Como ya se comentó en el anterior artículo, titulado "Tecnología
de transferencia de genes: usted es el experimento" (“Gene
Transfer Technology- You Are the Experiment”), la práctica de la
tecnología de transferencia de genes es preocupante. Está en
constante evolución y debería someterse a pruebas y regularse, si
es que se practica.
ENSAYOS CLÍNICOS REALIZADOS SIN
SUPERVISIÓN
Brook Jackson denuncia que Pfizer
realizaba falsos ensayos clínicos para sus "vacunas".
Afirma que personas que trabajaban en un puesto de tacos inyectaban a
los pacientes [1]. Brook Jackson realizaba investigaciones para
Pfizer como directora regional de Ventavia
Research Group. Era responsable de la gestión de los
protocolos en dos instalaciones diferentes de Texas.
Jackson
ha denunciado públicamente las prácticas en varios de los centros
de ensayo de "vacunas" de Pfizer. Informa de que la empresa
falsificó datos, no cegó a los pacientes (los
investigadores y/o los participantes no desconocían qué tratamiento
estaba recibiendo un participante individual), empleó a
vacunadores con una formación inadecuada, incumplió los requisitos
de control de la temperatura del producto, proporcionó una atención
post-inyección inadecuada y no informó responsablemente de los
efectos adversos de las inyecciones en los ensayos fundamentales de
fase III de Pfizer [2]. El personal que realizó las
comprobaciones de control de calidad se vio desbordado por el volumen
de problemas encontrados. Jackson hizo varios intentos durante las
dos semanas que trabajó para la organización para informar de la
mala gestión del laboratorio, los problemas de seguridad para los
pacientes y los problemas de integridad de los datos. Finalmente,
Jackson envió una queja
por correo electrónico a la FDA y fue
despedida el mismo día [3].
Después
de que sus quejas fueran continuamente ignoradas, Jackson finalmente
demandó a Pfizer.[4]
El 31 de marzo de 2023 el caso de
Jackson fue desestimado por el juez Truncale debido al hecho
de que los ensayos de Pfizer no estaban
sujetos a las regulaciones de la FDA, debido
a un acuerdo legal entre Pfizer y el Departamento de Defensa
(OTA, Other Transaction Authority) [5].
Por muy poco
ético que sea, existe
un acuerdo legal entre Pfizer y el Departamento de Defensa que exime
a Pfizer de la supervisión reguladora federal.
Sasha
Latypova, antiguo miembro del comité de regulaciones de la
industria farmacéutica de la FDA/EMA (Food and Drug
Administration/European Medicines Agency) y fundador de varias
empresas médicas, afirma que las inyecciones COVID forman parte de
un programa militar que ha suspendido
todas las normas y regulaciones de seguridad en todo el mundo
[6]. "Están en connivencia con
estos fabricantes farmacéuticos para llevar estos productos mortales
por todo el mundo."
Latypova
continúa diciendo que la mayor mentira sobre las "vacunas"
es que son vacunas. Dice que ni
siquiera son productos farmacéuticos. "A todo el
público se le dijo que se trataba de un medicamento (una vacuna) y
todo el mundo esperaba que todas las salvaguardias a las que estamos
acostumbrados para los medicamentos estuvieran en su lugar… y no lo
estaban y en realidad ni siquiera se aplican legalmente a estos
productos", señala Latypova.
QUÉ ES
LA OTA Y POR QUÉ ES IMPORTANTE
En 2015 la
administración Obama trabajó con el Congreso para aprobar la Ley
de Autorización de Defensa Nacional. Esta ley permite al
Departamento de Defensa llevar a cabo transacciones tales como la
celebración de contratos, acuerdos de cooperación y subvenciones
sin supervisión [7]. A esto lo denominan Otra
Autoridad de Transacción (OTA, por sus siglas en
inglés). La OTA ofrece un resquicio legal que permite al
Departamento de Defensa firmar contratos con empresas
farmacéuticas.
El programa de contratos federales OTA dio
paso a la creación del Consorcio de
Defensa Médica Química, Biológica, Radiológica y Nuclear
(CBRN, Chemical, Biological, Radiological and Nuclear), conocido como
MCDC (Multinational Capability
Development Campaign). El MCDC declara abiertamente en
su sitio web que "El Consorcio de Defensa Médica QBRN (MCDC) se
formó en respuesta al interés expresado por el Gobierno de
establecer un Acuerdo de Otras Transacciones (OTA) con una entidad o
grupo de entidades designables, para incluir a socios de la
industria, académicos y sin ánimo de lucro, para esfuerzos de
desarrollo avanzado en apoyo de los requisitos médicos,
farmacéuticos y de diagnóstico del Departamento de Defensa (DoD)
relacionados con la mejora de la eficacia de la misión del personal
militar". Se jactan de la flexibilidad para una mejor
colaboración privada y pública y afirman claramente que la
asociación "FUNCIONA FUERA DE LAS
NORMAS FEDERALES DE ADQUISICIÓN" [8].
La declaración
final está admitiendo claramente que la asociación de Pfizer con
nuestro gobierno no está sujeta a regulaciones. Pfizer participa
como miembro del MCDC [9], que permitió la venta multimillonaria
de las inyecciones de COVID al Departamento de Defensa.
Entonces
¿por qué se involucró el Departamento de Defensa en una crisis
sanitaria e inició contratos que le permitían eludir la supervisión
reglamentaria? ¿Es su implicación una admisión de que sabían que
el COVID era un arma biológica? ¿Es por eso que el Departamento de
Defensa (DoD) hizo contratos OTA por valor de millones de dólares
con Pfizer para las inyecciones de COVID? [10]
LOS
CIMIENTOS ESTABAN BIEN ESTABLECIDOS
Resulta que el trabajo
de base que permitió la falta de regulación
de las "vacunas" COVID lleva
décadas gestándose.
La FDA tiene un
programa llamado Iniciativa de Contramedidas Médicas (MDMi, Medical
Countermeasures Initiative) [11] Esta es la rama de la
FDA del programa público-privado del
Gobierno de EEUU que regula el uso de armas biológicas y químicas.
El término "contramedidas médicas" se utilizó
por primera vez en 1993 en el Título 10, en la Sección 2370a. Fue
una reacción a las amenazas de guerra biológica. Es uno de los
primeros textos legislativos que abordan las armas biológicas [12].
Posteriormente se derogó, pero antes de derogarse en el Título 10
para las Fuerzas Armadas, se puso en el Título 42 para el público.
Se sigue ampliando [13].
Los pasos clave en la marcha
hacia productos biológicos
no regulados que tienen el
potencial de ser utilizados como armas
biológicas incluyen:
Permitir el uso de terapias y diagnósticos no aprobados previamente. El Congreso y el Presidente Clinton aprobaron la Ley de Modernización de Alimentos y Medicamentos el 21 de noviembre de 1997 [14]. Esta ley permitió la aplicación de terapias y diagnósticos que antes no estaban aprobados. Katherine Watt, paralegal e investigadora en armas biológicas, llega a decir: "El programa de Autorización de Uso de Emergencia bajo 21 USC 360 bbb, correctamente titulado, sería 'producción expandida y despliegue de armas ilegales y prohibidas'" [15]. Los participantes ideales en estos estudios serían pacientes con enfermedades terminales, que hubieran probado otras formas de tratamiento que no curaron su enfermedad. Sin embargo no existe ningún requisito legal que obligue a participar en estos experimentos sólo a quienes cumplan estos criterios. Por lo tanto, existe la posibilidad de que estos tratamientos y terapias se utilicen más ampliamente, como el desarrollo y uso de "vacunas" de transferencia genética.
Permitir el uso de productos médicos no autorizados en caso de emergencia. El 24 de noviembre de 2003 el presidente Bush y el Congreso aprobaron la Ley de Autorización de Defensa Nacional para el año fiscal 2004, que añadía el artículo 21 USC 360bbb-3 [16]. La "Autorización de Productos Médicos para Uso en Emergencias" permite la aplicación de productos médicos que de otro modo no estarían autorizados, si el gobierno declara una emergencia [17].
Permitir la realización de investigaciones biológicas anteriormente ilegales. Como parte de las Funciones de Preparación y Respuesta Médica y de Salud Pública, en 2004 la administración Bush trabajó con el Congreso y aprobó la Ley del Proyecto Bioshield. Esta ley otorga "autoridad para el uso de determinados procedimientos relativos a actividades cualificadas de investigación y desarrollo de contramedidas". Esto allana el camino para la investigación biológica que antes era ilegal [18].
QUÉ SIGNIFICA
TODO ESTO
Está muy claro que se han creado
lagunas en la ley y en la supervisión reglamentaria, de forma que
básicamente se ha permitido la
experimentación no regulada en la especie
humana. ¿Ha sido este el plan desde la primera
terminología de las "contramedidas médicas" en 1993? ¿Es
el uso de "contramedidas médicas" sin la debida
supervisión un medio para proteger a las personas de los efectos de
la guerra biológica o es un medio para
librar una guerra biológica?
Sea cual sea
el escenario, sabemos que nunca tuvo sentido que el gobierno,
sirviéndose de los medios de comunicación, creara una histeria
sobre una enfermedad con una tasa de
supervivencia del 99,9%. Desafiaba al sentido común
que estrangularan todos los esfuerzos por sacar a la luz tratamientos
que estaban
demostrando ser seguros y eficaces, como la hidroxicloroquina
y la ivermectina.
¿Fueron estas leyes
puestas en marcha en las últimas décadas parte de un plan mayor
para instituir armas biológicas? ¿Es posible que nos hayan
infiltrado nuestros enemigos y nos hayan declarado la guerra mediante
armas de destrucción masiva?
¿QUÉ ES LA LEY PREP Y POR
QUÉ ES IMPORTANTE?
Mientras que el Departamento de
Defensa parece estar dirigiendo el programa de la "vacuna"
COVID, con Pfizer y otras compañías farmacéuticas actuando como
sus marionetas, está claro que han asegurado sus acciones a través
de la Ley PREP (Public Readiness and Emergency Preparedness Ac).
El
abogado de Jackson, Warner Mendenhall, dice que Pfizer se está
saliendo con la suya con la falta de regulaciones bajo la Ley de
Preparación para Emergencias y Preparación Pública (PREP)
[19].
La Ley de Preparación para Emergencias y
Preparación Pública (Ley PREP) autoriza al Secretario del
Departamento de Salud y Servicios Humanos (Secretario) a emitir una
declaración de Ley PREP. La declaración proporciona inmunidad de
responsabilidad (excepto por mala conducta intencionada) para
reclamaciones
de pérdidas causadas, derivadas, relacionadas o resultantes de la administración o uso de contramedidas contra enfermedades, amenazas y condiciones
que el Secretario determine que constituyen un riesgo presente o creíble de una futura emergencia de salud pública
a las entidades y personas que participen en el desarrollo, fabricación, ensayo, distribución, administración y uso de dichas contramedidas [20].
La Autorización de
Uso de Emergencia (EUA), derivada de la Ley PREP, instituye
automáticamente las directrices reguladoras (o la falta de
regulación) del programa EA (emergency
allotments, adjudicaciones de emergencia). Junto con el
programa OTA ha creado una situación en la que no
hay supervisión regulatoria y no
hay responsabilidad para los involucrados en este programa de
"vacunación". Básicamente han creado la
receta perfecta para permitir la experimentación masiva sin
regulaciones [21].
LAS SINIESTRAS
INYECCIONES EXIGEN RESPONSABILIDADES
La
tecnología de transferencia genética es alarmante y muchos la
consideran peligrosa. La falta de supervisión o regulación (debido
a la OTA) de una tecnología tan problemática es aberrante en el
mejor de los casos y la falta de responsabilidad debida a la
Autorización de Uso de Emergencia es criminal.
Es
importante señalar que las leyes penales aplicables en este caso
siguen siendo aplicables. Asesinato en
segundo grado,
homicidio
involuntario,
homicidio
por negligencia,
lesiones
por negligencia,
ejercicio
de la medicina sin licencia
y conspiración
criminal son sólo algunas de las posibilidades
según los criterios de estos delitos.
LA BUENA
NOTICIA
La buena noticia es que sigue habiendo
recursos legales y leyes disponibles, a pesar de todas las lagunas
legales aprobadas. Se afirma que los fiscales y sheriffs de EEUU
están trabajando juntos para acusar penalmente a los implicados.
Chantaje, colusión, asesinato en masa premeditado por COVID-19,
remdesivir y "vacunas" son algunos de los cargos que se
plantean contra los que han perpetrado este crimen contra la
humanidad [22].
Los estadounidenses están despertando
y hay remedios disponibles para disminuir los efectos secundarios,
tanto para COVID como para aquellos que han sido inoculados. Debemos
ser valientes y no ceder nunca a la propaganda de aquellos que
quieren hacernos daño. Los súper divulgadores de la verdad deben
continuar haciendo precisamente eso. Salvar a la raza humana.
Difundir la verdad.
En cuanto a los abogados de Brook
Jackson, están trabajando en su apelación [23].
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