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jueves, 23 de junio de 2022

(II) Morgan, Wilson y la guerra (Murray Rothbard, “Wall Street, los bancos y la política exterior norteamericana”). Acerca de que EEUU es y siempre ha sido una potencia comercial y pacífica.

 


La NSL también abogó por el entrenamiento militar universal, el reclutamiento militar y que Estados Unidos acumulara la mayor armada del mundo. Prominente en la organización de la Liga de Seguridad Nacional fueron: Frederic R. Coudert, abogado de Wall Street para los gobiernos británico, francés y ruso; Simon y Daniel Guggenheim; T. Coleman DuPont, de la familia de fabricantes de municiones y una multitud de destacados financieros cercanos a Morgan, entre los que estaba su ex-socio Robert Bacon; Henry Clay Frick, de la Carnegie Steel; el juez Gary, de U.S. Steel; George W. Perkins, socio de Morgan conocido como "el secretario de Estado" de los intereses de Morgan; el ex presidente Theodore Roosevelt y el propio J. P. Morgan.

Uno de los socios fundadores particularmente interesantes de la NSL fue un hombre que dominó la Política Exterior estadounidense durante el siglo XX: Henry L. Stimson, secretario de Guerra bajo William H. Taft y Franklin D. Roosevelt y secretario de Estado bajo Herbert Hoover. Stimson, un abogado de Wall Street del entorno de Morgan, era un protegido del abogado personal de Morgan, Elihu Root, y dos de sus primos eran socios de empesas de suministros públicos (agua, gas y electricidad) que cotizaban en Wall Street y que Morgan dominaba; eran también socios del banco Bonbright & Co.

Mientras los Morgan y otros intereses financieros estaban haciendo retumbar los tambores de guerra, otros aún tuvieron más influencia a la hora de empujar hacia la guerra al poco reticente Wilson. Uno de ellos fue su asesor en Política Exterior y protegido del coronel House, Walter Hines Page quien ejercía una gran influencia sobre Wilson y fue nombrado embajador en Gran Bretaña. El salario de Page en ese prestigioso e influyente puesto fue generosamente subvencionado, gracias a la mediación del coronel House, por el magnate del cobre Cleveland H. Dodge, un destacado asesor de Wilson que se benefició enormemente de las ventas de municiones a los aliados.

Al coronel House le gustaba presentarse como un abyecto instrumento de los deseos del presidente Wilson. Pero antes y después de la entrada de Estados Unidos en la Guerra, House manipularía descaradamente a Wilson en colaboración secreta y traidora con los británicos, para empujarle primero a entrar en la guerra y después a seguir los deseos británicos en lugar de establecer un plan norteamericano independiente.

Así en 1916 House escribió a su amigo Frank L. Polk, consejero del Departamento de Estado y más tarde consejero de J. P. Morgan, que "al presidente hay que guiarlo" para que no tenga un criterio independiente alejado de los deseos británicos. Mientras asesoraba al primer ministro británico Arthur Balfour sobre cómo manejar mejor a Wilson, House le aconsejó que exagerase las dificultades británicas para obtener más ayuda estadounidense y le pidió que nunca le hablara de negociar la paz. Es más, Balfour filtró al coronel House los detalles de varios Tratados secretos de los Aliados y como ambos sabían que el ingenuo Wilson no los aceptaría, acordaron ocultarlos al presidente.

Del mismo modo, poco después de que Estados Unidos entrara en la guerra los británicos enviaron a Estados Unidos, como enlace personal entre el Primer Ministro y la Casa Blanca, al joven jefe de la Inteligencia militar británica, Sir William Wiseman. House y Wiseman establecieron rápidamente una relación de estrecha colaboración en la que House enseñaba al inglés la mejor forma de tratar con el presidente, como "decirle sólo lo que quiere escuchar", nunca discutir con él y descubrir y explotar sus debilidades.

A su vez el principal agente de la Inteligencia de Gran Bretaña manipuló a House, adulándolo constantemente, y cultivó una estrecha amistad con el coronel consiguiendo un apartamento en el mismo edificio de la ciudad de Nueva York y viajando juntos al extranjero. William Phillips, secretario de Estado adjunto que se había casado con una Astor, fue otro de los que colaboró con House en su plan para manipular a Wilson con el fin de que éste siguiera las políticas británicas.

Dos fueron los importantes funcionarios estadounidenses que destacaron a la hora de colaborar con House en el suministro de información ilegal a Wiseman y que trabajaron con el agente británico contra Wilson. Uno de ellos fue Walter Lippman, un joven socialista que había sido nombrado por el socio de Morgan, Willard Straight, como uno de los tres editores de su New Republic, una publicación que por supuesto encabezó la lista de intelectuales progresistas y socialistas favorables a la entrada de Estados Unidos en la guerra al lado de los Aliados.

Lippmann pronto asumiría un papel importante en el esfuerzo de guerra: asistente del secretario de Guerra, secretario del grupo secreto de historiadores llamado The Inquiry, establecido bajo el Coronel House a finales de 1917 para pactar los términos del armisticio cuando terminara la guerra. Lippmann dejaría más adelante la organización para viajar a ultramar al servicio de la inteligencia militar norteamericana.

Otro colaborador importante de Wiseman fue el hombre de negocios y erudito George Louis Beer, que estaba a cargo de asuntos coloniales africanos y asiáticos para The Inquiry. Wiseman mostró secretamente documentos británicos sobre colonias africanas a Beer, quien a su vez filtró informes de The Inquiry a la inteligencia británica.

Los sesgados planes del coronel House y de sus jóvenes historiadores de The Inquiry se llevaron a la práctica en los acuerdos de paz de Versalles. Alemania, Austria-Hungría y Rusia fueron cruelmente desmembradas, asegurando así que Alemania y Rusia, una vez recuperadas de la devastación de la guerra, concentrarían sus energías en recuperar sus territorios. De esta manera, las condiciones para una Segunda Guerra Mundial quedaban virtualmente fijadas.

No sólo eso. los Aliados de Versalles aprovecharon el vacío de poder temporal existente en Europa del Este para crear nuevos Estados independientes que funcionarían como Estados clientes de Gran Bretaña y Francia, formarían parte de la red financiera Morgan/Rothschild y ayudarían a contener permanentemente a Alemania y Rusia. Era una tarea imposible para esas nuevas naciones pequeñas, dificultada por el hecho de que los jóvenes historiadores lograron reescribir el mapa de Europa en Versalles para hacer que los polacos, los checos y los serbios dominaran a todas las demás nacionalidades minoritarias, incorporadas a la fuerza en los nuevos países. Estos pueblos subyugados (los alemanes, los ucranianos, los eslovacos, los croatas, los eslovenos, etc.) se convertirían así en aliados seguros de los sueños revanchistas de Alemania y Rusia.

La entrada de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial en abril de 1917 impidió una paz negociada entre las potencias beligerantes y llevó a los aliados a una paz de rendición incondicional y desmembramiento, una paz que, como hemos visto, preparó el escenario para la Segunda Guerra Mundial. Por lo tanto, la entrada de Estados Unidos en la guerra costó innumerables vidas a ambos bandos, causando al final de la guerra caos y trastornos en toda Europa central y oriental y el consecuente ascenso al poder en Europa del Bolchevismo, el Fascismo y el Nazismo. De esta manera la decisión de Woodrow Wilson de entrar en la guerra fue la acción más fatídica del siglo XX, causando miseria y destrucción incalculables e interminables. Pero Morgan se aseguró cuantiosas ganancias.

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