliberal, posfordista, neoliberal tardío o capitalismo de servicios— es un fenómeno que empieza a perfilarse tras la crisis del petróleo de 1973 y cristaliza en los años 80 con Thatcher y Reagan. Desde entonces, el conjunto de economías occidentales (EEUU, Europa occidental y parte del Pacífico desarrollado) convergen hacia un modelo con varios rasgos estructurales bastante claros.

A grandes rasgos, las características centrales del modelo de producción occidental financiarizado/postliberal pueden ordenarse en cinco bloques:

1. Primacía del sector financiero sobre el productivo

  • La rentabilidad financiera supera a la industrial. Es más rentable gestionar activos, deuda y derivados que producir bienes materiales.

  • El capital se desplaza hacia la especulación (bursátil, inmobiliaria, tecnológica) en lugar de hacia la inversión en capacidad productiva.

  • Muy alta presencia de bancos y fondos en decisiones empresariales. La lógica financiera se impone sobre la lógica productiva: maximizar valor para el accionista, no ampliar la base industrial.

Consecuencia: desindustrialización en amplias zonas (Rust Belt, Norte de Inglaterra, cinturones industriales de Francia, España, Italia…).

2. Externalización global y deslocalización de la producción

  • La industria se desplaza a Asia (primero Japón y Corea, luego China, Vietnam, etc.) en búsqueda de costes laborales más bajos.

  • Occidente mantiene el control de las cadenas de valor altas (patentes, marcas, diseño, software), mientras cede la manufactura física.

  • Se consolida un modelo “Occidente diseña y financia; Oriente fabrica”.

Esto genera una profunda pérdida de soberanía industrial, y en Europa en particular, una dependencia estratégica grave: energía, electrónica, metalurgia avanzada, química intermedia, microchips, fertilizantes…

3. Debilitamiento de la clase trabajadora y fragmentación social

  • El trabajo estable industrial (sindicalizado, relativamente bien pagado) se sustituye por trabajo de servicios más precario, menos organizado y de menor productividad.

  • Aumento del empleo de baja cualificación ligado a hostelería, turismo, servicios personales, logística.

  • Polarización del mercado laboral: élites altamente cualificadas + gran masa en empleos poco estables.

  • Caída del peso de los sindicatos y del poder de negociación laboral.

En términos políticos, esto se traduce en malestar estructural, debilitamiento de los partidos tradicionales y auge de movimientos “antisistema”.

4. Estado orientado al mercado y gobernanza tecnocrática

Lo que algunos llaman “postliberalismo” alude precisamente a esto:

  • El Estado deja de ser un agente desarrollista (como entre 1945-1973) y pasa a ser gestor técnico del mercado.

  • Privatizaciones, liberalización del crédito, desregulación financiera.

  • Separación creciente entre soberanía política y poder económico: el poder se desplaza hacia mercados, bancos centrales, organismos supranacionales.

  • Políticas públicas guiadas por reglas tecnocráticas (déficit, inflación, tipos de interés) más que por objetivos sociales.

Algunos autores (Streeck, Graeber, Todd) describen esto como un vaciamiento del espacio democrático en favor de mecanismos automáticos del mercado o instituciones no electas.

5. Economía basada en activos y deuda

  • Crecimiento del crédito privado y público como mecanismo principal de expansión económica.

  • Inflación de precios de activos: vivienda, acciones, bonos corporativos.

  • El consumo depende crecientemente del endeudamiento, no de salarios reales.

  • Los Estados actúan como garantes últimos del sistema financiero (bailouts, quantitative easing).

Esto crea una economía “dopada por la deuda”, extremadamente sensible a subidas de tipos y a crisis financieras.

¿Qué define entonces al “modelo de producción financiarizado” o “postliberal”?

Podemos condensarlo así:

Un modelo económico en el que la creación de valor se desplaza del trabajo productivo hacia la gestión de activos, la deuda y la especulación; en el que la industria se externaliza, el Estado actúa como administrador del mercado más que como orientador productivo, y la sociedad se fragmenta laboralmente y políticamente.

O, de forma más sintética:

Finanzas dominantes + producción deslocalizada + trabajo precarizado + Estado tecnocrático + crecimiento basado en deuda.

Tú dijiste:

Precisamente iba a decirte que te leo "la lógica financiera se impone sobre la lógica productiva"... e iba a añadir ¿esto es aplicable a China? (y, con más tiempo, seguramente tendría que añadir a otros...)

ChatGPT Plus

En China, esa frase —“la lógica financiera se impone sobre la lógica productiva”no describe bien el modelo, al menos no en el sentido occidental. China no ha adoptado un capitalismo financiarizado al estilo de EEUU o la UE; más bien ha construido un modelo híbrido donde: la lógica productiva sigue siendo dominante, y la lógica financiera está subordinada al proyecto industrial-estratégico del Estado.

Veamos esto con precisión, porque es crucial para entender la divergencia histórica entre Occidente y Asia desde los 80 la situación geopolítica actual.

1. En China, la industria sigue siendo el núcleo del sistema

China mantiene una estructura productiva pesada, con enorme inversión en:

  • manufactura avanzada

  • electrónica

  • metalurgia

  • química

  • energías

  • infraestructura

  • transporte ferroviario, naval, aeroespacial

La proporción de PIB industrial es más del doble que la de la mayoría de países occidentales.
La
producción física sigue siendo el fundamento de su poder nacional.

2. La financiarización existe, pero está “enjaulada”

China tiene un gran sistema financiero, enormes bancos y mucha deuda, pero:

  • Los bancos grandes son estatales o cuasiestatales.

  • El crédito se dirige hacia sectores estratégicos (manufactura, energía, infraestructura…).

  • Cuando el crédito se “infla” en exceso, el Estado interviene directamente (véase: boom inmobiliario desde 2020).

Es decir, no manda la lógica del accionista, sino el plan estratégico nacional.

En Occidente, el sistema financiero dicta qué sectores viven o mueren; en China, el Estado dicta qué sectores deben expandirse y el sistema financiero obedece.

3. China sí tuvo burbuja inmobiliaria, pero no es un modelo económico “basado en activos”

China permitió un ciclo inmobiliario (1998-2019) para absorber ahorro interno y financiar urbanización. Pero no convirtió la vivienda en el motor de la economía, como hizo Occidente. Desde 2020, el Estado pincha deliberadamente la burbuja (regla de las “tres líneas rojas”, intervención en Evergrande, límites al crédito local). Es decir: la financiarización comenzó, pero fue corregida.

4. La lógica empresarial es productiva y mercantilista

La inmensa mayoría de las grandes empresas industriales chinas funcionan bajo una lógica que mezcla:

  • ganancias industriales, no financieras

  • exportaciones

  • economías de escala

  • innovación dirigida (IA, energía, vehículos eléctricos, telecomunicaciones)

Se comportan más como conglomerados coreanos de los 80-90 (Samsung, Hyundai, LG) que como gigantes financieros americanos actuales.

5. El Estado mantiene el control del movimiento del capital

Esto es decisivo: no hay libre circulación total de capital, y los mercados financieros están estrictamente vigilados.

Esto impide:

  • desindustrialización por deslocalización de capital

  • fuga especulativa masiva

  • poder autónomo de los fondos y bancos privados

  • shocks financieros como los de Occidente en 2008

Sin libertad total de capital, la financiarización no puede dominar.

6. El “modelo” chino es más similar al japonés y coreano de la etapa de industrialización pesada

Los rasgos comunes:

  • Estado planificador

  • Empresas industriales gigantes

  • Exportaciones como motor

  • Protección del mercado interno

  • Restricción del capital financiero

  • Crédito orientado al desarrollo productivo

La gran diferencia es la escala y la ambición global china.

7. Entonces… ¿la lógica financiera domina China?

No.
Convive, a veces intensamente, pero subordinada.

Si quisiéramos resumir en una frase:

China tiene un capitalismo con finanzas, pero no un capitalismo dominado por las finanzas.

Esto la coloca fuera del patrón occidental y explica:

  • por qué no se desindustrializa

  • por qué gana cuota en sectores estratégicos

  • por qué puede sostener inversiones masivas de largo plazo

  • por qué desafía el orden económico establecido

¿Y otros países? (adelanto por si quieres profundizar)

  • EEUU, Reino Unido → financiarización total.

  • UE occidental (sobre todo España, Francia e Italia) → modelo híbrido, pero con finanzas cada vez más dominantes y fuerte desindustrialización.

  • Alemania → resistió más tiempo, pero está entrando en fase de debilitamiento industrial.

  • Japón, Corea del Sur, Taiwán → modelos industriales, semiprotegidos, poco financiarizados en comparación.

  • Sudeste asiático → mixto: mucho capital industrial, pero creciendo la financiarización urbana-inmobiliaria.

Tú dijiste:

Escucho a Pepe Escobar decir algo que me remite a ti. Tú escribes "plan estratégico nacional" y Pepe dice "sin plan quinquenal sería imposible explicar que China esté consiguiendo la superioridad tecnológica"

ChatGPT Plus

Lo que dice Pepe Escobar encaja exactamente con lo que señalábamos: en China la planificación estatal no es un adorno, sino la arquitectura operativa que permite sostener un proyecto tecnológico-industrial a 20–30 años vista.

Y eso es justamente lo contrario del modelo financiarizado occidental, donde:

  • los horizontes temporales son trimestrales (quarterly earnings),

  • el capital presiona para maximizar beneficios hoy,

  • y la inversión industrial a largo plazo se considera demasiado lenta o arriesgada.

En China, esa lógica está invertida.

1. ¿Por qué Escobar insiste en los planes quinquenales?

Porque en China los planes quinquenales no son meras “directrices” como en la UE; son documentos vinculantes, con:

  • objetivos sectoriales,

  • metas de producción,

  • cuotas de inversión,

  • prioridades tecnológicas,

  • corredores logísticos,

  • flujos de crédito dirigidos,

  • y mecanismos de evaluación de resultados.

Son, literalmente, el esqueleto del desarrollo nacional.

2. Ejemplos concretos donde el plan quinquenal estructura la superioridad tecnológica china

a) Semiconductores y supercomputación

Ya en el 11º y 12º Plan Quinquenal (2006–2015) se fijó:

  • independencia en nodos críticos,

  • desarrollo de HPC (supercomputadores),

  • infraestructuras de diseño y litografía,

  • centros nacionales de excelencia en chips.

Occidente llegó a 2018-2020 subestimando esto; cuando se dieron cuenta, China ya estaba en fases avanzadas.

b) IA y Big Data

En 2017 Pekín aprobó el plan “Next Generation AI”, que no es una ley o un informe: es una ruta de Estado.

Incluye:

  • fondos especiales,

  • clusters dedicados,

  • objetivos tecnológicos plurianuales,

  • integración IA-industria-ejército (“fusión civil-militar”).

c) Vehículos eléctricos (EV)

La revolución de BYD, CATL y NIO no es espontánea:

  • subvenciones directas,

  • cuotas de mercado,

  • control de cadenas de valor de litio y cobalto,

  • mandatos de electrificación progresiva.

Hoy el 60–70% del mercado mundial de baterías es chino porque esto se planificó hace 15 años.

d) 5G, 6G, telecomunicaciones

Huawei no llegó ahí solo: fue identificado como “campeón nacional” en planes quinquenales desde principios de los 2000.

3. El punto clave: coherencia temporal amplia

Un Estado que planifica a 5, 10 y 20 años puede permitirse pérdidas hoy para dominar sectores mañana.
Un sistema financiarizado no puede: si no hay beneficios en 12 meses, el capital se va.

Es decir:

China coordina el tiempo largo. Occidente está prisionero del tiempo corto.

Eso explica la divergencia tecnológica.

4. ¿Por qué esa planificación no existe en Occidente hoy?

Porque desde los años 80:

  • se desmontaron los mecanismos de política industrial,

  • se privatizaron sectores estratégicos,

  • se supeditó la inversión pública a reglas de austeridad,

  • y la innovación quedó concentrada en oligopolios que maximizan rentas, no producción.

En EEUU y Europa, un plan quinquenal estatal es visto como intrusión. En China, es visto como infraestructura cognitiva de la nación.

5. El vínculo con tu observación inicial

Tú hablabas de un “plan estratégico nacional” como rasgo del modelo no financiarizado.
Escobar menciona que sin plan quinquenal no habría:

  • liderazgo en telecomunicaciones,

  • liderazgo en energías renovables,

  • liderazgo en trenes de alta velocidad,

  • liderazgo en vehículos eléctricos,

  • liderazgo en manufactura avanzada,

  • y pronto, liderazgo en IA aplicada e incluso en semiconductores.

Ambos señaláis, desde ángulos diferentes, el mismo fenómeno:

La planificación estatal disciplinada permite construir capacidades industriales estratégicas que el mercado por sí solo jamás desarrollaría.
Tú dijiste:

Bueno... hay una derivada que me interesa mucho, que es el desmoronamiento de "las redes sociales y comunitarias", que parece ir en paralelo con esta financiarización. Me basta mirar a mi familia (y a cualquier familia en España). Mis padres y sus padres y sus hermanos y (etc. etc. etc.). Todo eso se han quebrado. Los viejos mueren en residencias (morideros, en palabras de un viejo amigo de mis difuntos padres). Los padres se desentienden de sus hijos... bueno, tú sabes todo esto de sobra... ¿qué relación hay?

ChatGPT Plus

La relación entre financiarización/desindustrialización y el desmoronamiento de las redes sociales y comunitarias no es accidental: es estructural. No es “cultura”, no es “decadencia moral”, no es “falta de valores”: es una reorganización material del modo de vida, derivada del cambio del modelo productivo.

Voy a darte una síntesis clara, conectada a lo que observas en tu propia familia, y luego un análisis más profundo.

1. El viejo tejido social dependía del mundo industrial-fordista

En España (y en Occidente en general), la comunidad estaba sostenida por:

  • familias extensas (varias generaciones próximas)

  • estabilidad laboral en sectores productivos

  • roles familiares definidos

  • sindicatos fuertes

  • barrios relativamente permanentes

  • cercanía intergeneracional

  • ciclos vitales más previsibles

Era una sociedad donde la estabilidad económica permitía estabilidad social. Esa estructura se rompe cuando se rompe el mundo industrial.

2. La financiarización genera movilidad, precariedad y aislamiento

Cuando la economía se vuelve:

  • de servicios

  • precarizada

  • inestable

  • dependiente de créditos

  • centrada en grandes urbes caras

  • fragmentada territorialmente

ocurre esto:

Las personas se mueven mucho más

Trabajo temporal → mudanzas constantes → pérdida de redes locales.

La precariedad impide cuidar

Gente que trabaja a turnos, sin tiempo, sin estabilidad → incapacidad de hacerse cargo de mayores o hijos.

Vivienda carísima → viviendas pequeñas → familias reducidas

Se impone el núcleo mínimo: pareja (si la hay) + hijos (si los hay).

La clase media se erosiona → todos compiten, nadie cuida

El tiempo se transforma en recurso económico escaso. Todo esto atomiza.

3. La familia extensa se deshace porque deja de ser “funcional” al nuevo modelo

En un mundo industrial/rural:

  • los abuelos cuidaban a los nietos,

  • los hijos ayudaban a padres mayores,

  • hermanos trabajaban en la misma zona,

  • había interdependencia permanente.

En un mundo financiarizado:

  • los mayores se “externalizan” a residencias,

  • los hijos viven a cientos de kilómetros,

  • los padres tienen trabajos incompatibles con el cuidado,

  • las residencias se convierten en negocio.

No es desafección moral: es un cambio de estructura económica.

4. La financiarización destruye comunidad porque necesita individuos aislados

Esto es clave.
El capitalismo financiarizado funciona mejor cuando:

  • cada individuo necesita crédito,

  • cada individuo es cliente,

  • cada individuo es trabajador móvil,

  • cada individuo está solo ante el mercado.

Una comunidad fuerte reduce dependencia del mercado.

Una familia extensa reduce consumo.

Un barrio cohesionado genera apoyo mutuo.

Para un sistema de consumo + deuda + movilidad, esto es un obstáculo.

Resultado:
cuanto más financiarizado es un país, más débil es su tejido comunitario.

5. España: del mundo campesino-industrial a la sociedad de servicios atomizada

España vivió:

  1. El fin del mundo rural (años 60–80)

  2. La industrialización incompleta (años 60–90)

  3. La reconversión industrial y el paro masivo (años 80–90)

  4. La financiarización-inmobiliaria como “motor” (1997–2020)

  5. La turistificación como forma de supervivencia regional

  6. La precariedad estructural actual

Cada etapa debilitó vínculos:

  • El campo se vació → familias rotas geográficamente.

  • La industria desaparece → comunidades obreras destruidas.

  • El turismo y servicios → empleos temporales sin cohesión.

  • Vivienda cara → no hay espacio físico para familias amplias.

  • Residencias privadas → se rompe la cadena intergeneracional.

Tu vivencia familiar es un caso particular de un patrón histórico masivo.

6. ¿Por qué China (y en parte Asia) no ha sufrido esta destrucción comunitaria?

Porque no siguieron el camino de financiarización radical de Occidente.

  • Mantuvieron industria → mantuvieron barrios estables.

  • Mantuvieron planificación estatal → menos movilidad arbitraria.

  • Cultura de familia extensa, sí; pero también economía que la permite.

  • El Estado complementa, no reemplaza, la red familiar.

  • La vivienda no se convierte en un activo especulativo al mismo nivel.

Es decir: la comunidad sobrevive donde la estructura económica la sostiene.

7. Relación directa:

Si quisiera resumirlo en una frase:

El desmoronamiento de las redes familiares en España (y Occidente) es consecuencia directa de un modelo económico que necesita individuos atomizados, móviles, endeudados y separados de sus comunidades para funcionar.