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jueves, 23 de junio de 2022

(I) Morgan, Wilson y la guerra (Murray Rothbard, “Wall Street, los bancos y la política exterior norteamericana”). Acerca de que EEUU es y siempre ha sido una potencia comercial y pacífica.

 


La estratagema ideado por Morgan y el Progressive Party aseguró la elección de Woodrow Wilson como presidente Demócrata. El propio Wilson, hasta casi el momento de postularse a la presidencia, estuvo durante varios años en puestos de dirección de la Mutual Life Insurance Company, que controlaba Morgan. También estuvo rodeado por hombres de Morgan. Su yerno, William Gibbs McAdoo, quien se convirtió en secretario del Tesoro de Wilson, era un empresario fracasado de la ciudad de Nueva York cuando fue rescatado y se hizo amigo de J. P. Morgan y sus asociados. Acto seguido los Morgan le promocionaron como presidente de la New York‘s, Hudson and Manhattan Railroad hasta su nombramiento en la Administración Wilson. McAdoo pasaría el resto de su carrera financiera y política en el seguro entorno de Morgan.

El patrocinador principal de la carrera de Wilson para la presidencia fue George W. Harvey, director de la editorial Harper & Brothers, controlada por Morgan; otros importantes patrocinadores incluyeron al financiero de Wall Street y asociado de Morgan Thomas Fortune Ryan y al compañero de clase de Wilson y aliado de Morgan, Cyrus H. McCormick, director de la International Harvester Company.

Otro amigo cercano y asesor político de Wilson fue el banquero de la ciudad de Nueva York, George Foster Peabody, perteneciente a la aristocracia de Boston y al servicio de Morgan. Una figura particularmente fascinante en la fatídica Política Exterior de Wilson fue el "Coronel" Edward Mandell House, de la rica familia House de Texas, con profundos vínculos inmobiliarios, comerciales, bancarios en el sector de los ferrocarriles. House fue durante varios años presidente de la Trinity and Brazos Valley Railway, financiada por la familia House en colaboración con intereses financieros asociados a Morgan, en especial por la Old Colony Trust Company. El misterioso House, aunque nunca tuvo ningún cargo oficial en el gobierno, es generalmente reconocido por haber sido el todopoderoso ayudante y consejero de Wilson en materia de Política Exterior durante la casi totalidad de sus dos mandatos.

En 1914 el imperio de Morgan se encontraba en una situación financiera cada vez más inestable. Los Morgan se habían dedicado durante mucho tiempo al negocio del ferrocarril y con el cambio de siglo los ferrocarriles, que estaban altamente subsidiados y regulados, entraron en un declive continuo. Los Morgan tampoco habían estado suficientemente activos en el nuevo mercado de capitales para valores industriales, que había comenzado en la década de 1890, lo que permitió a Kuhn, Loeb ganar la carrera por lograr el dominio del mercado de financiación de las empresas industriales. Para empeorar las cosas, la New Haven Railroad que Morgan gestionaba y en la que había invertido 400 millones de dólares se declaró en quiebra en 1914.

En un momento de gran peligro financiero para los Morgan, el advenimiento de la Primera Guerra Mundial resultó ser una divina bendición. Durante mucho tiempo conectados con los intereses financieros británicos y los de los Rothschild, los Morgan se lanzaron a la batalla, asegurando rápidamente la designación de J.P. Morgan & Co. como intermediario en la colocación de deuda pública de los gobiernos beligerantes británico y frances y monopolista para la comercialización de sus bonos de guerra en Estados Unidos. J. P. Morgan también se convirtió en el agente fiscal del Banco de Inglaterra, el poderoso banco central inglés. No sólo eso: los Morgan estaban muy relacionados con empresas norteamericanas dedicadas a financiar compras de municiones norteamericanas y que exportaban armas y material de guerra a Gran Bretaña y Francia. J. P. Morgan & Co. además se convirtió en la autoridad central que organizaba y canalizaba las compras de guerra para las dos naciones aliadas.

Estados Unidos había estado en una recesión aguda durante 1913 y 1914; había mucho desempleo y muchas fábricas estaban funcionando sólo al 60% de su capacidad. En noviembre de 1914 Andrew Carnegie, íntimo aliado de los Morgan desde que su empresa la Carnegie Steel Corporation se fusionara para formar la United States Steel Corporation, escribió al presidente Wilson lamentando las malas condiciones comerciales, pero esperando felizmente un gran cambio a mejor gracias a las compras de exportaciones estadounidenses.

Efectivamente, las exportaciones de material de guerra aumentaron. Las exportaciones de hierro y acero se quintuplicaron entre 1914 y 1917 y el porcentaje promedio de beneficios de las empresas siderúrgicas entre 1915 y 1917 aumentó del 7,4% al 28,7%. Solamente en 1915, las exportaciones de explosivos a los aliados aumentaron hasta diez veces. En general, de 1915 a 1917, el departamento de exportación de J. P. Morgan y Co. negoció más de 3 mil millones de dólares en contratos a Gran Bretaña y Francia. A comienzos de 1915 el secretario McAdoo escribía a Wilson celebrando la "gran prosperidad" que traían las exportaciones de guerra a los aliados y un destacado comentarista del mundo de los negocios escribía al año siguiente que "la guerra para Europa significa devastación y muerte; para América una cosecha abundante de nuevos millonarios y una frenética y rápida recuperación de la prosperidad".

A los Morgan la venta de bonos aliados y la exportación de municiones les estaba yendo extraordinariamente bien y sus grandes rivales, Kuhn y Loeb, que eran pro-alemanes, se vieron necesariamente privados de la bonanza que la guerra trajo a los Aliados. Pero había un obstáculo: era imperativo que los Aliados ganaran la guerra. No es de extrañar por lo tanto que desde el principio del gran conflicto, J. P. Morgan y sus asociados hicieran todo lo posible para que Estados Unidos, que había permanecido como potencia supuestamente neutral, entrara en la guerra del lado de Inglaterra y Francia. Como dijo el mismo Morgan: "Acordamos que deberíamos hacer todo lo que estaba legalmente en nuestro poder para ayudar a los aliados a ganar la guerra lo antes posible".

Congruentemente en 1915 Henry P. Davison, socio de Morgan, creó la Aerial Coast Patrol (Patrulla Aérea de la Costa) para conseguir que estuviera en el ánimo del público escrutar los cielos en busca de aviones alemanes. Bernard M. Baruch, asociado de largo tiempo de los extremadamente ricos magnates del cobre, la familia Guggenheim, financió el Campamento de Entrenamiento de Empresarios, en Plattsburgh, Nueva York, diseñado para impulsar el entrenamiento militar universal y los preparativos para la guerra. También participaron en la financiación del campamento el socio de Morgan, Willard Straight, y su ex socio Robert Bacon. Además del propio J. P. Morgan, una larga lista de líderes políticos relacionados con Morgan, que incluía a Henry Cabot Lodge, Elihu Root y Theodore Roosevelt, reclamaba entusiásticamente la entrada inmediata de Estados Unidos en la guerra del lado de los Aliados.

Además, en diciembre de 1914 se fundó la National Security League (NSL) (Liga de Seguridad Nacional) para pedir la entrada de Estados Unidos en la guerra contra Alemania. La NSL emitió advertencias sobre una invasión alemana de Estados Unidos una vez que Inglaterra fuera derrotada y acusó a todos los defensores de la paz y la no intervención de ser "pro-alemanes", "extranjeros peligrosos", "traidores" y "espías".

1 comentario:

Anónimo dijo...

El libro de rotbard wall street y los bancos lo pueden compartir por favor