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viernes, 18 de agosto de 2023

James Corbett (09/04/2018) La mentira secreta que inició la guerra de Afganistán

 


Un nuevo repunte de la violencia en Afganistán, que incluye atentados suicidas de los talibanes y ataques aéreos de represalia de las fuerzas estadounidenses, vuelve a recordar al mundo que la guerra afgana está lejos de haber terminado.


AMY GOODMAN: En Afganistán, prosigue una encarnizada batalla por el control de la estratégica ciudad de Ghazni, cuatro días después de que los talibanes la atacaran, matando a más de 200 personas, entre ellas más de 100 soldados y agentes de policía. Muchos residentes han huido de la ciudad.

FUENTE: Democracy Now, 13 de agosto de 2018


CHARLOTTE BELLIS: Ghazni se transformó en un campo de batalla urbano el pasado viernes. La gente quedó atrapada durante cinco días en sus casas mientras miles de combatientes talibanes y soldados afganos luchaban en las calles. Helicópteros estadounidenses, drones y un bombardero B-1 patrullaban por encima.

FUENTE: ONU: Ghazni sigue siendo peligrosa para todos tras la expulsión de los talibanes


JUDY WOODRUFF: En Afganistán, los combatientes talibanes invadieron una base militar, matando al menos a 17 soldados. Atacaron el lugar en la provincia septentrional de Faryab y afirmaron que decenas de soldados se habían rendido.

FUENTE: PBS NewsHour 14 de agosto de 2018


HEATHER NEUERT: El horrible ataque es un claro esfuerzo por fomentar la violencia sectaria y frenar las esperanzas del pueblo afgano de un futuro de paz y seguridad. Nos recuerda, una vez más, la importancia de alcanzar una solución pacífica al conflicto en Afganistán. Estados Unidos sigue apoyando al Gobierno y al pueblo de Afganistán y continuará respaldando sus esfuerzos para lograr la paz y la seguridad en su país.

FUENTE: Reunión informativa para la prensa del Departamento de Estado - 15 de agosto de 2018


HEATHER NEUERT: El horrible ataque es un claro esfuerzo por fomentar la violencia sectaria y frenar las esperanzas del pueblo afgano de un futuro de paz y seguridad. Nos recuerda, una vez más, la importancia de alcanzar una solución pacífica al conflicto en Afganistán. Estados Unidos sigue apoyando al Gobierno y al pueblo de Afganistán y continuará respaldando sus esfuerzos para lograr la paz y la seguridad en su país.

FUENTE: Reunión informativa para la prensa del Departamento de Estado - 15 de agosto de 2018


HEATHER NEUERT: El horrible ataque es un claro esfuerzo por fomentar la violencia sectaria y frenar las esperanzas del pueblo afgano de un futuro de paz y seguridad. Nos recuerda, una vez más, la importancia de alcanzar una solución pacífica al conflicto en Afganistán. Estados Unidos sigue apoyando al Gobierno y al pueblo de Afganistán y continuará respaldando sus esfuerzos para lograr la paz y la seguridad en su país.

FUENTE: Reunión informativa para la prensa del Departamento de Estado - 15 de agosto de 2018


"Paz" y "seguridad". Durante 17 años, el pueblo estadounidense (y los pueblos del mundo) han escuchado al Departamento de Estado de Estados Unidos decirnos cómo el ejército estadounidense está trabajando para llevar la "paz" y la "seguridad" a Afganistán. Pero esta mentira se refuta por sí misma. Con 17 años, la guerra afgana es ahora la guerra más larga en la historia de Estados Unidos y, a pesar de los recientes informes sobre las negociaciones entre Estados Unidos y los talibanes, el despliegue de tropas en el país en realidad ha aumentado en la era Trump.

JUJU CHANG: Noticias de última hora sobre la larga guerra de EEUU en Afganistán: El presidente Trump en un discurso en horario de máxima audiencia ha declsrado que EEUU debe continuar la lucha.

DONALD TRUMP: Las consecuencias de una salida rápida son predecibles e inaceptables.

[...]

MARTHA RADDATZ: Y aunque no se comprometió a un número específico de tropas adicionales (aunque dijo que veremos una "fuerza abrumadora"), el presidente ha dado al secretario de Defensa Mattis la autoridad para establecer los niveles de tropas y Mattis se ha mostrado a favor de enviar unos 4.000 soldados estadounidenses más.


FUENTE: Trump anuncia el aumento de tropas estadounidenses en Afganistán


Pero a medida que Estados Unidos se hunde más y más en el atolladero afgano, corremos el riesgo de olvidar cómo se autorizó realmente esta guerra. Al público simplemente se le recuerda, de manera pavloviana, que:


TRUMP: El 11-S, el peor atentado terrorista de nuestra historia, fue planeado y dirigido desde Afganistán.

FUENTE: Trump anuncia el aumento de tropas estadounidenses en Afganistán


Pero, ¿cómo se tomó esa determinación? ¿Quién la tomó? ¿Cuándo? ¿Y cómo se involucró la OTAN en este conflicto? Nunca se habla de estos detalles porque, durante casi dos décadas, han permanecido ocultos tras un manto de secretismo. Como veremos toda la guerra se libró con falsos pretextos, basándose en supuestas pruebas clasificadas y ocultadas al público. Pero ahora, tras casi dos décadas de mentiras, por fin puede revelarse la sorprendente verdad sobre los documentos secretos que contribuyeron a lanzar la guerra de Afganistán. Esta es la historia de La mentira secreta que inició la guerra afgana. Justo un día después del 11-S, cuando el polvo tóxico todavía se estaba asentando en la Zona Cero, el Consejo del Atlántico Norte (el órgano de toma de decisiones de la OTAN) se reunió para discutir la respuesta de la OTAN a los ataques.

EL SEC. GEN. LORD ROBERTSON: El 12 de septiembre el Consejo del Atlántico Norte volvió a reunirse en respuesta a los terribles atentados perpetrados ayer contra Estados Unidos. El Consejo acordó que si se determina que este ataque fue dirigido desde el extranjero contra los Estados Unidos se considerará como una acción cubierta por el artículo 5 del Tratado de Washington, que establece que un ataque armado contra uno o más de los aliados en Europa o América del Norte se considerará un ataque contra todos ellos […] El artículo 5 del Tratado de Washington estipula que en caso de ataques que entren dentro de su ámbito de aplicación, cada Aliado asistirá a la Parte que haya sido atacada adoptando las medidas que considere necesarias. En consecuencia, los Aliados de Estados Unidos en la OTAN están dispuestos a prestar la ayuda que sea necesaria como consecuencia de estos actos de barbarie.

FUENTE: Reunión informativa para la prensa de la OTAN, 12 de septiembre de 2001


El "Tratado de Washington", más conocido formalmente como Tratado del Atlántico Norte, es el documento fundacional de la OTAN. Consta de 14 artículos y establece las obligaciones de los países firmantes para con los demás miembros de la OTAN. El artículo 5 establece que:

"Las Partes convienen en que un ataque armado contra una o más de ellas en Europa o América del Norte se considerará un ataque contra todas ellas y, en consecuencia, convienen en que, si se produce tal ataque armado, cada una de ellas, en ejercicio del derecho de legítima defensa individual o colectiva reconocido por el Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, asistirá a la Parte o Partes así atacadas adoptando inmediatamente, individualmente y de acuerdo con las demás Partes, las medidas que considere necesarias, incluido el uso de la fuerza armada, para restablecer y mantener la seguridad de la zona del Atlántico Norte."

Que el Consejo del Atlántico Norte debatiera la invocación del Artículo 5 el 12 de septiembre de 2001 no es un asunto menor. Nunca se había invocado en la historia de la OTAN hasta ese momento y su invocación comprometería a las fuerzas de la OTAN en cualquier guerra que Estados Unidos lanzara tras los atentados del 11 de septiembre.


Pero, ¿quién dirigió los atentados del 11-S? Esa era la pregunta y, como indicó Lord Robertson, exigiría que EEUU demostrara que el ataque "fue dirigido desde el extranjero". El 2 de octubre de 2001, la respuesta oficial del gobierno estadounidense a esa pregunta la dio el embajador Frank Taylor, Coordinador de la lucha antiterrorista del Departamento de Estado de Estados Unidos. Ese día Taylor informó al Consejo del Atlántico Norte sobre la supuesta conexión de Al Qaeda con los sucesos del 11-S.


LORD ROBERTSON: Esta mañana Estados Unidos ha informado al Consejo del Atlántico Norte de los resultados de su investigación sobre la autoría de los horribles atentados terroristas que tuvieron lugar el 11 de septiembre. La sesión informativa corrió a cargo del Embajador Frank Taylor, Coordinador del Departamento de Estado de los Estados Unidos para la lucha contra el terrorismo […] La sesión informativa abordó los propios acontecimientos del 11 de septiembre, los resultados de la investigación hasta el momento, lo que se sabe sobre Osama bin Laden y la organización Al Qaeda y su implicación en los atentados y en anteriores actividades terroristas, y los vínculos entre Al Qaeda y el régimen talibán de Afganistán. Los hechos son claros y contundentes. La información presentada apunta de manera concluyente a un papel de Al Qaeda en los atentados del 11 de septiembre.

FUENTE: Declaración del Secretario General de la OTAN, Lord Robertson, 2 de octubre de 2001.


Tan "clara y convincente" fue la información de Taylor que el Consejo acordó invocar el Artículo 5 y comprometer a las fuerzas de la OTAN en la guerra contra el terror del gobierno estadounidense.


LORD ROBERTSON: Sobre la base de este informe, se ha determinado que el ataque contra Estados Unidos del 11 de septiembre fue dirigido desde el exterior y, por tanto, debe considerarse una acción contemplada en el Artículo 5 del Tratado de Washington, que establece que un ataque armado contra uno o más de los Aliados en Europa o Norteamérica se considerará un ataque contra todos ellos. Quiero reiterar que Estados Unidos puede contar con el pleno apoyo de sus 18 Aliados de la OTAN en la campaña contra el terrorismo.


Y, sin más, los miembros de la OTAN se comprometieron en una operación en Afganistán en la que sus tropas permanecen en el país hasta el día de hoy. ¿Qué información presentó el embajador Taylor en esa reunión? La Comisión del 11-S, que en su informe final de 2004 daría a conocer la teoría conspirativa oficial del gobierno sobre el 11-S, ni siquiera se había creado todavía. De hecho, en aquel momento la Administración Bush seguía bloqueando activamente la creación de dicha comisión. Y la cinta mal traducida que el Pentágono más tarde etiquetaría falsamente como la cinta de la "confesión" de Osama Bin Laden todavía no había sido "descubierta" mágicamente en una casa cualquiera de Jalalabad. Hasta ese momento no se había presentado al público ninguna prueba oficial que demostrara que la operación había sido dirigida y coordinada desde Afganistán por Al Qaeda. Seguramente entonces la sesión informativa de Taylor estaría llena de pruebas que acabarían con cualquier "escandalosa teoría conspirativa sobre los atentados del 11 de septiembre"... Pero sólo hay un problema. El informe Taylor estaba clasificado y cualquier prueba que contuviera que demostrara un vínculo de Al Qaeda con el 11-S se ocultó al público.


LORD ROBERTSON: La de hoy ha sido una reunión informativa clasificada, por lo que no puedo darle todos los detalles. Estados Unidos también está informando directamente a los aliados en sus capitales.


Y así, durante casi una década, las pruebas del gobierno estadounidense de que Al Qaeda había dirigido los atentados del 11-S (las mismas pruebas que se utilizaron para lanzar la guerra contra Afganistán en particular y la guerra del terror de Estados Unidos en general) estuvieron prohibidas al público, ocultas tras una nube de secreto oficial.

Pero entonces, en 2009, intelwire.com publicó discretamente en Internet un documento bajo el título "Secret Post-9/11 Briefing to World Leaders". El documento es un cable del Departamento de Estado de EEUU dirigido a las embajadas estadounidenses en los países de la OTAN y a los aliados estadounidenses en todo el mundo con el asunto "11 de septiembre: Trabajando juntos para luchar contra la plaga del terrorismo global y el caso contra Al Qaeda". El cable está fechado el 1 de octubre de 2001 (el día anterior a la reunión del embajador Taylor con el Consejo del Atlántico Norte) y ordena a sus destinatarios que informen al gobierno de sus países anfitriones sobre "la información que vincula a la red terrorista Al Qaeda, Usama Bin Laden y el régimen talibán con el ataque terrorista del 11 de septiembre contra el World Trade Center y el Pentágono y el accidente del vuelo 93 de United Airlines". El documento pasó prácticamente desapercibido hasta principios de este año, cuando el profesor Niels Harrit escribió un artículo, "The Mysterious Frank Taylor Report: The 9/11 Document that Launched US-NATO's "'War on Terrorism' in the Middle East" ("El misterioso informe Frank Taylor: el documento del 11-S que lanzó la 'guerra contra el terrorismo' de EEUU y la OTAN en Oriente Próximo"), en el que conectaba los puntos entre este documento y la sesión informativa que el embajador Taylor dio al Consejo del Atlántico Norte.


HARRIT: Esta es una bonita historia sobre el activismo de base, en realidad, y comienza en 2009 cuando recibí un correo electrónico de un activista noruego de la verdad. Se llama Torstein Viddal, y me envió este PDF con un mensaje: "¿Has visto esto?". Yo no lo había visto. Lo abrí, lo leí y parecían ser las instrucciones que iban del Departamento de Estado americano a todas las representaciones en el mundo (representaciones americanas en el mundo, embajadas, consulados) sobre qué pensar y qué decir sobre el 11-S. No encontré el contenido particularmente interesante.

el contenido no me pareció especialmente controvertido (en 2009) porque lo que había allí coincidía completamente con la versión oficial. Es decir, nada, básicamente. Pero era muy largo y meticuloso a la hora de instruir a los receptores de este dépêche, supongo que se dice así en inglés, sobre qué hacer con él. No guardarlo en ningún sitio, sólo utilizarlo para presentaciones orales. Pero en ese momento no me di cuenta de la importancia de este documento, porque no fue hasta 2012, que yo recuerde, que Michel Chossudovsky salió… escribió un artículo sobre lo que sucedió en Bruselas en los días posteriores a 11 de septiembre […] …Todavía tenía el documento en mi disco duro. Pero hace aproximadamente un año otro activista, un brillante periodista danés, que se llama Tommy Hansen y debería ser mencionado, que es un faro en nuestra escena local y desafortunadamente falleció hace muy poco, pero quiero que su nombre sea mencionado en esta conexión, porque cuando estaba hablando con Tommy le dije casualmente que tenía la dépêche que se envió a las representaciones americanas sobre qué decir y qué pensar sobre el 11-S. Y él dijo: "Bueno, este es un documento sobre lo que pasó en Bruselas los días posteriores al 11-S". Y añadió: Me gustaría verlo". Así que volví a casa y lo desenterré de mis archivos y en ese momento por primera vez miré la fecha. Porque según la dirección de correo electrónico había sido enviado el 2 de octubre y el documento en sí está fechado el 1 de octubre. Y entonces me di cuenta. Así que, qué coincidencia, porque era el mismo día en que Frank Taylor estaba dando su presentación en Bruselas y aproximadamente un día antes de que todos los gobiernos nacionales fueran informados. Así que empecé a mirar más de cerca y entonces aparecieron algunos detalles que me llamaron la atención. Una cosa es que Lord Robertson [...] en su conferencia de prensa está leyendo una sección de este documento.


ROBERTSON: Los hechos son claros y contundentes [...] Sabemos que los individuos que llevaron a cabo estos atentados formaban parte de la red terrorista mundial de Al Qaeda, dirigida por Osama bin Laden y sus principales lugartenientes y protegida por los talibanes.


Ahí están, en boca del propio Lord Robertson en la rueda de prensa que anunciaba la entrega del informe Taylor, las mismas palabras del propio documento. La conexión es innegable: este cable del Departamento de Estado contiene los puntos de discusión de la sesión informativa que Taylor ofreció al Consejo del Atlántico Norte.

Lo más importante, aunque no sorprendente, es que el documento no presenta absolutamente ninguna prueba o evidencia que establezca un vínculo entre Al Qaeda y el 11-S. Tras pasar 15 páginas hablando en general sobre el terror, sobre la historia de Al Qaeda sancionada oficialmente por el gobierno estadounidense y sobre atentados anteriores relacionados con Al Qaeda y Osama Bin Laden, el documento llega finalmente a la "Parte III", que pretende demostrar la implicación de Al Qaeda en los atentados. Pero la Parte III comienza admitiendo que la investigación de los atentados está "todavía en una fase inicial" y que "todavía hay lagunas en nuestros conocimientos". A continuación, detalla "pruebas" circunstanciales que ni siquiera llegarían al nivel de justificar una acusación, por no hablar de una condena en un tribunal de justicia. Tras afirmar sin pruebas que varios de los presuntos secuestradores habían sido identificados como "conocidos asociados de Bin Laden", sin aclarar la fuente de esa identificación y mucho menos cómo se habían determinado sus identidades y su condición de secuestradores, se nos dice a continuación que "Bin Laden y sus asociados parecían estar anticipándose a lo que sólo podríamos identificar como un acontecimiento o actividad importante". Finalmente, el documento habla de cómo el incidente es "tácticamente similar a ataques anteriores" porque implicó planificación y el deseo de infligir bajas masivas.

Y eso es todo. Esa es la suma total de las pruebas que tanto el propio documento como Lord Robertson, evidentemente leyendo notas de la sesión informativa de Taylor, califican de "claras y convincentes".

HARRIT: Esto es sin ninguna duda simplemente la base legal para 18 años de guerra perpetua en Oriente Medio. Esta es la base para la activación del artículo 5 de la OTAN. ¿Y qué hay en el documento y cuáles son las pruebas? ¿Cuál es la evidencia que Lord Robertson llama clara y convincente? No hay absolutamente ninguna evidencia en ese documento. Está a disposición de todo el mundo y estoy seguro de que lo presentará a su audiencia.


Todo esto concuerda con lo que sabemos desde hace tiempo sobre la guerra de Afganistán: No se emprendió en respuesta a los atentados del 11-S, sino que de hecho se preparó con mucha antelación. Al Qaeda y los sucesos del 11 de septiembre no fueron más que un cómodo pretexto del gobierno estadounidense para justificar su invasión y ocupación ilegales de una masa de tierra geoestratégica clave en el sur de Asia.

En 1997, sólo cuatro años antes de la invasión de la OTAN, el ex consejero de Seguridad Nacional Zbigniew Brzezinski escribió que "para Estados Unidos, el principal premio geopolítico es Eurasia […] Ahora una potencia no euroasiática es preeminente en Eurasia y la primacía global de Estados Unidos depende directamente de cuánto tiempo y con qué eficacia se mantenga su preponderancia en el continente euroasiático." En concreto Brzezinski señaló a Afganistán y sus vecinos (una zona que denominó los "Balcanes euroasiáticos") como la región geopolíticamente más importante a controlar por sus reservas de gas y petróleo y sus yacimientos minerales. Argumentó que sería necesaria alguna forma de intervención militar estadounidense prolongada en la región, advirtiendo que un consenso global sobre sus imperativos de política exterior sería imposible "…excepto en la circunstancia de una amenaza externa directa verdaderamente masiva y ampliamente percibida".


Ese mismo año, una delegación de alto rango de los talibanes acudió a Estados Unidos para reunirse con Unocal (https://en.wikipedia.org/wiki/Unocal_Corporation ) con el fin de asegurarse los derechos de un gasoducto desde Turkmenistán a Pakistán a través de Afganistán. En 2002, se reveló que Estados Unidos había estado negociando con los talibanes para asegurarse esos intereses petrolíferos y que los negociadores estadounidenses habían dicho a los talibanes que podían elegir: "Tenéis una alfombra de oro, es decir, un acuerdo petrolífero, o una alfombra de bombas". Poco después de los atentados del 11-S, un antiguo ministro de Asuntos Exteriores pakistaní reveló a la BBC que un alto funcionario estadounidense le había dicho a mediados de julio de 2001 que la acción militar contra Afganistán se llevaría a cabo a mediados de octubre.

Cuando la administración Bush tomó posesión de su cargo, su primera directiva sustantiva sobre decisiones de seguridad nacional, la NSPD-9, pedía "opciones militares contra objetivos talibanes en Afganistán, incluyendo liderazgo, mando-control, defensa aérea y antiaérea, fuerzas terrestres y logística" y fue presentada al presidente el 4 de septiembre de 2001, siete días antes del 11-S.

CONDOLEEZZA RICE: Aunque esta Directiva Presidencial de Seguridad Nacional era originalmente un documento altamente clasificado, dispusimos que se desclasificaran partes para ayudar a la Comisión en su trabajo y hoy describiré algunas de ellas. La estrategia fijaba como objetivo la eliminación de la red de Al Qaeda […] Y ordenaba a los dirigentes de los departamentos y agencias estadounidenses pertinentes que hicieran de la eliminación de Al Qaeda una prioridad absoluta y que utilizaran todos los aspectos de nuestro poder nacional -(inteligencia, financiero, diplomático y militar) para alcanzar este objetivo […] Y ordenaba al Secretario de Defensa que -y cito textualmente- "garantice que el proceso de planificación de contingencias incluya planes: contra las instalaciones de Al Qaeda y terroristas asociados en Afganistán, incluyendo liderazgo, mando-control-comunicaciones, entrenamiento e instalaciones logísticas; contra objetivos talibanes en Afganistán, incluyendo liderazgo, mando-control, defensa aérea y antiaérea, fuerzas terrestres y logística; para eliminar las armas de destrucción masiva que Al Qaeda y los grupos terroristas asociados puedan adquirir o fabricar, incluyendo las almacenadas en búnkeres subterráneos."

FUENTE: Comisión del 11 de septiembre: Consejo de Seguridad Nacional

DONALD RUMSFELD: La doctora Rice ha declarado que en su primera semana en el cargo pidió al personal del Consejo de Seguridad Nacional una nueva iniciativa presidencial sobre Al Qaeda. A principios de marzo, el personal recibió instrucciones para elaborar una estrategia más agresiva destinada a eliminar la amenaza de Al Qaeda. El primer borrador de ese enfoque, en forma de directiva presidencial, fue distribuido por el personal del NSC en junio de 2001, y ese verano se celebraron varias reuniones a nivel de vicesecretarios para abordar las cuestiones políticas implicadas, como la relación entre una estrategia agresiva contra los talibanes y las relaciones entre Estados Unidos y Pakistán. "En la primera semana de septiembre, el proceso había desembocado en una estrategia que se presentó a los directores y que más tarde se convirtió en la NSPD-9, la primera directiva importante del Presidente sobre decisiones de seguridad nacional. Fue presentada para decisión de los principales el 4 de septiembre de 2001, siete días antes del 11-S, y posteriormente firmada por el Presidente, con cambios menores y un preámbulo para reflejar los acontecimientos del 11-S, en octubre."

FUENTE: RUMSFELD 9/11 commission testimony 23 de marzo de 2004


La invasión de Afganistán no fue por Al Qaeda. No fue la respuesta del gobierno estadounidense a las "pruebas" que conectaban a los talibanes con Al Qaeda y a Al Qaeda con el 11-S, que faltaban en el informe del embajador Taylor. Fue una táctica geopolítica en busca de una justificación. Y los acontecimientos del 11-S fueron la justificación que Estados Unidos utilizó para vender a la OTAN y al mundo la guerra de Afganistán. Peor aún, el 11-S fue la excusa para toda la guerra del terror en sí, la completa transformación de Oriente Medio que está teniendo lugar gracias al poderío militar estadounidense. El informe Taylor fue un cheque en blanco extendido sobre los acontecimientos de aquel día. Un cheque que todavía se está cobrando.


HARRIT: Este es el fundamento legal y moral y la base política para el lanzamiento de la destrucción ininterrumpida de Oriente Medio. Eso es lo que han sido los 18 años de guerras. Tenemos refugiados recorriedo todas las carreteras de Europa. Europa se está hundiendo por la carga de refugiados y migrantes y todo empezó allí. Todo surge legal, moral y políticamente de este único documento. Por eso este documento es importante. Es el talón de Aquiles, como el Edificio 7 es el talón de Aquiles de la destrucción del World Trade Center. Así que puedes ser cínico. OK, puedes ser cínico sobre todo. Pero si queda algo de moral en nuestra sociedad occidental, hay que arrojar luz sobre este documento, porque este documento es la base legal (lo diré otra vez) política y moral para lanzar las guerras de la OTAN en Oriente Medio.


17 años de guerras y derramamiento de sangre. 17 años de ataques y contraataques. 17 años de lágrimas y vidas destrozadas. 17 años de mentiras. Todo ello basado en la mentira fundacional del 11-S y en este documento virtualmente desconocido.

Pero ahora la verdad de este engaño está en nuestras manos. Y sólo desenmascarando ese engaño podremos esperar desbaratar las guerras emprendidas en su nombre y detener la muerte y la destrucción que ha provocado.


https://www.corbettreport.com/afghanwar/

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