Orígenes del COVID: Uniendo los puntos
Comisión de la Cámara
+ RFK Jr. = Ron Unz (bioataque deliberado)
Kevin Barrett - 15 de
julio de 2023
Desde las
explosivas audiencias sobre los Orígenes del COVID en el Congreso,
hasta la afirmación del gobierno estadounidense de que agentes rusos
defecan en el equipaje de funcionarios estadounidenses, las Noticias
Semanales de Falsa Bandera de esta semana cubrieron la proverbial
línea del horizonte.
Empezamos con la Comisión COVID, no
con los zurullos rusos, por razones obvias. El hecho de que el COVID
sea un arma biológica artificial y no un virus natural, es
posiblemente más importante que las historias de agentes rusos
lanzando bombas sucias en las maletas de sus homólogos
estadounidenses. Para decirlo sin rodeos, la conspiración de marzo
de 2020 para engañar al mundo, elevando la teoría del origen
natural del COVID a la categoría de dogma religioso, al tiempo que
silenciaba a quienes buscaban y decían la verdad, constituye
obstrucción a la justicia en primer grado. La obstrucción a la
justicia no es normalmente un asunto de pena de muerte, pero este
caso, que implica, como así es, el asesinato de decenas de millones
de personas, se trata posiblemente de una excepción.
Algunos
antecedentes históricos
Para aquellos que
llegaron tarde, he estado cubriendo la verdad sobre el COVID desde
los primeros días de la estafademia.
El 9 de febrero de
2020 Jeff Brown y yo discutimos la probabilidad de que el
COVID-19 surgiera de un bio-ataque de EEUU a China. El 16 de marzo de
2020 Peter Myers se me unió para discutir la evidencia de que
el COVID-19 se fabricara en un laboratorio. El 27 de marzo de 2020
tres destacados expertos en el 11-S y el Dr. E. Michael Jones
hablaron en mi programa sobre el COVID
como otro 11-S. Aún más importante, la Dra.
Meryl Nass se me unió para exponer el encubrimiento criminal de
los orígenes en un laboratorio del COVID, que la Cámara de
Representantes de EEUU acaba de volver a exponer esta semana, más de
tres años después.
La Dra. Nass también participó en
el seminario web sobre los orígenes del COVID que organicé en mayo
de 2020, con el profesor de derecho internacional Francis Boyle
y Run Unz, editor de Unz Review. Para entonces
Ron Unz había comenzado a publicar el material que más tarde
recopiló en el libro Our COVID-19 Catastrophe: Was the
Epidemic the Result of Biowarfare Blowback? (Nuestra
catástrofe COVID-19: ¿Fue la epidemia el resultado de un efecto
boomerang de guerra biológica?) El libro de Unz desarrolla de
forma brillante y convincente el argumento que yo había empezado a
exponer, aunque con menos profundidad y elegancia, a principios de
febrero de 2020: el COVID-19
surgió de un bioataque estadounidense dirigido contra la economía
de China y las élites gobernantes de Irán.
Curiosamente
el Atlantic Council, que representa el ala dura del
Estado Profundo estadounidense, optó posteriormente por honrarme a
mí, en lugar de a Ron Unz, como uno de los ocho principales
"superdifusores de las teorías
conspirativas del
COVID-19" del mundo. Yo no estaba tratando de robar
la noticia de Unz. Al contrario, insté encarecidamente al periodista
de AP que me entrevistó para un reportaje, David Klepper, a
que se pusiera en contacto con Unz, el principal experto en la
hipótesis del bioataque. Klepper ignoró mi consejo y publicó un
típico artículo calumnioso patrocinado por el Estado Profundo.
La
Comisión de la Cámara de Representantes de EEUU se
pone al día con Meryl Nass
La semana pasada, la
Comisión del Covid de la Cámara de Representantes finalmente se
puso al día con Meryl Nass. La Comisión interrogó a varios autores
del artículo seminal de Nature Medicine que consagró
la narrativa del origen natural, mientras desprestigiaba la hipótesis
del origen de laboratorio como una peligrosa
teoría de la conspiración. A finales de enero de 2020
esos virólogos habían estado
intercambiando frenéticamente correos electrónicos, que demostraban
su opinión esencialmente unánime de que el
COVID parecía haber sido
creado
en un laboratorio. Luego, sólo
tres días más tarde, después de una larga conferencia telefónica
con Fauci, todos ellos abrazaron
simultáneamente la línea la facción del "origen natural",
que cerró la discusión principal acerca de la verdad del origen de
COVID.
El martes la congresista Nicole Malliotakis
(republicana de Nueva York) preguntó a uno de los virólogos, Robert
Garry: "¿Qué ocurrió durante
esos tres días?". Garry, bajo
juramento, respondió: "Bueno,
examinamos el genoma
más de cerca…". A continuación se refirió a los
argumentos que Meryl Nass expuso hace más de tres años como
obviamente engañosos y descaradamente mendaces.
Los
republicanos de la Comisión de la Cámara son dignos de elogio,
esencialmente por dejar constancia de la exposición de Meryl Nass
dejando claro, en el Registro del Congreso, el encubrimiento de los
orígenes del COVID por Nature Medicine. Pero los
republicanos están empeñados en culpar a China en general y al
Instituto de Virología de Wuhan
en particular. Eso puede ser políticamente útil. Pero el enfoque de
"culpar a China" tiene debilidades obvias. ¿Por
qué las autoridades estadounidenses se esforzarían tanto por
encubrir la culpabilidad de China en caso de liberación accidental?
Si el COVID se escapara accidentalmente de un laboratorio chino y el
culpable fuera el estamento científico chino y el gobierno que lo
respalda, ¿no empezaría a babear
el gobierno estadounidense ante la enorme influencia que podría
obtener sobre China, sacando a la luz la verdad y exigiendo
reparaciones?
En
lugar de buscar la verdad sobre los orígenes del COVID, el gobierno
estadounidense se ha comportado como si la verdad fuera venenosa: es
un ejemplo clásico de lo que policías y fiscales llaman
"comportamiento culpable". Un artículo de
Katherine Eban, publicado en Vanity Fair en
junio de 2021, reveló que se advirtió a
los funcionarios del Departamento de Estado que no investigaran los
orígenes de COVID, porque el tema era una "lata de gusanos"
que "podría abrir la caja de Pandora". Pero
si la verdad fuera simplemente que el COVID tuvo su origen en un
accidente en el Instituto de Virología
de Wuhan y que los chinos fueron en última instancia
los culpables, ¿por qué sería eso una "caja de Pandora"?
Al contrario, sería lo mejor que le ha pasado nunca al gobierno
estadounidense, ofreciendo a Washington la palanca que necesita para
contener a su mayor adversario geopolítico.
Incluso
mientras los republicanos de la Cámara de Representantes ofrecían
un espacio limitado a los orígenes del COVID, intentando culpar a
China, el candidato presidencial Robert F. Kennedy Jr.
explicaba por qué la culpa del COVID era de Estados Unidos y no de
China:
"Creo que la CIA estuvo ciertamente
implicada en esta investigación", proclamó Kennedy, añadiendo:
"la financiaban a través de USAID. Y creo que los
NIH dieron al final unos 26 millones de dólares de financiación al
laboratorio de Wuhan. Pero USAID, que funcionaba como sustituto de la
CIA, dio más de 64 millones de dólares. El Pentágono también dio
mucho dinero".
Lo que plantea la pregunta: ¡¿Por
qué la CIA
y el Pentágono
estarían financiando la investigación china sobre armas
biológicas?!
Para responder a esa pregunta
exploremos un escenario hipotético.
¿Y si los estrategas
estadounidenses, hace muchos años, vieran que la mayor amenaza para
la continuidad de la hegemonía de Estados Unidos era el crecimiento
económico de dos dígitos de China durante tres décadas? Reducir la
brecha entre el crecimiento económico chino y el de Estados Unidos y
Occidente se convertiría entonces en el imperativo estratégico
número uno.
Una forma de frenar el crecimiento económico
de China sería atacarla con un arma biológica antieconómica. No
tendría que matar a más de, digamos, una de cada quinientas
personas. Incluso un arma de baja letalidad, si es ultracontagiosa,
podría obligar al adversario a bloquear su economía.
Robert
Kadlec (https://en.wikipedia.org/wiki/Robert_Kadlec
) ha construido toda una carrera abogando por tales ideas. Donald
Trump nombró a Kadlec zar de la guerra
biológica en 2017. Luego, en 2018, China perdió la mayor
parte de su suministro de pollo por un misterioso virus. En 2019 su
producción de carne de cerdo fue diezmada por otro virus. Y como
todos sabemos, en 2020, la economía china se vio lastrada, incluso
hasta cierto punto de forma permanente, por el COVID-19. Gracias al
COVID, la enorme brecha entre el crecimiento económico chino y el
estadounidense se ha reducido considerablemente. El hecho de que el
COVID parezca haberse vuelto contra sus creadores, matando a más de
un millón de estadounidenses, no debería ocultar esa victoria
estratégica. Un punto para los buenos.
Si el COVID fuera
un bioataque antieconómico de Estados Unidos contra China, la CIA
habría financiado el laboratorio de Wuhan para crear un "chivo
expiatorio plausible" sobre el que pudieran recaer las
sospechas. Al crear un laboratorio
biológico de nivel 4 en Wuhan, centro de tránsito de
China, y financiar allí la investigación sobre el coronavirus del
murciélago, la CIA se aseguró de que su ataque contra China pudiera
atribuirse a la víctima.
Por eso, cuando se advirtió a
los funcionarios del Departamento de Estado que no indagaran en la
"caja de Pandora" de los orígenes de COVID, se les estaba
disuadiendo de realizar investigaciones que, en última instancia,
podrían desenmascarar el crimen de guerra biológica estadounidense
del siglo y poner fin al imperio de Estados Unidos.
Los
republicanos de la Cámara de Representantes, por supuesto, no están
de acuerdo. Piensan que Fauci, los demócratas y otros
obstruccionistas de los orígenes de COVID están metidos en la cama
con China o, al menos, tienen miedo de alborotar el avispero chino.
¿Es posible que unos liberales pusilánimes teman que culpar al WIV
y a China del COVID pueda irritar al pueblo estadounidense y
desencadenar una guerra terriblemente destructiva?
Ese es
precisamente el escenario que la CIA, Lyndon B. Johnson y
detrás de ellos los israelíes, utilizaron para aterrorizar a Earl
Warren y a otros hombres razonables, para que encubrieran el
asesinato de John F. Kennedy. Relacionando al chivo expiatorio
Lee Harvey Oswald con el comunismo ruso y cubano, los asesinos
de JFK, entre ellos Allen Dulles, pudieron decirle a Warren:
"La verdad podría llevar a la Tercera Guerra Mundial. Es una
lata de gusanos,
una caja de Pandora.
No la abras".
La CIA no ha cambiado desde que
mató a los Kennedy. Bajo el Director de la CIA Mike
"mentimos/engañamos/robamos" Pompeo parece que la
agencia estableció al WIV como el Lee Harvey Oswald del bio-ataque
COVID. Al financiar una instalación de nivel 4 de guerra
biológica en Wuhan, encargada de los coronavirus de murciélago, la
CIA se aseguró de que después de atacar a China y resolver al menos
parcialmente el problema del crecimiento económico chino, sería
capaz de aterrorizar a los tiernos liberales demócratas y otras
personas ingenuas, agitando el expectro de la lata
de gusanos/Caja de Pandora
de la verdad sobre los orígenes del "COVID, que podría
conducir a la Tercera Guerra Mundial con China."
Vacunas
de ARNm: ¿La cura fallida?
Si el COVID-19 fue un proyecto militar, lo
lógico sería que las vacunas de ARNm se hubieran desarrollado
simultáneamente como el antídoto previsto. Ese experimento, para
bien o para mal, parece no haber tenido demasiado éxito.
No
es de extrañar que las vacunas se lanzaran tan rápido. Y no es de
extrañar que el mundo occidental, dominado
por el imperio bancario estadounidense, fuera sometido
a una censura de emergencia en tiempos
de guerra y a una propaganda
diseñada para obligar a poblaciones enteras a participar en un
experimento de guerra biológica.
Al
conectar los puntos el tardío refrito de la Comisión de la Cámara
de Representantes de EEUU (con la reveladora exposición de Meryl
Nass de marzo de 2020, las declaraciones de Robert F. Kennedy Jr.
sobre la CIA financiando el laboratorio de Wuhan y a los contratistas
militares que fabricaban las vacunas y, por supuesto,
el trabajo seminal de Ron Unz sobre la hipótesis del COVID como
ataque biológico de EEUU) podemos empezar a comprender que estamos
viviendo las etapas entre tempranas e intermedias de la "desmentible
bio-Guerra Mundial III".
No hay comentarios:
Publicar un comentario