Leo Hohmann (https://leohohmann.com 6 de marzo de 2023) El llamamiento de Trump a construir "Ciudades de la Libertad" encaja perfectamente en el plan de los globalistas para la red de control de la Cuarta Revolución Industrial.
Trump promete construir una nueva generación de ciudades en terrenos federales, donde todos sean prósperos y estén seguros y protegidos, con mucha policía y coches voladores
Cualquiera que esté despierto sabe que todas las ciudades modernas están siendo desarrolladas o reconstruidas como "ciudades inteligentes"
¿Y qué es una "ciudad inteligente"? Quizá Trump no lo sepa ¿o está jugando con nosotros?
La conducta de Trump de enfrentarse verbalmente contra los globalistas, pero luego doblegarse a sus demandas, como lo hizo con la vacuna, debe hacernos reflexionar
Desde hace
varios años yo y otros con visión de futuro hemos estado
advirtiendo a la gente que salga de las ciudades o se arriesgue a
convertirse en un pupilo del floreciente sistema tecnocrático de la
"bestia".
A través de su tecnología de
"ciudades inteligente" y varias novedades de ingeniería,
los globalistas esperan atraernos a viviendas apiladas y
empaquetadas, donde puedan controlarnos más fácilmente, con
vigilancia 24/7 y una dependencia casi total de la infraestructura
globalista para nuestros trabajos, transporte, comida, agua, sanidad,
entretenimiento, etc. Aldous Huxley, autor de la novela de
1931, Un mundo feliz, ya preveía entonces el resultado
final de los avances tecnocráticos unidos a una centralización
progresiva.
Los globalistas modernos nos cuentan sus
planes a cara descubierta.
Dicen que para 2030, si confiamos en su plan para llevar adelante una
Cuarta Revolución Industrial,
"no poseeremos nada y seremos felices".
Por supuesto, estos sueños utópicos tienen un lado negativo, del
que nos ilustra uno de sus líderes, Yuval Noah Harari. Dice
abiertamente que la mayoría de los humanos nos volveremos
"inútiles", seremos sustituidos en nuestros trabajos por
la inteligencia artificial y sujetaran con drogas y diversos
entretenimientos digitalizados.
El precio a pagar por
disfrutar de todas las cosas gratuitas que nos ofrecen las ciudades
será que deberemos cumplir una nueva serie de normas. Estas reglas
estarán conectadas a un sistema de puntuación de crédito social
como el que tienen en China. Por eso predicamos el incumplimiento y
la construcción de estilos de vida autosuficientes fuera de las
ciudades y los suburbios.
Pero he aquí que el parangón
del conservadurismo estadounidense ha salido de la nada con un
mensaje contrario, un mensaje basado en ciudades inteligentes
reformuladas como el camino a seguir. Dado que la agenda climática
de los globalistas no resuena entre los conservadores, los
globalistas necesitan una voz política conservadora importante
que pueda enarbolar su mensaje y comunicarlo de una manera que
atraiga a los conservadores patriotas estadounidenses.
El
títere perfecto: Donald J. Trump.
De la misma
manera que Trump ofreció sus servicios a los globalistas, cuando
vendió sus mortales inyecciones trombogénicas de ARNm a los
conservadores, ahora les está indicando que está dispuesto y
disponible para ser utilizado de nuevo, esta vez para convencernos de
que volvamos a las ciudades, donde estaremos a salvo, seguros y bien
cuidados. El fin de semana, Trump utilizó un mensaje de campaña
para su candidatura presidencial de 2024 para promocionar su idea de
construir 10 ciudades inteligentes
futuristas en terrenos federales, un proyecto que licitaría a
megapromotores privados. Pero en lugar de llamarlas "ciudades
inteligentes", Trump, con su clásico estilo trumpiano, las ha
rebautizado como "Ciudades de la
Libertad".
Habrá que ver si el 99% de
los medios "conservadores" se deja engañar con esto.
En
lugar de ser malvadas ciudades inteligentes dirigidas por demócratas,
cuando Trump las construya serán atractivas "Ciudades de la
Libertad tipo The Jetsons"
(https://es.wikipedia.org/wiki/Los_Supersónicos
), un lugar donde los conservadores acudirán en masa a comprar
nuevas casas inteligentes, conectadas a la red inteligente, con sus
coches inteligentes subiendo y bajando verticalmente de un lugar a
otro, a menos de 15 minutos de sus casas. De hecho el New York
Post ya ha presentado el aspecto Jetson de las Freedom Cities
de Trump
(https://dnyuz.com/wp-content/uploads/2023/03/Trump-proposes-building-futuristic-Jetsons-like-‘freedom-cities-on-federal-land-750x375.jpg
). ¿A que mola?
Aquí está Trump promocionando sus
"Ciudades de la Libertad" en un vídeo publicado en su
plataforma TruthSocial
https://rumble.com/v2c1p78-former-president-trump-unveils-plan-to-improve-quality-of-life-in-us.html
¿Nos está vendiendo aquí una asociación
público-privada al estilo del FEM, embelleciendo con un nuevo lápiz
de labios en un viejo cerdo? Eso parece. En lugar de advertirnos
sobre los planes de los globalistas para digitalizarlo todo, incluido
nuestro dinero y nuestras propias identidades, Trump da su propio
giro patriótico al mismo tema tecnocrático globalista. Nos distrae
aquí con estúpida palabrería sobre coches voladores y
americanización de las herramientas de nuestra esclavitud. En lugar
de comprar las herramientas en China, se asegurará de que todas sean
de fabricación estadounidense. ¿No te hace sentir a la vez
confundido y feliz?
En realidad, esta
propuesta no tiene nada de nuevo salvo el envoltorio. Se parece mucho
a lo que está haciendo China (menos los coches voladores): construir
ciudades enteras deshabitadas, completamente equipadas con la
infraestructura de la tecnocracia: cámaras,
altavoces, escáneres de reconocimiento facial y otras herramientas
de vigilancia conectadas a Internet en cada poste de la
luz, incrustadas en las calzadas y aceras, lo que en conjunto
equivale a poco más que un aparato de espionaje
supereficiente.
Parece que Trump no sólo está tratando
de superar en tecnocracia a China, sino también a Arabia Saudí,
donde el príncipe Muhammed bin Salman está trabajando en un
sueño muy similar para construir una ciudad futurista llamada
"Neom".
Justo
cuando la gente está despertando y empezando a tener una pista de
que las ciudades se convertirán en el epicentro de la red de control
globalista y que lo que ellos llaman "desarrollo sostenible"
es en realidad una artimaña, destinada a esclavizarnos a su
tecnología cada vez más invasiva, entra Trump con un nuevo truco
para convencer a la gente de que tal vez las ciudades pueden volver a
ser lo que una vez fueron, centros de creatividad e inspiración para
la "libertad".
Esto es siempre igual de
engañoso. Me pregunto qué asesor globalista susurró este delirante
consejo al oído de Trump. Percibo las huellas dactilares de Jared
Kushner en todo esto, pero tal vez fue su compañero de golf
Lindsey Graham o algún otro amigo bueno para nada.
¡Demonios!… tal vez fue el propio líder de la Cuarta Revolución
Industrial Klaus Schwab.
RETROSPECTIVA:
Hacia el final de su presidencia, el 21 de enero de 2020, Donald
Trump viajó a la reunión del Foro
Económico Mundial en Davos. Esto ocurrió menos de
dos meses antes de que Trump mordiera el anzuelo de los globalistas
que lo rodeaban y declarara que Covid era una emergencia nacional,
suspendiendo a todos los efectos la
Constitución de Estados Unidos y dando
la señal para que comenzara
la primera fase del Gran Reset del FEM, cuya primera
orden del día fue cerrar la pujante economía estadounidense de
aquella época e imponer toda una serie de edictos
inconstitucionales sobre
el enmascaramiento,
el distanciamiento social,
el cierre de negocios "no
esenciales", el pago
a hospitales para que siguieran protocolos mortales,
junto con un sistema de
votación totalmente nuevo
que sigue entre nosotros a día
de hoy.
Durante su discurso en Davos ese año,
Trump comenzó felicitando a Klaus Schwab por el 50 aniversario del
FEM, calificándolo de "logro
verdaderamente asombroso."
Después de
dirigirse a la audiencia, Trump entró en una sala de periodistas con
Schwab, dando a todos una imagen de completa unidad. Y recuerde,
Trump estaba en el último año de su presidencia, a pocas semanas de
comprar la fraudemia del Covid y entregar su autoridad a la comadreja
globalista Fauci. Procedió a felicitar a Schwab por "hacer
un trabajo fantástico" y dijo que estaba allí,
en Davos, para reunirse con "las
mayores empresas del mundo,
los mayores negocios del mundo
y los líderes mundiales".
Todo en beneficio de Estados Unidos.
Eche un vistazo al
vídeo de esta notable declaración del hombre que los conservadores
ven como el faro del movimiento America-first
y en quien muchos depositan todas sus esperanzas para una
restauración de la grandeza estadounidense.
¿Cuándo han
hecho algo recientemente las "mayores empresas del mundo"
que pudiera decirse que beneficia a Estados Unidos? Trump tiene que
saber que todas ellas están dirigidas por ejecutivos woke
que se pliegan al sistema de puntuación ESG
(https://en.wikipedia.org/wiki/Environmental,_social,_and_corporate_governance
) del consejero delegado de Schwab y BlackRock,
Larry Fink. Trump debería haber estado facilitando la
prosperidad de las pequeñas y medianas empresas en lugar de estar en
Davos codeándose con los personajes luciferinos respaldados por
Rothschild, Gates, Soros y Rockefeller.
Trump
dijo que el FEM estaba formado por "la gente más importante del
mundo". El hombre o bien no tiene ningún discernimiento de los
planes de estas familias corruptas y está jugando el papel de idiota
útil o bien forma parte del club y está utilizando a sabiendas su
influencia para hacer realidad sus sueños utópicos de un gobierno
global, introducido sobre todo a través de las ciudades
inteligentes.
Mientras estaba en Davos un reportero
preguntó a Trump acerca de su postura sobre el "cambio
climático" y Trump, regurgitando las mentiras habituales del
FEM, respondió: "creo
mucho en el medio ambiente… el
medio ambiente para mí es muy importante".
El
propio Schwab elogió a Trump al concluir su discurso de 2020 ante
los globalistas reunidos en Davos, declarando:
"Señor
presidente, gracias por su discurso y enhorabuena por lo que ha
logrado para su economía, pero también para su sociedad: aquí
debatimos muy intensamente la cuestión de la inclusividad, pero toda
su política (la de Trump) apunta ciertamente a crear una
mejor inclusividad para el pueblo estadounidense. Quiero darle las
gracias especialmente por inyectar optimismo en nuestros debates.
Tenemos muchos problemas en el mundo, pero creo que necesitamos
sueños, como usted ha dicho. Y tenemos todas las capacidades,
tecnología y liderazgo para realizar esos sueños."
La
hija de Trump, Ivanka
(https://trumpwhitehouse.archives.gov/people/ivanka-trump/
), y su yerno, Jared
Kushner, son productos de los programas de jóvenes líderes del
FEM.
En caso de que Donald Trump derrote de algún modo
todos los pronósticos y consiga volver a la Casa Blanca, espere ver
a un Trump muy diferente del que vimos en sus tres primeros años de
mandato y más parecido al que vimos en su último año. O es
extremadamente crédulo o es uno de ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario