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jueves, 22 de junio de 2023

No a la reconciliación nacional post-Covid (comedonchisciotte.org, comedonchisciotte.wordpress.com, 3 novembre 2022) “No alla pacificazione nazionale post-Covid!”

 


Carta abierta de Francesco Benozzo y Luca Marini sobre las medidas de "pacificación" post-Covid iniciadas por el gobierno
El deseo de pacificación nacional post-Covid se espera estos días desde muchos sectores y, de hecho, cuenta con el apoyo del nuevo gobierno.
Como siempre el mundo académico no pierde ocasión de plegarse a los nuevo vientos que soplan y lo hace utilizando sus propias herramientas.
Así la primera conferencia universitaria capaz de promover un enfoque pluralista de la gestión del Covid, organizada por el Politécnico de Turín para los días 21 a 25 de noviembre de 2022 (con el soporífero título: "Poli-Covid-22. Salud, ciencia y sociedad a prueba de pandemia'), en realidad no es más que una conferencia trampa, una cortina de humo tras la que se esconde la voluntad mencionada al principio (plegarse a los nuevos vientos que soplan).
Una conferencia sobre el Covid (sobre todo después de que las confesiones de Pfizer hayan levantado el velo sobre la montaña de mentiras que subyace a la llamada campaña de vacunación y al abyecto instrumento de control social conocido como Pase Verde) debería haberse limitado a hacer una cosa: condenar sin ambages una experimentación masiva

  • que ha pisoteado impunemente todas las garantías bioéticas y biojurídicas, desde el principio de precaución hasta el del consentimiento informado;

  • que ha trastocado los pilares reguladores de los ensayos clínicos de medicamentos bajo el supuesto de que la "velocidad de la ciencia" exige y justifica la comercialización, sin vacilaciones innecesarias, de fármacos con efectos totalmente desconocidos;

  • que ha presentado enfoques farmacológicos arriesgados y perturbadores como innovadores y exitosos, porque se basan en la intervención en el ADN humano mediante el uso de ARN mensajero;

  • que ha degradado los derechos y libertades fundamentales al rango de graciosas concesiones gubernamentales y

  • que ha reforzado la deriva transhumanista y neomalthusiana promovida por las fuerzas mercantilistas y globalistas que medran a la sombra de la Unión Europea.

En lugar de posicionarse abiertamente contra la gran estafa del Covid y de estigmatizar las dinámicas y los actores que están detrás de ella, la conferencia de Turín, en nombre de un mal entendido sentido del pluralismo, promueve con una convicción casi conmovedora la comparación entre las pruebas científicas que han promovido o avalado la ruin campaña de vacunación y las que han puesto de relieve los riesgos, los efectos adversos y los daños vinculados a la comercialización de la llamada vacuna y derivados de ella.
Ahora bien, aunque por pura hipótesis las evidencias científicas distintas a las oficiales rompieran por un momento el muro de silencio mafioso (omertà) construido por los grandes medios de comunicación y aunque incluso de tal confrontación surgiera una nueva y diferente sensibilidad social sobre el tema, el problema de fondo seguiría siendo eludido y sin resolver: la vacunación obligatoria y todo lo que gira a su alrededor (incluidas las políticas divisionistas de los italianos, avaladas más o menos conscientemente por los más altos cargos institucionales del Estado) no es ni ha sido nunca un problema de naturaleza científica, sino sólo y únicamente una emergencia democrática y civil.
No darse cuenta de esta evidente verdad significa, de hecho, acabar haciéndole el juego a quienes planearon, organizaron y gestionaron la situación de tensión social más grave desde el advenimiento del fascismo.
Sorprende por tanto, que tantos profesores y expertos, que en los últimos meses se han manifestado públicamente en contra de la gestión del Covid, hayan aceptado con tanto entusiasmo prestarse, como hojas de parra, a una conferencia tan singularmente concebida. ¿Falta de visión estratégica? ¿Vanidad personal? ¿Rutina académica? ¿Necesidades de información científica?

Quién sabe… Sin embargo, se les advirtió en varias ocasiones. Uno de nosotros (Luca Marini) fue de hecho implicado por el Politécnico de Turín en la organización de la conferencia desde sus fases iniciales (como miembro del consejo científico) y, a partir de la reunión en la que se constituyó este último (agosto de 2022), no perdió ocasión de advertir a sus demás colegas de las corrientes "pro-vacunación", que agitaban el propio consejo y que, poco a poco, favorecieron la participación en la conferencia de representantes de aquellos organismos cuya labor, durante la llamada pandemia, fue cuando menos controvertida: la referencia al Comité Científico Técnico es obvia.
E incluso si las repetidas advertencias lanzadas durante los trabajos preparatorios hubieran pasado desapercibidas, la dimisión que se apresuró a presentar tras la censura explícita de ciertas propuestas operativas, juzgadas excesivamente garantistas de los derechos y libertades fundamentales, por entrar en conflicto con el deseado "enfoque win-win" (que todas las partes salgan beneficiadas), tal vez debería haber suscitado una mayor atención. Pero al fin y al cabo, esperar la solidaridad concreta de colegas cuya visibilidad (y autoridad) se ha visto reforzada por la dimisión en cuestión es como esperar que un covidista (viro-star, viro-estrella) admita públicamente que se equivocó sobre la bondad de las llamadas vacunas y pida disculpas a los italianos… tal vez en directo, por televisión. Al fin y al cabo esto no hace más que aclarar el alcance del pluralismo perseguido por la conferencia de Turín y la coherencia de ciertas cooptaciones en el seno de su consejo científico.
El segundo de nosotros (Francesco Benozzo), tras ser invitado a intervenir en la conferencia sobre la gestión de pandemias en el mundo universitario, propuso coherentemente con su propia posición (ser uno de los dos profesores suspendidos, de un total de 70.000 profesores universitarios) hablar de su propia situación personal, del maltrato sufrido, de la pérdida de su trabajo, del mobbing del que sigue siendo objeto: se le respondió que sería preferible hablar de situaciones generales, más funcionales al debate que los organizadores habían previsto. Así pues, tuvo que renunciar a su intervención, ante la intromisión y la consiguiente censura (totalmente alejada de una conferencia científica a la que se ha sido invitado) de lo que iba a decir.
Hay que admitir, sin embargo, que los colegas que se mantuvieron en el juego mostraron probablemente más tino que el que escribe, dado que la consigna que impera ahora en la Italia postcovídica es la "pacificación nacional". Un apaciguamiento (en realidad una fachada promovida a nivel gubernamental) que, desalentando o impidiendo las investigaciones y las acciones judiciales, no haría sino volver a poner de moda el italiano "dejemos lo pasado" y bajar definitivamente el telón del silencio mafioso y la impunidad sobre los crímenes y fechorías cometidos, una vez más, en nombre de la ciencia.
Una pacificación a la que, por cierto, los panegiristas más fanáticos de la narrativa pandémica se obstinan en oponerse, como demuestran las declaraciones realizadas en los últimos días por presentadores, periodistas, empresarios y gestores sanitarios públicos y privados, médicos, políticos, actrices y demás títeres de salón de la tele (pagados con el dinero de todos los contribuyentes, vacunados o no vacunados), que piden "insignias identificativas" y "campos de reeducación" para los médicos "no-vax" o de quienes "reclaman el derecho a no entrar en contacto con quienes no han sido vacunados" o las propuestas de leyes regionales que, desafiando las evidencias más obvias, insisten en mantener o incluso reintroducir los requisitos de vacunación, las mascarillas, los Pases Verdes y otras patéticas restricciones.
Un apaciguamiento funcional a la necesidad de mantener ocultas, a los ojos de la opinión pública, las relaciones orgánicas y funcionales entre las élites financieras transnacionales, por un lado, y los circuitos científicos, académicos, tecnológicos, productivos, industriales, comerciales, culturales, mediáticos y políticos, por otro. Una pacificación capaz de favorecer, si es aceptada acríticamente (incluso por los representantes del pensamiento crítico), la consolidación y extensión de los "métodos Covid" a las nuevas emergencias en curso, desde la guerra de Ucrania a la crisis energética, pasando por la crisis climática.
Está muy bien que Italia sea el país de los transfugas, del 25 de julio (https://es.wikipedia.org/wiki/Caída_del_fascismo ) permanente, de las comisiones de depuración inanes, de las amnistías capaces de transformar de un plumazo a todos los jerarcas fascistas en pacíficos democristianos y a todos los GUF (Grupos Universitarios Fascistas) en intelectuales de izquierda convencidos, de los "armarios de la vergüenza" vueltos contra la pared de los sótanos ministeriales, para ocultar crímenes de guerra y otras monstruosidades.
Pero pacificación nacional postcovídica, no. Diga lo que diga el nuevo gobierno en funciones (y sería curioso saber lo que piensan sus electores), no puede haber pacificación nacional ni perdón para quienes promovieron o avalaron declaraciones como estas:
- No vacunas, enfermas y mueres (M. Draghi);
- Excluimos de la vida civilizada a los que no se vacunan (S. Feltri);
- Creo que tarde o temprano el Estado tendrá que agarrar a algunas personas por el cuello para que se vacunen (L. Annunziata);
- I rider devono sputare nel loro cibo (Los jinetes deben escupir en la comida; D. Parenzo);
- "No vax? Serve Bava Beccaris. Vanno sfamati col piombo" (Hay que tirotear a los que no se vacunan; G. Cazzola);
- Ruego a Dios que los no vacunados se contagien unos a otros y mueran rápidamente (G. Spano).
No puede haber apaciguamiento ni perdón, para quienes han concebido, propuesto y gestionado estrategias e instrumentos aborrecibles como: "paracetamol y espera vigilante", la obligación de vacunación y el Green Pass.
Y la conferencia de Turín, con su pluralismo que evita tomar posición, también tendrá que dar cuenta de ello.
Esperamos que entre el 21 y el 25 de noviembre de 2022 alguien entre los participantes en la conferencia encuentre el valor de pedir perdón a todos los italianos por el mal que se les ha hecho. Esto, sin embargo, no constituirá una exoneración de las responsabilidades civiles y penales que (es nuestra esperanza) tarde o temprano se determinarán a nivel internacional.
Francesco Benozzo, Universidad de Bolonia "Alma Mater Studiorum".
Luca Marini, Universidad "Sapienza" de Roma
Artículo publicado por Giulio Bona para ComeDonChisciotte.org

https://comedonchisciotte.org/no-alla-pacificazione-nazionale-post-covid/

https://comedonchisciotte.wordpress.com/2022/11/03/no-alla-pacificazione-nazionale-post-covid/

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Italia en el era Covid

Giorgia Meloni, 22 de octubre de 2022

Mario Draghi, 13 de febrero de 2021-22 de octubre de 2022

Giuseppe Conte, 1 de junio de 2018-13 de febrero de 2021

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