https://www.globalresearch.ca/dark-origins-davos-great-reset/5797113
Es importante entender que no hay ni una sola idea nueva
u original en la llamada agenda del Gran Reinicio del mundo formulada
por Klaus Schwab. Ni la agenda de la Cuarta Revolución
Industrial es original de Schwab ni la pretensión de haber inventado
la noción de Capitalismo de Partes Interesadas se ajusta a la
verdad. Klaus Schwab es poco más que un hábil agente de relaciones
públicas de una agenda tecnocrática global, que es la colusión de
las corporaciones que detentan el poder empresarial con los gobiernos
y la ONU, una agenda cuyos orígenes se remontan a principios de la
década de 1970 e incluso antes. El Gran Reinicio de Davos no es más
que un anteproyecto actualizado de una dictadura distópica global
bajo el control de la ONU, que lleva décadas desarrollándose. Los
actores clave fueron David Rockefeller y su protegido, Maurice
Strong.
A principios de la década de 1970, podría
decirse que no había persona más influyente en la política mundial
que el difunto David Rockefeller, entonces conocido sobre todo como
presidente del Chase Manhattan Bank.
La
creación del nuevo paradigma
A finales de los
años sesenta y principios de los setenta, los círculos
internacionales directamente vinculados a David Rockefeller lanzaron
una deslumbrante serie de organizaciones de élite y think tanks.
Entre ellos se encontraban:
el Club de Roma
el 1001: A Nature Trust, vinculado al Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF);
la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, en Estocolmo (5 a 16 de junio de 1972);
el informe del Massachusetts Institute of Technology "Los límites del crecimiento";
y la Comisión Trilateral.
El Club de
Roma
En 1968 David
Rockefeller fundó un think tank neomalthusiano, el Club de Roma,
junto con Aurelio Peccei y Alexander King. Aurelio
Peccei era un alto directivo de la empresa automovilística Fiat,
propiedad de la poderosa familia italiana Agnelli. Gianni Agnelli,
de Fiat, era amigo íntimo de David Rockefeller y miembro del Comité
Asesor Internacional del Chase
Manhattan Bank de Rockefeller. Agnelli y David
Rockefeller eran amigos íntimos desde 1957. Agnelli se convirtió en
miembro fundador de la Comisión Trilateral de David Rockefeller en
1973. Alexander King, jefe del Programa Científico de la OCDE
era también consultor de la OTAN (ese fue el comienzo
de lo que se convertiría en el movimiento neomalthusiano "la
gente
contamina").
En 1971
el Club de Roma publicó el informe totalmente erróneo Los
límites del crecimiento, que predecía el fin de la
civilización tal y como la conocíamos debido al rápido crecimiento
de la población, combinado con recursos fijos como el petróleo. El
informe concluía que, sin cambios sustanciales en el consumo de
recursos, "el resultado más probable
será un declive bastante repentino e incontrolable tanto de la
población como de la capacidad industrial."
Se basaba en
simulaciones informáticas falsas, realizadas por un grupo de
informáticos del MIT. Lanzó audazmente esta predicción: "Si
las actuales tendencias de crecimiento de la población mundial, la
industrialización, la contaminación, la producción de alimentos y
el agotamiento de los recursos continúan sin cambios, los límites
del crecimiento en este planeta se alcanzarán en algún momento
dentro de los próximos cien años". Eso lo dijeron
en 1971. En 1973 Klaus Schwab, en su tercera reunión anual de
líderes empresariales en Davos, invitó a Peccei para que presentara
Los límites del crecimiento a los directores generales
de las empresas allí reunidos.
En 1974 el Club de Roma
declaró osadamente: "La Tierra tiene
cáncer y el cáncer es el Hombre". Y luego: "el
mundo se enfrenta a un conjunto sin precedentes de problemas globales
interrelacionados, como la superpoblación, la escasez de alimentos,
el agotamiento de los recursos no renovables [por ejemplo el
petróleo], la degradación del medio ambiente y la mala gobernanza".
Argumentaron que "es necesaria una
reestructuración 'horizontal' del sistema mundial... son necesarios
cambios drásticos en el estrato normativo (es
decir, en el sistema de valores y los objetivos del hombre)
para resolver las crisis energética, alimentaria y de otro tipo, es
decir, son necesarios cambios sociales y en las actitudes
individuales para que se produzca la transición hacia un crecimiento
orgánico".
En su informe de 1974, La
humanidad en el punto de inflexión, el Club de Roma
argumentaba además: El aumento de la
interdependencia entre naciones y regiones debe traducirse entonces
en una disminución de la independencia. Las naciones no pueden ser
interdependientes sin que cada una de ellas renuncie a parte de su
propia independencia o, al menos, reconozca los límites de la misma.
Ha llegado el momento de elaborar un plan maestro de crecimiento
orgánico sostenible y de desarrollo mundial basado en la asignación
global de todos los recursos finitos y en un nuevo sistema económico
mundial.
Esa fue la primera formulación de la
Agenda 21 de la ONU, la
Agenda2030 y el Gran
Reinicio de
Davos 2020.
David Rockefeller y Maurice Strong
Con
mucho, el organizador más influyente de la agenda de "crecimiento
cero" de Rockefeller a principios de la década de 1970 fue su
viejo amigo, el magnate petrolero multimillonario Maurice
Strong.
El canadiense Maurice Strong fue uno de los
primeros propagadores clave de la teoría, científicamente errónea,
de que las emisiones de CO2 provocadas por el hombre en los vehículos
de transporte, las plantas de carbón y la agricultura causaban un
dramático y acelerado aumento de la temperatura global, que
amenazaba "al planeta" (el llamado Calentamiento
Global).
Como presidente de la Conferencia de Estocolmo de
la ONU del Día de la Tierra de 1972, Strong promovió una agenda
de reducción de la población y disminución del nivel de vida en
todo el mundo para "salvar el medio
ambiente."
Strong declaró su agenda ecologista
radical:
"¿No es acaso
el colapso de las civilizaciones
industrializadas la única esperanza para el planeta? ¿No es nuestra
responsabilidad provocarlo?".
=
Esto es lo que está
ocurriendo ahora al amparo de una pandemia mundial
instrumentalizada.
Strong era una curiosa elección para
encabezar una importante iniciativa de la ONU destinada a movilizar
la acción en favor del medio ambiente, ya que su carrera y su
considerable fortuna se habían construido sobre la explotación del
petróleo, al igual que un número inusitado de los nuevos defensores
de la "pureza ecológica", como David Rockefeller o Robert
O. Anderson, del Aspen Institute,
o John Loudon, de Shell.
Strong
había conocido a David Rockefeller en 1947 cuando era un joven
canadiense de dieciocho años y, a partir de ese momento, su carrera
quedó ligada a la red de la familia Rockefeller. A través de su
nueva amistad con David Rockefeller, Strong, a la edad de 18 años,
obtuvo un puesto clave en la ONU a las órdenes del Tesorero de la
organización, Noah Monod. Los fondos de la ONU eran
convenientemente manejados por el Chase Bank de Rockefeller. Esto era
típico del modelo de "asociación
público-privada" que desplegaría Strong: ganancias
privadas originadas controlando al gobierno público.
En
la década de 1960 Strong se había convertido en presidente del
enorme conglomerado energético y petrolero de Montreal
conocido como Power Corporation,
entonces propiedad del influyente Paul Desmarais. Según la
investigadora canadiense Elaine Dewar, Power Corporation
también se utilizó como fondo para financiar las campañas de
algunos políticos canadienses, como Pierre Trudeau, padre del
protegido de Davos Justin Trudeau.
Cumbre de la Tierra I y Cumbre de la Tierra de Río
En 1971 Strong
fue nombrado Subsecretario de las Naciones Unidas en Nueva York y
Secretario General de la convocada Conferencia
de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano (Cumbre
de la Tierra I), en Estocolmo, Suecia. Ese año también
fue nombrado fideicomisario de la Fundación
Rockefeller, que financió el lanzamiento del proyecto
del Día de la Tierra en
Estocolmo. Allí se creó el Programa de
las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA),
con Strong a la cabeza.
En 1989 Strong
fue nombrado por el Secretario General de la ONU para dirigir la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre
Medio Ambiente y Desarrollo (Río de Janeiro, Brasil,
3 a 14 de junio de 1992), "Cumbre de la Tierra II" o Cumbre
de Río. Allí supervisó la redacción de los objetivos de "Medio
Ambiente Sostenible" de la ONU, la Agenda 21 para el Desarrollo
Sostenible que constituye la base del Great Reset de Klaus Schwab,
así como la creación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre
el Cambio Climático (IPCC) de la ONU. Strong, que también era
miembro de la junta directiva del FEM de Davos, había conseguido que
Schwab actuara como asesor clave en la Cumbre de la Tierra de
Río.
Como Secretario General de la Conferencia de Río de
la ONU, Strong también encargó un informe al Club de Roma, La
primera revolución global, cuyo autor fue Alexander King,
en el que se admitía que la afirmación del calentamiento global por
CO2 no era más que una treta inventada para forzar el cambio:
"El enemigo común de la humanidad es el hombre. Buscando un nuevo enemigo que nos uniera, se nos ocurrió que la contaminación, la amenaza del calentamiento global, la escasez de agua, la hambruna y similares encajarían a la perfección. Todos estos peligros están causados por la intervención humana y sólo pueden superarse mediante un cambio de actitudes y comportamientos. El verdadero enemigo es, pues, la propia humanidad".
El delegado del Presidente Clinton en Río, Tim Wirth, admitió lo mismo, declarando, "Tenemos que superar el problema del calentamiento global. Incluso si la teoría del calentamiento global es errónea, estaremos haciendo lo correcto en términos de política económica y política medioambiental."
En Río, Strong introdujo por primera vez la idea manipuladora de "sociedad sostenible" definida en relación con este objetivo arbitrario de eliminar el CO2 y otros gases denominados de efecto invernadero. La Agenda 21 se convirtió en la Agenda 2030 en septiembre de 2015, en Roma, con la bendición del Papa y con 17 objetivos "sostenibles". Declaraba entre otros puntos, "La tierra, debido a su naturaleza única y al papel crucial que desempeña en los asentamientos humanos, no puede tratarse como un bien ordinario, controlado por particulares y sujeto a las presiones e ineficiencias del mercado. La propiedad privada de la tierra es también un instrumento principal de acumulación y concentración de riqueza y, por lo tanto, contribuye a la injusticia social… La justicia social, la renovación urbana y el desarrollo, la provisión de viviendas dignas y condiciones saludables para las personas sólo pueden "lograrse si la tierra se utiliza en interés de la sociedad en su conjunto."
En pocas palabras,
la propiedad privada de la tierra debe socializarse para "la
sociedad en su conjunto", una idea bien conocida en tiempos de
la Unión Soviética y parte clave del Gran Reinicio de Davos.
En
Río, en 1992, donde era presidente y secretario general, Strong
declaró: "Está claro que los actuales estilos de vida y
pautas de consumo de la clase media acomodada (que
implican una elevada ingesta de carne, el consumo
de grandes cantidades de alimentos congelados y precocinados, el uso
de combustibles fósiles, electrodomésticos, aire acondicionado en
el hogar y el lugar de trabajo, y viviendas suburbanas)
no son sostenibles."
Por aquel entonces, Strong
estaba en el centro mismo de la transformación de la ONU en el
vehículo para imponer un nuevo "paradigma" tecnocrático
global de forma sigilosa, utilizando funestas advertencias sobre la
extinción del planeta y el calentamiento global, fusionando las
agencias gubernamentales con el poder corporativo en un control no
electo de prácticamente todo, bajo la tapadera de la
"sostenibilidad". En 1997 Strong supervisó la creación
del plan de acción que siguió a la Cumbre
de la Tierra, La
Evaluación de la Biodiversidad
Global (The Global
Biodiversity Assessment), un anteproyecto para el
despliegue de una Cuarta Revolución
Industrial, un inventario de todos los recursos del
planeta, cómo se controlarían y cómo se lograría esta
revolución.
En esta época, Strong era copresidente
del Foro Económico Mundial de Davos, de Klaus Schwab. En 2015, a la
muerte de Strong, el fundador de Davos, Klaus Schwab, escribió, "Fue
mi mentor desde la creación del Foro: un gran amigo, un asesor
indispensable y, durante muchos años, miembro de nuestro Consejo de
Fundación".
Antes de abandonar
la ONU por un escándalo de corrupción en el programa "Alimentos
por petróleo" de Irak, Strong fue miembro del Club de
Roma, fideicomisario del Instituto Aspen,
fideicomisario de la Fundación Rockefeller y de
la Fundación Rothschild. Strong también fue director
del Templo del Entendimiento del Lucifer
Trust (conocido además como Lucis
Trust) con sede en la Catedral de St. John the Divine, de
Nueva York, "donde los rituales paganos incluyen escoltar ovejas
y ganado al altar para su bendición. Aquí, el vicepresidente Al
Gore pronunció un sermón, mientras los fieles marchaban hacia el
altar con cuencos de excrementos y lombrices…"
Este
es el oscuro origen de la agenda del Gran Reinicio de Schwab, según
la cual deberíamos comer gusanos y no tener propiedad privada, para
"salvar al planeta". La agenda
es oscura, distópica y destinada a eliminar a miles de millones de
nosotros, "humanos corrientes".
*
F.
William Engdahl es consultor de riesgos estratégicos y
conferenciante, licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad
de Princeton y autor de best-sellers sobre petróleo y geopolítica.
Es investigador asociado del Centro de Investigación sobre la
Globalización (CRG).
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