HERRAMIENTAS DE ADOCTRINAMIENTO
Los
diseñadores de esta pandemia anticiparon una reacción del público
y que se harían preguntas embarazosas. Para evitarlo esos
controladores instruyeron a los medios de comunicación con una serie
de tácticas. Una de las más utilizadas fue y es la estafa de la
"comprobación de hechos" ("fact check"). Cada
vez que se enfrentaban con pruebas cuidadosamente documentadas, los
"verificadores de hechos" ("fact checkers") de
los medios (mass media) contraatacaban con la acusación de
"desinformación" y una infundada "teoría de la
conspiración", que en su léxico quedaba "desenmascarada"
(debunked). Nunca se nos dijo quiénes eran los "verificadores
de hechos" ni la fuente de su información que les permitía
"desenmascarar" a los teóricos de la conspiración…
simplemente debíamos creerles. Un reciente caso judicial estableció,
bajo juramento, que los "verificadores de hechos" de
Facebook utilizaban su propia opinión y no la de verdaderos expertos
para desenmascarar a los "conspiracionistas" [59]. Cuando
se revelan las fuentes se trata invariablemente de los corruptos CDC,
la OMS o Anthony Fauci… o simplemente los propios "fact
checkers". He aquí una lista de cosas que fueron etiquetadas
como "mitos" y "desinformación", que más tarde
se demostró que eran ciertas:
Los vacunados asintomáticos están propagando el virus igual que los infectados sintomáticos no vacunados.
Las vacunas no pueden proteger adecuadamente contra las nuevas variantes, como Delta y Omicron.
La inmunidad natural es muy superior a la inmunidad vacunal y es muy probable que dure toda la vida.
La inmunidad vacunal no sólo disminuye al cabo de varios meses, sino que todas las células inmunitarias se ven alteradas durante periodos prolongados, lo que expone a los vacunados a un alto riesgo de contraer todas las infecciones y cáncer.
Las vacunas COVID pueden causar una incidencia significativa de coágulos sanguíneos y otros efectos secundarios graves.
Los defensores de la vacuna exigirán numerosos refuerzos a medida que cada variante aparezca en escena.
Fauci insistirá en la vacuna covid para niños pequeños e incluso bebés.
Se exigirán pasaportes con la vacuna para entrar en un negocio, volar en avión y utilizar el transporte público
Habrá campos de internamiento para los no vacunados (como en Australia, Austria y Canadá)
A los no vacunados se les negará el empleo.
Hay acuerdos secretos entre el gobierno, las instituciones elitistas y los fabricantes de vacunas
Muchos hospitales estaban vacíos o con baja ocupación durante la pandemia.
La proteína spike de la vacuna entra en el núcleo de la célula, alterando la función de reparación del ADN celular.
Cientos de miles de personas han muerto a causa de las vacunas y muchas más han sufrido daños permanentes.
Un tratamiento precoz podría haber salvado la vida de la mayoría de los 700.000 fallecidos.
La miocarditis inducida por vacunas (que se negó en un principio) es un problema importante y desaparece en poco tiempo.Los lotes especiales mortales de estas vacunas se mezclan con el conjunto de otras vacunas Covid-19.
Varias de estas afirmaciones de quienes se oponían a estas vacunas aparecen ahora en el sitio web de los CDC, la mayoría identificadas todavía como "mitos". Hoy en día, numerosas pruebas han confirmado que cada uno de estos supuestos "mitos" eran en realidad verdades. Muchos de esos "mitos" incluso son admitidos por el "santo de las vacunas" Anthony Fauci. Por ejemplo, se nos dijo, incluso por parte de nuestro Presidente (afectado por problemas cognitivos), que una vez que la vacuna saliera al mercado todos los vacunados podrían quitarse las mascarillas. Pero ¡caramba! poco después se nos dijo que los vacunados tienen altas concentraciones del virus en la nariz y la boca (nasofaringe) y pueden transmitir el virus a otras personas con las que entren en contacto, especialmente sus propios familiares. Hay que volver a ponerse las mascarillas; de hecho se recomienda el doble enmascaramiento. Ahora se sabe que los vacunados son los principales supercontagiadores del virus y los hospitales están llenos de vacunados enfermos y de personas que sufren graves complicaciones derivadas de la vacuna [27,42,45].
Otra táctica de los defensores de las vacunas es demonizar a aquellos que rechazan vacunarse por diversas razones. Los medios de comunicación se refieren a estas personas con pensamiento crítico como "antivacunas", "negacionistas de las vacunas", "enemigos de las vacunas", "asesinos", "enemigos del bien común" y como los culpables de prolongar la pandemia. Me han horrorizado los virulentos ataques, a menudo despiadados, de algunas personas, que se expresan en las redes sociales, cuando un padre o un allegado relata una historia terrible de sufrimiento y muerte final, que ellos o sus seres queridos sufrieron como resultado de las vacunas. Algunos psicópatas tuitean que se alegran de que un ser querido por alguien haya muerto o que la persona lesionada era enemiga de la humanidad por referir el suceso y se le debería prohibir contarlo. Es difícil encontrar una palabra para calificar estas actitudes. Tal nivel de crueldad es aterrador y significa el colapso moral de una sociedad decente y humanitaria.
Ya es bastante malo que el público caiga tan bajo, pero los medios de comunicación, los líderes políticos, los administradores de hospitales, las asociaciones médicas y las juntas de licencias médicas están actuando de una manera moralmente disfuncional y cruel similar.
LA LÓGICA, EL
RAZONAMIENTO Y LA EVIDENCIA CIENTÍFICA HAN DESAPARECIDO EN LA
ACTUALIDAD
¿La evidencia científica, los
estudios cuidadosamente realizados, la experiencia clínica y la
lógica médica han tenido algún efecto para detener estas vacunas
ineficaces y peligrosas? Por supuesto que no. Los esfuerzos
draconianos para vacunar a todos los habitantes del planeta continúan
(excepto a la élite,
los trabajadores de correos,
los miembros del Congreso
y otras personas con
información privilegiada) [31,62].
En el
caso de todos los demás medicamentos y vacunas convencionales
anteriores, que están siendo revisados por la FDA, las muertes
inexplicables de 50 o menos personas provocaron la interrupción de
la distribución del producto, como ocurrió en 1976 con la vacuna de
la gripe porcina. Con más de 18.000 muertes reportadas por el
sistema VAERS para el período comprendido entre el 14 de diciembre
de 2020 y el 31 de diciembre de 2021, así como 139.126 lesiones
graves (incluyendo muertes relacionadas con las lesiones) para el
mismo período, todavía no se plantea detener este programa de
vacunas mortales [61]. Peor aún, no hay ninguna investigación seria
por parte de ninguna agencia gubernamental para determinar por qué
esas personas están muriendo y sufriendo lesiones graves y
permanentes cuando son vacunadas [15,67]. Lo que sí vemos es una
serie continua de encubrimientos y evasivas por parte de los
fabricantes de vacunas y sus promotores.
La guerra contra
fármacos y compuestos naturales eficaces, baratos y muy seguros, que
han demostrado más allá de toda duda que han salvado millones de
vidas en todo el mundo, no sólo ha continuado, sino que se ha
intensificado [32,34,43].
A los médicos se les dice que
no pueden suministrar estos compuestos, que salvan vidas, a sus
pacientes y que, si lo hacen, serán expulsados del hospital, se les
retirará la licencia médica o serán castigados de muchas otras
formas. Un gran número de farmacias se han negado a dispensar
recetas de ivermectina o hidroxicloroquina, a pesar de que millones
de personas han consumido estos medicamentos de forma segura, durante
más de 60 años en el caso de la hidroxicloroquina y por décadas en
el caso de la ivermectina [33,36]. Esta negativa a dispensar recetas
no tiene precedentes y ha sido urdida por quienes quieren impedir
métodos alternativos de tratamiento, todo ello basado en proteger la
vacunación universal. Varias empresas que fabrican hidroxicloroquina
acordaron vaciar sus existencias del fármaco donándolas a la
Reserva Estratégica Nacional, lo que hace que este fármaco sea
mucho más difícil de conseguir [33]. ¿Por qué haría eso el,
cuando más de 30 estudios bien realizados han demostrado que este
fármaco redujo las muertes entre un 66% y un 92% en otros países,
como India, Egipto, Argentina, Francia, Nigeria, España, Perú,
México y otros [23]?
Los detractores de estos dos
medicamentos que salvan vidas suelen estar financiados por Bill Gates
y Anthony Fauci, que ganan millones con estas vacunas [48,15].
Para
frenar aún más el uso de estos fármacos, la industria farmacéutica
y Bill Gates/Anthony Fauci financiaron una investigación falsa para
demostrar que la hidroxicloroquina era un fármaco peligroso y que
podía dañar el corazón [34]. Para demostrar este caso fraudulento,
los investigadores administraron a los pacientes más enfermos de
COVID una dosis casi letal del fármaco, en una cantidad mucho más
alta que la utilizada en cualquier paciente de COVID por el Dr. Kory,
McCullough y otros médicos verdaderos y compasivos, médicos que
realmente estaban tratando a pacientes de COVID [23].
Los
medios de comunicación controlados, por supuesto, martillearon al
público con historias del efecto mortal de la hidroxicloroquina,
mostrando expresiones aterrorizada de falso pánico. Se demostró que
todas esas historias sobre los peligros de la ivermectina eran falsas
y algunas de ellas increíblemente absurdas [37,43].
El
ataque contra la ivermectina fue aún más despiadado que contra la
hidroxicloroquina. Todo esto, y mucho más, está meticulosamente
descrito en el excelente libro recien publicado de Robert Kennedy Jr
(The Real Anthony Fauci. Bill Gates, the Big
Pharma and the Global War on Democracy and Public Health,
El verdadero Anthony
Fauci. Bill Gates, las grandes farmacéuticas y la guerra mundial
contra la democracia y la salud pública)
[32]. Si realmente se
preocupa por la
verdad y todo lo que ha ocurrido desde que comenzó esta atrocidad,
no sólo debe leer, sino estudiar este libro detenidamente.
Está totalmente referenciado y cubre todos los temas con gran
detalle. Se trata de una tragedia humana de proporciones bíblicas,
diseñada por algunos de los psicópatas más viles y despiadados de
la historia.
Millones de personas
han sido deliberadamente asesinadas y dañadas, no sólo por este
virus manipulado, sino por la propia vacuna y por las medidas
draconianas utilizadas por estos gobiernos para "controlar
la propagación de la pandemia". No debemos ignorar
las "muertes por desesperación" causadas por estas medidas
inflexibles, que pueden superar los cientos de miles. Millones de
personas han muerto de hambre en países del tercer mundo como
consecuencia de ellas. Sólo en Estados Unidos, de las 800.000
personas que murieron, según las burocracias médicas, más de
600.000 de fallecieron como resultado de la eliminación intencionada
del tratamiento precoz, negando el uso de medicamentos reutilizados,
altamente eficaces y seguros, como la hidroxicloroquina y la
ivermectina, y la aplicación forzada de tratamientos mortales, como
el remdesivir y la aplicación de respiradores. Esto sin contar las
muertes por la angustia inducida y la negligencia en la atención
médica causada por el confinamiento y las medidas hospitalarias
impuestas a los sistemas sanitarios.
Para agravar todo
esto y debido a los mandatos de vacunación impuestos a todo el
personal hospitalario, miles de enfermeras y otros trabajadores
hospitalarios han dimitido o han sido despedidos [17,30,51], lo que
ha provocado una escasez crítica de trabajadores sanitarios vitales
y una peligrosa reducción de camas de UCI en muchos hospitales.
Además, como ocurrió en el Lewis County Healthcare System, un
sistema hospitalario especializado de Lowville, Nueva York, cerró su
unidad de maternidad tras la dimisión de 30 trabajadores del
hospital por las desastrosas órdenes estatales de vacunación. La
ironía en todos estos casos de dimisiones es que los administradores
aceptaron sin vacilar estas pérdidas masivas de personal, a pesar de
despotricar contra la escasez de personal durante una "crisis".
Esto es especialmente desconcertante cuando nos enteramos de que las
vacunas no impidieron la transmisión viral y que la variante
predominante actual es de una patogenicidad extremadamente baja.
LA
CIENCIA REVELA CADA VEZ MÁS LOS PELIGROS DE LAS VACUNAS
Mientras
que la mayoría de los investigadores, virólogos, investigadores de
enfermedades infecciosas y epidemiólogos han sido intimidados para
que guarden silencio, un número cada vez mayor de personas de gran
integridad, con una enorme experiencia, han salido a la luz para
decir la verdad, es decir, que estas vacunas son mortales.
La
mayoría de las nuevas vacunas deben someterse a exhaustivas pruebas
de seguridad durante años antes de ser aprobadas. Las nuevas
tecnologías, como las vacunas de ARNm y ADN, requieren un mínimo de
10 años de pruebas minuciosas y un seguimiento exhaustivo. Estas
nuevas supuestas vacunas fueron "probadas" en sólo 2 meses
y luego los resultados de esas pruebas de seguridad fueron y siguen
siendo mantenidos en secreto. El testimonio ante el senador Ron
Johnson de varios de los que participaron en el estudio de 2
meses indica que prácticamente nunca se hizo un seguimiento de los
participantes en el estudio previo al lanzamiento [67]. Las quejas
por complicaciones fueron ignoradas y a pesar de las promesas de
Pfizer de que todos los gastos médicos causados por las "vacunas"
a los voluntarios serían pagados, esas personas declararon que no se
pagó ninguno [66]. Algunos gastos médicos superan los 100.000
dólares.
Como ejemplo del engaño de Pfizer y de los
demás fabricantes de vacunas de ARNm, está el caso de Maddie de
Garay, de 12 años,
que participó en el estudio de seguridad previo al lanzamiento de la
vacuna de Pfizer. En la reunión del senador Johnson con las
familias de los lesionados por la vacuna, su
madre contó que su hija sufría convulsiones
recurrentes, que ahora está
confinada a una silla de
ruedas, debe ser alimentada
por sonda y sufre daños
cerebrales permanentes. En la evaluación de seguridad
de Pfizer presentada a la FDA, su único efecto secundario es un
"dolor de estómago". Cada persona presentó historias
horripilantes similares.
Los japoneses recurrieron a una
demanda FOIA (Freedom
of Information Act) para obligar a Pfizer a publicar su
estudio secreto de biodistribución. La razón por la que Pfizer
quería mantenerlo en secreto es que demostraba que Pfizer
mintió al público y a las agencias reguladoras
sobre el comportamiento de los componentes de la vacuna inyectada
(incluido el nanotransportador lipídico de ARNm). Afirmaron que
permanecía en el lugar de la inyección (el hombro), cuando en
realidad su propio estudio descubrió que se propagaba rápidamente
por todo el cuerpo a través del torrente sanguíneo en 48 horas.
El
estudio también descubrió que estos
nanotransportadores lipídicos mortales se acumulaban en
concentraciones muy elevadas en varios órganos, incluidos los
órganos reproductores
de hombres y mujeres, el corazón,
el hígado,
la médula ósea
y el bazo
(un órgano inmunitario importante). La concentración más alta se
registró en los ovarios
y la médula ósea.
Estos nanotransportadores lipídicos
también se acumularon
en el cerebro.
El Dr. Ryan Cole, un patólogo de Idaho, informó de un dramático aumento de cánceres muy agresivos entre las personas vacunadas (del que no informaron los medios de comunicación). Encontró una incidencia aterradoramente alta de cánceres altamente agresivos en individuos vacunados, especialmente melanomas altamente invasivos en jóvenes y cánceres uterinos en mujeres [26]. Otros informes de activación de cánceres previamente controlados también están apareciendo entre pacientes de cáncer vacunados [47]. Hasta ahora no se han realizado estudios para confirmar estos informes, pero es poco probable que se realicen, al menos financiados por subvenciones de los NIH.
La elevada
concentración de proteínas de la espiga
(spike proteins) hallada
en los ovarios, en el estudio de biodistribución, podría muy bien
afectar la fertilidad de las mujeres jóvenes, alterar la
menstruación y exponerlas a un mayor riesgo de cáncer de ovario. La
alta concentración en la médula ósea también podría poner a los
vacunados en un alto riesgo de leucemia y linfoma. El riesgo de
leucemia es muy preocupante ahora que se ha empezado a vacunar a
niños de tan sólo 5 años. Ninguno de estos fabricantes de vacunas
Covid-19 ha realizado estudios a largo plazo, especialmente en lo que
se refiere al riesgo de inducción de cáncer. La inflamación
crónica está íntimamente ligada a la inducción, crecimiento e
invasión del cáncer y las vacunas estimulan la inflamación.
A
los pacientes con cáncer se les dice que deben vacunarse con estas
vacunas mortales. Esto, en mi opinión, es una locura. Estudios más
recientes han demostrado que este tipo de vacuna inserta la proteína
de la espiga en el núcleo de las células inmunitarias (y muy
probablemente en muchos tipos de células) y una vez allí inhibe dos
enzimas de reparación del ADN muy importantes, BRCA1
y 53BP1, cuyo misión es reparar
los daños en el ADN celular [29]. Los daños no reparados en el ADN
desempeñan un papel fundamental en la aparición del cáncer.
Existe
una enfermedad hereditaria llamada xeroderma
pigmentoso en la que las enzimas de reparación del ADN
son defectuosas. Estos enfermos desarrollan múltiples cánceres de
piel y una incidencia muy alta de cáncer en los órganos. Aquí
tenemos una vacuna que hace lo mismo, pero en menor grado.
Una
de las enzimas reparadoras defectuosas causadas por estas vacunas se
llama BRCA1 y se asocia con una
incidencia significativamente mayor de cáncer de mama en las mujeres
y de próstata en los hombres.
Cabe señalar que nunca se
realizaron estudios sobre varios aspectos críticos de este tipo de
vacunas.
Nunca se han probado sus efectos a largo plazo
Nunca se ha comprobado si inducen autoinmunidad.
Nunca se ha comprobado adecuadamente su seguridad durante ninguna etapa del embarazo
No se han realizado estudios de seguimiento en los bebés de las mujeres vacunadas
No hay estudios a largo plazo sobre los hijos de las mujeres embarazadas vacunadas después de su nacimiento (especialmente cuando se produce un hito en el neurodesarrollo).
Nunca se han probado sus efectos en una larga lista de afecciones médicas:
Diabetes
Cardiopatías
Aterosclerosis
Enfermedades neurodegenerativas
Efectos neuropsiquiátricos
Inducción de trastornos del espectro autista y esquizofrenia
Función inmunitaria a largo plazo
Transmisión vertical de defectos y trastornos
Cáncer
Trastornos autoinmunes
La experiencia previa con las vacunas antigripales demuestra claramente que los estudios de seguridad realizados por investigadores y médicos clínicos vinculados a las empresas farmacéuticas fueron esencialmente todos mal hechos o diseñados a propósito para mostrar falsamente la seguridad y encubrir los efectos secundarios y las complicaciones. Esto se demostró de forma dramática con los falsos estudios anteriormente mencionados, diseñados para indicar que la hidroxicloroquina y la ivermectina eran ineficaces y demasiado peligrosas [34,36,37]. Estos falsos estudios provocaron millones de muertes y graves desastres sanitarios en todo el mundo. Como ya se ha dicho, el 80% de todas las muertes fueron innecesarias y podrían haberse evitado con medicamentos baratos y seguros reutilizados, con un historial de seguridad muy largo entre millones de personas que, los han tomado durante décadas o incluso toda la vida [43,44].
Es más que irónico que aquellos que dicen ser responsables de proteger nuestra salud, aprobaran un conjunto de vacunas mal probadas, que han provocado más muertes en menos de un año de uso que todas las demás vacunas combinadas administradas en los últimos 30 años. Su excusa cuando se les confrontó fue: "tuvimos que pasar por alto algunas medidas de seguridad porque se trataba de una pandemia mortal" [28,46].
En 1986 el presidente Reagan firmó la Ley Nacional de Lesiones Causadas por Vacunas Infantiles (National Childhood Vaccine Injury Act), que otorgaba una protección general a los fabricantes de vacunas frente a los litigios por lesiones interpuestos por las familias de personas lesionadas por vacunas. El Tribunal Supremo, en un dictamen de 57 páginas, falló a favor de las empresas de vacunas, permitiendo de hecho a los fabricantes de vacunas fabricar y distribuir a la población vacunas peligrosas y a menudo ineficaces, sin temor a consecuencias legales. El tribunal insistió en un sistema de indemnización por lesiones causadas por vacunas que sólo ha pagado un número muy reducido de indemnizaciones al gran número de personas gravemente lesionadas. Se sabe que es muy difícil recibir estas indemnizaciones. Según la Administración de Recursos y Servicios Sanitarios, desde 1988 el Programa de Indemnización por Lesiones Causadas por Vacunas (VICP) ha acordado pagar 3.597 indemnizaciones a 19.098 personas lesionadas por vacunas, que solicitaron una suma total de 3.800 millones de dólares. Esto fue antes de la introducción de las vacunas Covid-19, en las que sólo las muertes superan a todas las muertes relacionadas con todas las vacunas combinadas en un periodo de treinta años.
En 2018 el
presidente Trump promulgó la ley del "derecho a ensayar",
que permitía el uso de fármacos experimentales y todos los
tratamientos no convencionales para ser utilizados en casos de
condiciones médicas extremas. Como hemos visto con la negativa de
muchos hospitales e incluso la negativa general de los estados a
permitir la Ivermectina, la hidroxicloroquina o cualquier otro método
"oficial" no aprobado para tratar incluso casos terminales
de Covid-19, estos nefastos individuos han ignorado esta
ley.
Extrañamente no utilizaron esta misma lógica ni esa
ley cuando se trató de la ivermectina y la hidroxicloroquina, ambas
sometidas a exhaustivas pruebas de seguridad mediante más de 30
estudios clínicos de gran calidad y con informes elogiosos, tanto
sobre su eficacia como sobre su seguridad y en numerosos países.
Además teníamos un historial de uso de hasta 60 años por parte de
millones de personas, que utilizaban esos medicamentos en todo el
mundo, con un excelente historial de seguridad. Era obvio que un
grupo de personas muy poderosas, en conjunción con los conglomerados
farmacéuticos, no querían que la pandemia terminara y querían que
las vacunas fueran la única opción de tratamiento. El libro de
Kennedy expone este caso utilizando numerosas pruebas y citas
[14,32].
El Dr. James Thorpe, experto en medicina
materno-fetal, demuestra que estas vacunas Covid-19 administradas
durante el embarazo, han provocado una incidencia de abortos
espontáneos 50 veces mayor que la registrada con todas las demás
vacunas combinadas [28]. Cuando examinamos su gráfico sobre
malformaciones fetales, se observa una incidencia 144 veces mayor de
malformaciones fetales con las vacunas Covid-19 administradas durante
el embarazo, en comparación con todas las demás vacunas combinadas.
Sin embargo la Academia Americana de
Obstetricia y Ginecología y el Colegio
Americano de Obstetricia y Ginecología respaldan la
seguridad de estas vacunas en todas las etapas del embarazo y entre
las mujeres que amamantan a sus bebés.
Cabe destacar que
estos grupos de especialidades médicas
han recibido importantes fondos de la empresa farmacéutica Pfizer.
El Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología, sólo en el
cuarto trimestre de 2010, recibió un total de 11.000 dólares sólo
de la compañía farmacéutica Pfizer [70]. La financiación
procedente de subvenciones de los NIH es mucho mayor [20]. La mejor
manera de perder esas subvenciones es criticar la fuente de los
fondos, sus productos o programas favoritos. A Peter Duesberg, por
atreverse a cuestionar la teoría favorita de Fauci sobre el SIDA
causado por el virus VIH, ya no le concedieron ninguna de las 30
solicitudes de subvención que presentó tras hacerlo público. Antes
de ese episodio, como principal autoridad mundial en retrovirus,
nunca le habían denegado una subvención de los NIH [39]. Así es
como funciona e sistema "corrupto", a pesar de que gran
parte del dinero de las subvenciones procede de nuestros impuestos.
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