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martes, 13 de junio de 2023

Whitney Webb & Iain Davis (5 de junio de 2023) Objetivos de Desarrollo Sostenible: Parte 1 (III) - La construcción del Estado policial mundial

 


https://unlimitedhangout.com/2023/06/investigative-series/SDG 16-part-1-building-the-global-police-state/


Sistemas de justicia de pago (Pay-to-Play)

El actual presidente de Interpol es el inspector general del Ministerio del Interior de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), general de división Ahmed Naser Al-Raisi. Es preocupante que ha sido acusado de supervisar la tortura de ciudadanos del Reino Unido, Qatar, Turquía, EAU y otros países. A pesar de la estrecha relación política y comercial del gobierno británico con los EAU, antes de la "elección" de Al-Raisi como presidente de Interpol, el ex director de la Fiscalía de Inglaterra y Gales, Sir David Calvert-Smith, publicó un informe sobre la influencia de Al-Raisi y los EAU en los opacos procesos internos de elección de Interpol.

El informe señalaba: El presidente de Interpol se sitúa en la cúspide de toda la estructura de Interpol y goza de un poder y una autoridad considerables. El mecanismo de elección del Presidente dista mucho de ser transparente. Interpol ha rechazado repetidas peticiones de organizaciones de derechos humanos para aclarar el proceso de elección del presidente [...] Interpol no es una organización transparente.

Aparte: La falta de transparencia de Interpol está, por supuesto, en contradicción con el compromiso declarado de la Agenda de Desarrollo de la ONU, aprobada en 2015, de fomentar un "régimen de gobernanza global transparente y representativo".

Volviendo su atención a Al-Raisi, el informe añadía:

Desde el nombramiento de Al-Raisi como inspector general del Ministerio del Interior de los EAU en 2015, se han producido [...] numerosas denuncias de torturas y abusos en las cárceles emiratíes, tanto en Abu Dabi como en las prisiones y cárceles de Dubái [...] El general de división Al-Raisi no es apto para el cargo [...] Ha supervisado un aumento de la represión de la disidencia, continuas torturas y abusos en su sistema de justicia penal [...] No es ni mucho menos el candidato ideal para dirigir una de las organizaciones policiales más importantes del mundo.

Independientemente de que las acusaciones citadas en el informe de Calvert-Smith hayan sido probadas o no, dada la controversia parece sorprendente que Interpol procediera a nombrar a Al-Raisi. Pero quizá no deberíamos escandalizarnos. Al fin y al cabo, no es la primera vez que Interpol, el "socio ejecutor" del régimen de la ONU para la aplicación sostenible de la ley a escala mundial, ha estado dirigida por personajes cuestionables. En 2008, el entonces presidente de Interpol, Jack Selebi, dimitió tras ser acusado de soborno. Posteriormente Selebi fue condenado a 15 años de prisión en una cárcel sudafricana por aceptar sobornos de narcotraficantes internacionales a cambio de protegerlos de las investigaciones. En 2018 el viceministro de Seguridad Pública de China, Meng Hongwei, desapareció de su puesto como presidente de Interpol y dimitió poco después. En 2020 fue condenado en China a más de 13 años de prisión por aceptar unos 2 millones de dólares (USD) en sobornos. Indagando más a fondo descubrimos que el supuesto historial de Interpol, de estar dirigida por delincuentes y torturadores, es solo la parte más visible de su corrupción.

Interpol tiene autoridad para emitir órdenes de detención internacionales, a menudo denominadas "notificaciones rojas". Similares a las solicitudes de extradición internacional, notifican a las fuerzas y cuerpos de seguridad nacionales que uno de los 194 Estados miembros de Interpol ha emitido una orden de busca de la persona o personas mencionadas. Los Estados destinatarios de las notificaciones rojas aplican distintas interpretaciones jurisdiccionales. Algunos las consideran órdenes de detención activas, otros simples avisos o notificaciones de alerta. El informe Calvert-Smith concluyó que el abuso de las notificaciones rojas por parte de regímenes autoritarios, que pretendían detener a disidentes u opositores políticos, era habitual: En términos contundentes, existen pruebas fehacientes de que los Estados despóticos publican notificaciones rojas de Interpol para detener y extraditar a opositores políticos y empresarios, cuyos intereses no coinciden con los del régimen. [...] Los EAU son famosos por su abuso de Interpol: muchas de sus solicitudes han sido retiradas [...] Los EAU tienen un mal historial en materia de derechos humanos, lo que significa que la extradición a los EAU expone a las personas al riesgo de tortura y malos tratos… y los cambios políticos han hecho que una persona pueda convertirse en "enemigo del Estado" de la noche a la mañana.

¿Por qué el uso indebido de las notofocaciones rojas ha pasado aparentemente "desapercibido" en el sistema de Interpol? El informe Calvert-Smith observaba el "apoyo" financiero que los EAU prestaban a Interpol antes de que Al-Raisi se convirtiera en presidente: La Fundación Interpol para un Mundo más Seguro se creó en 2013 y es una organización sin ánimo de lucro … Su único objetivo es apoyar financieramente a Interpol [...] Parece que, de hecho, la fundación depende totalmente de los EAU [...] Es difícil escapar a la conclusión de que el único propósito de la Fundación Interpol para un Mundo más Seguro es ser un canal por el que canalizar el dinero del gobierno de los EAU hacia Interpol.

Interpol también acepta alegremente dinero de ONGs, fundaciones filantrópicas, gobiernos y empresas privadas, al tiempo que insiste en que es apolítica e incorruptible.

Tras una investigación de 2015 sobre Interpol, el periodista Jake Wallace Simons informó: Interpol ha firmado acuerdos con un gran número de "socios" privados, incluidos gigantes del tabaco, empresas farmacéuticas y compañías tecnológicas (como Philip Morris International, Sanofi y Kaspersky Lab), cuyos ingresos han engrosado su presupuesto operativo en casi un tercio.

En otras palabras, los "esfuerzos policiales internacionales" de Interpol se pueden comprar, si te los puedes permitir. Su acuerdo con Philip Morris International (PMI), por ejemplo, empujó a Interpol a promover el sistema de marcado de paquetes de tabaco "Codentify" de PMI entre sus Estados miembros. El supuesto propósito de Codentify era hacer frente al comercio internacional de tabaco falsificado e ilícito.


El Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT OMS), adoptado en 2003, estableció un protocolo para los sistemas de seguimiento y localización del tabaco. Consideraba que su labor era fundamental para hacer frente al comercio ilícito y falsificado de tabaco. Sin embargo sólo el 7% de ese comercio total consistía en productos falsificados. La mayor parte del contrabando de tabaco consiste en la distribución y venta ilegal de productos auténticos de la industria tabacalera.

Por lo tanto la idea de que una corporación tabacalera mundial (PMI, Philip Morris International) utilizara su propio sistema de seguimiento y localización (Codentify) en colaboración con una agencia policial mundial (Interpol) para "incautar" el tabaco ilegal parecía más un intento de controlar el comercio ilegal de tabaco que de acabar con él. El jefe de la Secretaría del CMCT, Vera da Costa e Silva, observó: Tanto el CMCT como su Protocolo dejan meridianamente claro que la industria tabacalera es parte del problema, no de la solución. Sin embargo, a pesar del sospechoso historial de Interpol, la ONU nos quiere hacer creer que Interpol es el "socio ejecutor" ideal para una serie de Objetivos de Desarrollo Sostenible, más concretamente para el ODS 16.

Nada más lejos de la realidad. Teniendo en cuenta cómo define Interpol las amenazas que serán vigiladas por la "arquitectura de seguridad global", bajo los auspicios del "régimen de gobernanza global", no hay razón para confiar en que ayudará a prevenir la "violencia" o a reducir el "terrorismo y la delincuencia". No hay motivos para creer que Interpol sea capaz de cumplir su 5º Objetivo Policial Global de "promover la integridad global" proclamando "la buena gobernanza y el Estado de Derecho" y "una cultura de integridad en la que la corrupción no sea aceptable". Tampoco tenemos muchos motivos para esperar que las "leyes" relacionadas con el ODS 16 sean aplicadas equitativamente por la filial de la ONU, la Corte Penal Internacional (CPI).

Primero un poco de historia: En 1993 la ONU creó el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY). El TPIY acabó condenando al líder serbobosnio Radovan Karadžić en 2016 y al comandante militar serbobosnio Ratko Mladić en 2017 por genocidio y crímenes contra la humanidad. En 1994 la ONU creó el Tribunal Penal Internacional para Ruanda. Y en 2002, en cooperación con el gobierno de Sierra Leona, estableció el Tribunal Especial para Sierra Leona para investigar las atrocidades infligidas durante la guerra civil del país (1991-2002). Combinadas, estas iniciativas impulsaron a la ONU a crear el primer centro internacional permanente de justicia del mundo: la Corte Penal Internacional (CPI). Sin embargo se dice que la motivación original para la creación de la CPI provino de la Comisión Internacional de Juristas (CIJ). (La CIJ se atribuyó el mérito de ser uno de los principales impulsores de la ratificación en 1998 del Estatuto de Roma, que sentó las bases jurídicas de la posterior CPI. La CPI es supuestamente independiente, aunque funciona dentro de los parámetros establecidos por su Acuerdo de Relación "mutuamente beneficioso" con la ONU.

El artículo 3 del acuerdo CPI-ONU establece: Las Naciones Unidas y la Corte convienen en que [...] cooperarán estrechamente, cuando proceda, entre sí y se consultarán sobre cuestiones de interés mutuo, de conformidad con las disposiciones del presente Acuerdo y con las disposiciones respectivas de la Carta y del Estatuto.

Teniendo en cuenta que la ONU es una organización abiertamente política, la estrecha cooperación de la CPI con ese organismo intergubernamental sugiere que también la CPI podría tener un sesgo político. Las pruebas proporcionan buenas razones para sospechar que ese es el caso:

  • Los gobiernos de Estados Unidos, Rusia y China no son signatarios del Estatuto de Roma y no reconocen su jurisdicción, pero, en virtud del artículo 13(b) del Estatuto su condición de miembros permanentes del Consejo de Seguridad les permite remitir casos al fiscal de la CPI. En consecuencia, podrían utilizar la CPI para enjuiciamientos por motivos políticos.

  • En marzo de 2023 la CPI emitió una orden de detención internacional contra el presidente ruso, Vladimir Putin, y la comisaria rusa de Derechos del Niño, Maria Lvova-Belova. Los cargos: crímenes de guerra por deportación ilegal de población (niños) y de traslado ilegal de población (niños) de las zonas ocupadas de Ucrania por la Federación Rusa. Los principales medios de comunicación occidentales (MSM, Mainstream media) alegan que hasta 16.000 niños fueron "deportados ilegalmente". Roman Kashayev, miembro de la Misión Permanente de Rusia ante la ONU, informó de que aproximadamente 730.000 niños fueron reubicados más adentro de las fronteras rusas, desde lo que ahora son los oblasts rusos de Luhansk, Donetsk, Kherson y Zaporizhzhya. La reubicación parecería una medida de precaución sensata a la luz de los continuos bombardeos del ejército ucraniano contra zonas civiles en los oblasts afectados. El gobierno de la Federación Rusa admite que algunos de estos niños viajaron sin sus padres, cuyo paradero, afirma, se desconoce. Por supuesto, es posible que se haya producido alguna actividad ilegal en medio de la evacuación. Pero también hay motivos para sospechar que las órdenes de detención de la CPI se emitieron como resultado de presiones políticas. El fiscal jefe de la CPI, que presentó la solicitud de orden, es el abogado británico y miembro del Consejo del Rey Karim Khan KC, que trabaja en el prestigioso Temple Chambers de Londres. Presentó la solicitud de orden el 22 de febrero de 2023. La CPI emitió formalmente la orden el 17 de marzo de 2023. El 3 de marzo de 2023, dos semanas después de presentar la solicitud, Khan pronunció un discurso en la conferencia United4Justice en Lviv, Ucrania, durante el cual dijo: He estado con el Fiscal General de Ucrania [...] Los hombres y mujeres de mi oficina han estado en muchos lugares con la Fiscalía General ucraniana [...] Por desgracia, Ucrania es la escena del crimen [...] Hemos recibido denuncias de que se ha deportado a niños fuera de Ucrania, al territorio de la Federación Rusa [...] Nuestro criterio son las pruebas. Se trata de examinar e investigar afirmativamente las pruebas incriminatorias y exculpatorias por igual. Pero tenemos este compromiso. Las observaciones de Khan sugieren que presentó la solicitud de orden judicial basándose únicamente en las alegaciones "recibidas". Aunque el compromiso de "buscar" pruebas es bastante normal, quizá sea inusual acusar a un importante líder mundial y a su personal de tráfico efectivo de menores y crímenes de guerra sin ninguna prueba aparente. Una vez más, la motivación política parece probable. La campaña United4Justice es una operación política respaldada por Occidente que trabaja en Ucrania. Afirma que su intención es construir una "red de rendición de cuentas por crímenes internacionales". Sin embargo un examen de las iniciativas de United4Justice revela algunos patrocinadores cuestionables: entre ellos USAID, una conocida organización de fachada de la CIA; Pravo-Justice, un programa respaldado por la UE centrado en alinear la legislación ucraniana con el sistema jurídico de la UE, y la International Renaissance Foundation (IRF), una ONG ucraniana financiada por Soros que, al igual que Pravo-Justice, busca la reforma jurídica en Ucrania. En resumen, la agenda política de estas organizaciones y de la campaña United4Justice que apoyan es rotundamente antirrusa. Además, la conferencia United4Justice en la que intervino Khan fue organizada por las autoridades ucranianas y la Agencia de la UE para la Cooperación en materia de Justicia Penal (Eurojust). Están deseosos de ver a la Federación Rusa procesada por el nuevo crimen internacional de "agresión". Para ello Eurojust ha creado el Centro Internacional para la Persecución del Crimen de Agresión contra Ucrania (ICPA). Según Eurojust, la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (la oficina de Khan) "podrá participar en la cooperación a través del ICPA cuando se cumplan determinadas condiciones". El 20 de marzo de 2023, tres días después de que la CPI emitiera la orden, el gobierno británico convocó una reunión internacional (auspiciada por el viceprimer ministro británico Dominic Raab) en la que anunció un incremento de la financiación británica para la CPI, duplicando su contribución anterior. El propósito de la financiación, según el gobierno británico, era garantizar que "más expertos del Reino Unido", como Karim Khan, trabajaran para la CPI. Khan pronunció uno de los discursos de apertura. No hay ninguna diferencia perceptible entre que el gobierno británico financie a la CPI y que el gobierno de EAU financie a Interpol. El objetivo en ambos casos es conseguir influencia. La única conclusión lógica a la que se puede llegar es que, lejos de ser instituciones internacionales "imparciales" adecuadas para cumplir los ODS de la ONU, tanto Interpol como la CPI parecen adoptar los prejuicios del mejor postor al participar en esquemas de "pago por jugar".

No somos los únicos en llegar a esta conclusión.
A principios de este año, por ejemplo, investigadores académicos de la Universidad de Arkansas y de la London School of Economics publicaron sus conclusiones sobre la influencia de la financiación en la CPI. Señalaron: Los patrones de financiación observados en la CPI respaldan la afirmación de que la Corte sigue siendo, en gran medida, una herramienta de los Estados poderosos.

El abogado serbio Goran Petronijevic, asesor jurídico del TPIY, coincide con esta valoración. Recientemente calificó la orden de detención solicitada oir Khan a la CPI de "acto político. No es un acto jurídico. Es una provocación contra Rusia".

De hecho la CPI ha estado envuelta en la polémica desde su creación. Cuando los periodistas de investigación de la red European Investigative Collaborations (EIC) investigaron las actividades del predecesor de Khan, el fiscal jefe de la CPI Luis Moreno Ocampo, determinaron que sus acciones habían "manchado y desacreditado" a la CPI. Ocampo había ejercido como Fiscal Jefe de la CPI durante casi una década. Es evidente que mantuvo numerosas cuentas en paraísos fiscales durante su mandato. Su implicación en los turbios negocios del magnate libio Hassan Tatanaki, por no hablar de la continua ayuda de funcionarios de la CPI a Tatanaki tras la marcha de Ocampo, suscitan más dudas sobre la integridad de la CPI.

En resumen, creer que la CPI e Interpol son organizaciones adecuadas para promover el "Estado de derecho" requiere una considerable credulidad. Sin embargo, en la consecución del ODS 16, la idoneidad es precisamente lo que afirman el régimen de la ONU y sus socios.

ODS 16.2: Peligrosa hipocresía de la ONU

El ODS 16 promete erradicar muchos de los peores crímenes del mundo actual, incluidos los cometidos contra los niños. Por ejemplo, el objetivo del ODS 16.2 es: Poner fin al abuso, la explotación, la trata y todas las formas de violencia y tortura contra los niños. Sin embargo, en contra de toda evidencia, ética, sentido común y derecho penal, parece que varios importantes socios y "partes interesadas" de la ONU no consideran que la pedofilia sea una forma de abuso infantil. La Comisión Internacional de Juristas (CIJ), que desempeñó un papel decisivo en la creación de la CPI, es una organización no gubernamental (ONG) que ha sido durante mucho tiempo un estrecho "socio" de la ONU. La ONU y la CIJ han colaborado en numerosos proyectos conjuntos, como la difusión de mensajes sobre los ODS entre las instituciones académicas.

La CIJ es una parte interesada influyente de la ONU. En 1993, la ONU concedió a la CIJ su premio de Derechos Humanos por las siguientes razones: La Comisión Internacional de Juristas se creó para defender el Estado de Derecho y la protección jurídica de los derechos humanos en todo el mundo. Ha contribuido activamente a la elaboración de normas internacionales y regionales y ha ayudado a garantizar su adopción y aplicación por parte de los gobiernos. La Comisión ha colaborado estrechamente con las Naciones Unidas y trabaja activamente a nivel regional para reforzar las instituciones de derechos humanos. La CIJ se creó en 1952 como una organización abiertamente geopolítica. Su objetivo declarado era denunciar "abusos de los derechos humanos", pero sólo en la Unión Soviética. Posteriormente amplió sus competencias y empezó a examinar los abusos en otros lugares. En marzo de este año, la CIJ publicó sus "Principios del 8 de marzo". Su supuesto objetivo era "ofrecer un marco jurídico claro, accesible y viable (así como orientación jurídica práctica) sobre la aplicación del derecho penal a la conducta".

En los "Principios del 8 de marzo" la CIJ defiende: Con respecto a la aplicación del derecho penal, cualquier edad mínima prescrita de consentimiento para mantener relaciones sexuales debe aplicarse de manera no discriminatoria. La aplicación no puede estar vinculada al sexo/género de los participantes o a la edad de consentimiento para contraer matrimonio. Además la conducta sexual en la que participen personas por debajo de la edad mínima de consentimiento sexual prescrita en el país puede ser consentida de hecho, si no de derecho. En este contexto la aplicación del derecho penal debe reflejar los derechos y la capacidad de las personas menores de 18 años para tomar decisiones sobre la participación en conductas sexuales consentidas y su derecho a ser escuchadas en los asuntos que les conciernen. Este lenguaje abre la clara posibilidad de que los pedófilos depredadores, si alguna vez son acusados, puedan ofrecer atenuantes si ellos o sus abogados pueden convencer a sus objetivos infantiles para que testifiquen que dieron su consentimiento.

Como sabemos, la coacción es una práctica habitual de los pedófilos. Muchas organizaciones de protección de menores (entre ellas, la Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad contra los Niños, NSPCC, con sede en el Reino Unido) reconocen que la coacción forma parte del proceso de captación de menores: La captación es un proceso en el que el delincuente entabla una relación con el niño y, a veces, con su familia en términos amplios, ganándose su confianza y una posición de poder sobre el niño, como preparación para el abuso. Tras la publicación de los "Principios del 8 de marzo", la CIJ respondió a las críticas presentando algunos argumentos de paja. En primer lugar la CIJ dijo que no "pedía la despenalización de las relaciones sexuales con niños". En segundo lugar, la CIJ dijo que no sugería "la abolición de una edad mínima de consentimiento sexual prescrita a nivel nacional". En tercer lugar, la CIJ explicó que simplemente estaba ofreciendo una orientación jurídica clara a "parlamentarios, jueces, fiscales y abogados".

Es cierto que la CIJ no abogó claramente por la despenalización de la pedofilia. Es cierto que la CIJ no aboga por la abolición de la edad de consentimiento. Pero... la CIJ sí introdujo claramente la noción, en la ley, de que un niño tiene el "derecho humano" a consentir ser violado por un adulto. No está nada claro cómo deben interpretar los legisladores este "marco jurídico y orientación jurídica práctica". Sin embargo está muy claro que la CIJ ha introducido ambigüedad jurídica donde no debería haberla en absoluto. Es triste decirlo, pero los "Principios del 8 de marzo" no deberían sorprendernos. El régimen de la ONU y sus múltiples partes interesadas tienen un historial espantoso de no proteger a los niños.

La oficina regional de la OMS para Europa (una agencia especializada de la ONU) y el Centro Federal Alemán de Educación para la Salud (BZgA) publicaron conjuntamente en 2010 (y actualizaron en 2016) unas directrices para las escuelas, tituladas "Estándares para la educación sexual en Europa". Los autores llaman a sus orientaciones "un marco para responsables políticos, autoridades educativas y sanitarias y especialistas." La OMS está de acuerdo con Bzga (German Federal Centre for Health Education) en que los educadores deben proporcionar, a los niños de 0 a 4 años información sobre "el disfrute y el placer al tocar el propio cuerpo", así como información sobre "la masturbación en la primera infancia." La OMS dice que esta información debe enmarcarse en el contexto de que "el disfrute de la proximidad física" es "normal". Incluso a los bebés, dice la OMS, se les debe enseñar "la cercanía física como expresión de amor y afecto".

Según la OMS, los niños de 4 a 6 años deben aprender a identificar a los posibles agresores. A continuación expone los consejos que los educadores deberían dar a los niños de estas edades, consejos que, según la OMS, podrían permitir a los niños de 4, 5 y 6 años identificar posibles riesgos: Hay algunas personas que no son buenas; pretenden ser amables, pero pueden ser violentas. Por supuesto, todo abuso sexual infantil es un acto de violencia atroz, pero los niños pueden no percibirlo inmediatamente como tal hasta mucho después de que se haya cometido el acto. Los supervivientes de abusos no suelen aceptar los terribles daños psicológicos y a menudo físicos que se les han infligido hasta una edad más avanzada. Por lo tanto enseñar a los bebés sobre el "placer sexual" y decirles que "la proximidad física es normal" y "una expresión de amor", mientras que simultáneamente se les enseña que el abuso sexual sólo se manifiesta como "violencia", parece colocar a los niños pequeños en un riesgo aún mayor de captación y pedofilia. Esa "educación" desarma al niño, en lugar de prevenirlo. En cuanto a los niños de 9 a 12 años, la OMS y la BzgA recomiendan que desarrollen las habilidades necesarias para "asumir la responsabilidad en relación con experiencias sexuales seguras y placenteras para uno mismo y para los demás". La OMS cree que estos niños deben ser capaces de "tomar una decisión consciente de tener o no experiencias sexuales". La OMS es una agencia de la ONU y la CIJ es un influyente "socio" de la ONU. En contra de sus pretensiones humanitarias, la "orientación educativa" dirigida por la OMS, combinada con el marco jurídico de la CIJ, sirve a los intereses de los pedófilos y pone en peligro la vida de los niños.

Algo va muy mal

Examinaremos el ODS 16.9 y ampliaremos nuestra exploración de la red de identificación digital "interoperable" establecida por la Alianza ID2020 (asociación público-privada mundial) en la segunda parte. Por ahora, limitémonos a considerar la ambición declarada públicamente de ID2020: Para 2030 proporcionar identidad legal para todos, incluido el registro de nacimientos.

En su búsqueda del ODS 16.9, ID2020 estableció una asociación entre el Comité Internacional de Rescate (IRC, International Rescue Committee, https://en.wikipedia.org/wiki/International_Rescue_Committee ) e iRespond. El objetivo de la asociación era implantar la identificación biométrica de los recién nacidos en la población de refugiados karen, a lo largo de la frontera entre Myanmar y Tailandia.

Muy promovido por los MSM (principales medios de comunicación) occidentales, el proyecto vinculaba el acceso de los refugiados karen a la ayuda alimentaria y otros servicios vitales a su participación en este sistema de identificación digital. Es importante destacar que los socios IRC e iRespond afirmaron que la participación en el proyecto era voluntaria. Pero al mismo tiempo dejaron claro que el "estatus vacunal" de los refugiados se incorporaría a sus documentos de identidad digitales.

Para los karen, el acceso a los alimentos y a la atención sanitaria dependía de que presentaran una identificación biométrica aprobada. El registro para el DNI dependía de su "estado" de vacunación. Así los karen se vieron obligados a aceptar la vacunación y utilizar el DNI digital o enfrentarse al hambre y la enfermedad sin acceso a tratamiento médico. Baste decir que no había ningún compromiso del IRC o de iRespond con la libertad, la justicia y la paz. En su lugar este proyecto dirigido por un socio de la ONU ignoró por completo los derechos del pueblo karen. La decisión de la Alianza ID2020 de permitir que el IRC se aproximara a las familias de refugiados (la población más vulnerable de todas) fue, como mínimo, imprudente. El IRC fue una de las quince "organizaciones internacionales de ayuda" implicadas en el escándalo de "sexo por alimentos". Cuando el escándalo salió a la luz en 2000, la ONU encargó una investigación sobre las actividades de sus "socios" privados afiliados y de sus propias agencias de ayuda. El informe posterior encontró pruebas de que trabajadores de 40 organizaciones benéficas locales e internacionales (entre las que se encontraba el IRC) mantenían "relaciones de explotación sexual con niños". Dicho sin rodeos, las organizaciones "socias de las partes interesadas" de la ONU, incluido el IRC, estaban infestadas de violadores de niños. El informe identificaba claramente la práctica generalizada de proporcionar alimentos a cambio de sexo (incluida la pedofilia) en los campos de refugiados. Sin embargo la ONU suprimió el informe durante más de dieciséis años. La ONU ha sido igualmente lenta a la hora de investigar la gran cantidad de pruebas que implican a sus propias fuerzas de paz en operaciones de violación y tráfico de niños en 23 países, sobre todo Haití y Sri Lanka, como reveló un reportaje de Associated Press de abril de 2017 y su continuación.

Como si los niños haitianos no hubieran sido ya suficientemente torturados por las "fuerzas de paz" de la ONU, su victimización no había terminado. Tras el terremoto de enero de 2010, la conocida traficante de niños Laura Silsby fue capturada por segunda vez intentando traficar con niños haitianos. Se suponía que los niños que secuestró estaban bajo la protección de la ONU. Silsby afirmó que estaban destinados a un orfanato de la República Dominicana, pero no había constancia de que hubiera presentado ninguna de las solicitudes de tránsito requeridas a las autoridades dominicanas.

En mayo de 2009, el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, había nombrado a Bill Clinton enviado especial a Haití, la nación más pobre del hemisferio occidental. Tras el terremoto Clinton era la elección obvia para ser el coordinador internacional de la ONU para los esfuerzos de ayuda a Haití. Por tanto, estaba perfectamente posicionado para presionar a las autoridades haitianas en nombre de Silsby, tras lo cual ella quedó en libertad. Las pruebas sugieren claramente que Silsby (ahora Laura Gayler) formaba parte de una operación más amplia de tráfico de menores en la que estaban implicados su abogado original, Jorge Puello, y la esposa de éste. Resulta interesante que la CPI, que consideró oportuno emitir una orden de detención contra el presidente Putin por tráfico de niños en Ucrania, no haya acusado al ex presidente estadounidense Clinton en relación con el tráfico de niños en Haití. ¿Tal vez ese "descuido" se debe a que la Fundación Clinton está profundamente arraigada en la estructura público-privada del régimen de gobernanza mundial?

En 2016 la Iniciativa Global Clinton, a la que se atribuye el mérito de orientar la filantropía hacia el desarrollo sostenible, organizó un acto para recabar apoyo para el Fondo Fiduciario de la ONU (UNTF, UN Trust Fund), cuya misión declarada es poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas. Increíblemente ese mismo año se informó por primera vez de que los abogados defensores del traficante sexual pedófilo y activo de los servicios de inteligencia, Jeffrey Epstein, habían escrito que su cliente era una pieza clave del pequeño grupo que había "concebido la Iniciativa Global Clinton". Según la ONU el propósito de la reunión del UNTF era "anunciar una serie de Compromisos para la Acción, destinados a avanzar en las metas de igualdad de género de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU". Al parecer este objetivo se logrará mediante la "asociación" con conocidos facilitadores de la trata de menores.

Podríamos preguntarnos por qué alguien "confiaría" en el "régimen de gobernanza mundial" de la ONU para "detectar el abuso, la explotación, la trata y todas las formas de violencia y tortura contra los niños", cuando sus agencias especializadas, sus partes interesadas y su enviado especial, además de sus fuerzas de mantenimiento de la paz y sus socios, han sido sorprendidos en innumerables ocasiones cometiendo o sancionando estos mismos delitos. No es descabellado afirmar que la ONU y sus agencias y "socios" representan un riesgo significativo para los niños. Está claro… está claro, que algo va muy mal en el corazón de este peligroso régimen.

¿Paz y justicia para quién?

La ONU es un "régimen de gobernanza mundial" corrupto. Sigue engañando a la población mundial sobre el profundo abismo de separación entre los llamados "derechos humanos" y nuestros verdaderos "derechos inalienables", que ignora y subvierte deliberadamente.

Los Estados-nación compiten por la influencia dentro de la órbita del régimen de la ONU. Los gobiernos de esos Estados-nación forman parte de la vasta red, formada por el régimen y sus diversos "socios" públicos y privados, que está tratando de implementar el ODS 16. La mayoría de las metas del ODS 16 pretenden "reformar" los sistemas soberanos de justicia y aplicación de la ley y los procesos de toma de decisiones en beneficio del régimen. El ODS 16 representa un intento evidente de consolidar el poder en manos del régimen, a expensas de la soberanía nacional y la libertad humana. Se trata de un asunto de extrema preocupación por muchas razones, quizás la más notable porque nuestros niños deben ser salvaguardados. Tal y como están las cosas, el régimen parece representar una clara amenaza para los niños de todo el mundo.

El Derecho Natural determina que "una ley injusta no es ley en absoluto": lex iniusta non est lex. Puesto que no hay pruebas de que el sistema de supuesto "derecho internacional" que opera bajo la égida de la ONU y su Carta se aplique o se haya aplicado alguna vez, de forma justa y puesto que no cumple la norma de "ley justa", no es, por tanto, "ninguna ley".

Dentro de los órganos deliberativos que constituyen el régimen de la ONU, el "poder" sigue considerándose "derecho". Las instituciones que la ONU defiende y con las que se asocia (la CIJ, Interpol y la CPI, por nombrar sólo tres) están profundamente viciadas. Estas instituciones no están capacitadas para desempeñar ningún papel, y mucho menos de liderazgo, en la administración de justicia. No hay ninguna razón para creer que las pretensiones del ODS 16 de promover la paz, la justicia y la inclusividad vayan a hacer algo por el mundo en su conjunto y, mucho menos, nada para resolver los fallos fundamentales inherentes al escurridizo y desprestigiado sistema de supuesta "gobernanza global" de la ONU. Tal vez se pregunten qué tiene que ver el Objetivo de Desarrollo Sostenible 16 (o este artículo sobre él) con la protección del planeta y sus habitantes frente a la "catástrofe climática" prevista. La respuesta es: nada en absoluto. Pero el "cambio climático" no es más que la justificación que supuestamente legitima y confiere urgencia al desarrollo sostenible. El verdadero objetivo de las Naciones Unidas es establecer una gobernanza mundial firme (de hecho, una dictadura mundial) mediante la aplicación de los ODS. El "cambio climático" es sólo la excusa. Nada lo demuestra más claramente que el ODS 16.9. Y por eso nos centraremos exclusivamente en el 16.9 en la segunda parte de nuestra exploración del ODS 16.

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