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lunes, 5 de junio de 2023

Whitney Webb (5 de noviembre de 2021) La Alianza Bancaria respaldada por la ONU anuncia un plan "verde" para transformar el sistema financiero mundial

 


Los intereses financieros privados más poderosos del mundo, al amparo de la COP26 [Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático de 2021 (31 de octubre - 12 de noviembre)], han desarrollado un plan para transformar el sistema financiero mundial fusionándose con instituciones como el Banco Mundial y utilizándolas para erosionar aún más la soberanía nacional en el mundo en desarrollo.
El miércoles una alianza de instituciones bancarias y financieras privadas, "liderada por la industria y convocada por la ONU", anunció en la conferencia COP26 planes para revisar el papel de las instituciones financieras mundiales y regionales, incluidos el Banco Mundial y el FMI, como parte de un plan más amplio para "transformar" el sistema financiero mundial. Según los miembros de la alianza, el objetivo oficial de esta propuesta es promover la transición hacia una economía "neta cero". Sin embargo, la "reimaginación" de las instituciones financieras internacionales propuesta por el grupo, según su "informe de progreso" recientemente publicado, también supondría

  • fusionar estas instituciones con los intereses de la banca privada que componen la alianza,

  • crear un nuevo sistema de "gobernanza financiera mundial" y

  • erosionar la soberanía nacional de los países en desarrollo,

obligándolos a establecer entornos empresariales considerados "favorables" a los intereses de los miembros de la alianza. En otras palabras, los poderosos intereses bancarios que componen este grupo están presionando para recrear todo el sistema financiero mundial en su beneficio, bajo el pretexto de promover la sostenibilidad.
Esta alianza, denominada Glasgow Financial Alliance for Net Zero (GFANZ, Alianza Financiera de Glasgow para el Cero Neto), fue lanzada en abril por John Kerry, Enviado Presidencial Especial de Estados Unidos para el Cambio Climático, Janet Yellen, Secretaria del Tesoro de Estados Unidos y ex presidenta de la Reserva Federal y Mark Carney, Enviado Especial de la ONU para la Acción Climática y las Finanzas y ex presidente del Banco de Inglaterra y del Banco de Canadá. Carney, que también es Asesor Financiero del Primer Ministro británico para la conferencia COP26, copreside actualmente la alianza con el multimillonario estadounidense y ex alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg.
En el momento de su creación, la GFANZ declaró que "proporcionaría un foro para la coordinación estratégica entre los dirigentes de las instituciones financieras de todo el sector para acelerar la transición hacia una economía neta cero" y "movilizar los billones (trillions) de dólares necesarios" para alcanzar los objetivos de emisiones cero del grupo. En el momento del lanzamiento de la alianza, el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, describió la GFANZ como "la unión de los bancos e instituciones financieras del mundo en apoyo de la transición global hacia la economía de emisiones netas cero", mientras que John Kerry señaló que "los mayores actores financieros del mundo reconocen que la transición energética representa una gran oportunidad comercial". Al analizar estas dos declaraciones juntas, parece claro que la GFANZ ha unido a los bancos privados y las instituciones financieras más poderosas del mundo detrás de lo que considera, ante todo, "una vasta oportunidad comercial", cuya explotación está comercializando como un "imperativo planetario".
La GFANZ se compone de varias "alianzas subsectoriales", entre ellas la Net Zero Asset Managers Initiative (NZAM), la Net Zero Asset Owner Alliance (NZAOA) y la Net Zero Banking Alliance (NZBA). Juntas dominan una parte formidable de los intereses mundiales de la banca y las finanzas privadas y sólo la NZBA representa actualmente el 43% de todos los activos bancarios mundiales. Sin embargo, entre los "grandes actores financieros" que dominan la GFANZ figuran los directores ejecutivos de BlackRock, Citi, Bank of America, Banco Santander y HSBC, así como David Schwimmer, director ejecutivo del London Stock Exchange Group, y Nili Gilbert, presidenta del Comité de Inversiones del David Rockefeller Fund.
Cabe destacar que otra entidad relacionada con Rockefeller, la Fundación Rockefeller, desempeñó recientemente, en septiembre, un papel fundamental en la creación de las Natural Asset Corporations (Corporaciones de Activos Naturales, NAC). Estas NAC pretenden crear una nueva clase de activos que pondría a la venta el mundo natural, así como los procesos ecológicos que sustentan toda la vida, con el pretexto de "protegerlos". Los directivos de la Alianza Financiera de Glasgow para el Cero Neto, entre ellos Larry Fink, de BlackRock, llevan mucho tiempo entusiasmados con las perspectivas de las NAC y otros esfuerzos relacionados para financiarizar el mundo natural y también ha desempeñado un papel clave en la comercialización de dicha financiarización, como necesaria para combatir el cambio climático.

Como parte de la COP26, la GFANZ (un grupo clave en esa conferencia) publica un plan destinado a ampliar "los flujos de capital privado hacia las economías emergentes y en desarrollo". Según el comunicado de prensa de la alianza, este plan se centra en "el desarrollo de plataformas nacionales para conectar el ahora enorme capital privado comprometido con la reducción a cero con proyectos nacionales, ampliando la financiación combinada a través de los BMD [Bancos Multilaterales de Desarrollo] y desarrollando mercados mundiales de carbono creíbles y de alta integridad". El comunicado de prensa señala que este "enorme capital privado" es dinero que los miembros de la alianza pretenden invertir en países emergentes y en desarrollo, estimado en más de 130 billones de dólares ($130.000.000.000.000), y que (para desplegar estos billones en inversiones) "el sistema financiero mundial está siendo transformado" por esta misma alianza en coordinación con el grupo que los convocó, las Naciones Unidas.
Propuesta de absorción
Los detalles del plan de la GFANZ para desplegar billones en inversiones de sus miembros en mercados emergentes y países en desarrollo se publicaron en el "Informe de Progreso" al formalizar de la alianza y su publicación se hizo coincidir con la conferencia COP26. El informe detalla el "plan de trabajo y las ambiciones a corto plazo" de la alianza, que ésta resume sucintamente como un "programa de trabajo para transformar el sistema financiero".
El informe señala que la alianza ha pasado de la fase de "compromiso" a la de "implicación", siendo el principal objetivo de la fase de implicación la "movilización de capital privado hacia los mercados emergentes y los países en desarrollo, a través del liderazgo del sector privado y la colaboración público-privada". Con ello, según el informe, la Alianza Financiera de Glasgow para el Cero Neto pretende crear "una arquitectura financiera internacional", que aumente los niveles de inversión privada de los miembros de la alianza en esas economías. Sus principales objetivos a este respecto giran en torno a la creación de "plataformas nacionales ambiciosas" y a una mayor colaboración entre los Bancos Multilaterales de Desarrollo y el sector financiero privado.
Según la GFANZ, una "plataforma de país" se define como un mecanismo que convoca y alinea a las "partes interesadas", es decir, un mecanismo de asociación público-privada/capitalismo de las partes interesadas, "en torno a una cuestión o geografía específica". Entre los ejemplos que se ofrecen figura la Iniciativa de Liderazgo para la Financiación del Clima (CFLI) de Mike Bloomberg, que cuenta con la colaboración de Goldman Sachs y HSBC, entre otras instituciones del sector privado. Aunque se presentan como impulsadas por las "partes interesadas", los ejemplos existentes de "plataformas nacionales" que ofrece la GFANZ son iniciativas dirigidas por el sector privado, como la CFLI, o asociaciones público-privadas dominadas por poderosas empresas multinacionales y multimillonarios. Como ha explicado recientemente el periodista e investigador Iain Davis, estos modelos de mecanismos de "capitalismo de las partes interesadas", a pesar de que se presentan como si ofrecieran una forma de capitalismo "más responsable", permiten a las corporaciones y entidades privadas participar en la creación de las normativas que rigen sus propios mercados y les otorgan un papel mucho mayor en la toma de decisiones políticas al situarlas en pie de igualdad con los gobiernos nacionales. Es esencialmente una forma creativa de comercializar el "corporativismo", la definición de fascismo infamemente suministrada por el dictador italiano Benito Mussolini.
Además de la creación de "plataformas nacionales" "corporativistas", que se centran en áreas y/o problemas específicos del mundo en desarrollo, la GFANZ también pretende "corporativizar" aún más los bancos multilaterales de desarrollo (BMD) y las instituciones financieras de desarrollo (IFD) para cumplir mejor los objetivos de inversión de los miembros de la alianza. Según la alianza, esto se describe como un aumento de la "colaboración entre los BMD y el sector privado". El informe de la GFANZ señala que "los BMD desempeñan un papel fundamental a la hora de contribuir al crecimiento de los flujos de inversión" en el mundo en desarrollo. Los BMD, como el Banco Mundial, han sido criticados durante mucho tiempo por llevar a cabo esta tarea

  • atrapando a las naciones en desarrollo en la deuda y luego

  • utilizando esa deuda para obligar a esas naciones a

  • desregular los mercados (específicamente los mercados financieros),

  • privatizar activos estatales y

  • aplicar políticas de austeridad contra la población.

El informe de la Alianza Financiera de Glasgow para el Cero Neto deja claro que la alianza pretende ahora utilizar estas mismas controvertidas tácticas de los Bancos Multilaterales de Desarrollo, forzando una desregulación aún mayor en los países en desarrollo, para facilitar las inversiones "verdes" de los miembros de la alianza.

El informe afirma explícitamente que los BMD deben utilizarse para impulsar a las naciones en desarrollo a "crear los entornos propicios adecuados, transversales y de alto nivel" para las inversiones de los miembros de la alianza en esas naciones. Los niveles significativamente mayores de inversión de capital privado, necesarios para alcanzar el cero neto según GFANZ, requieren que los BMD se utilicen para impulsar a las naciones en desarrollo a "establecer entornos empresariales favorables a la inversión; un marco reproducible para desplegar las inversiones de capital privado y reservas de oportunidades de inversión financiables". A continuación la GFANZ señala que "el capital privado y la inversión fluirán hacia estos proyectos si los gobiernos y los responsables políticos crean las condiciones adecuadas", es decir, entornos propicios para las inversiones del sector privado.
En otras palabras, a través del aumento propuesto de la participación del sector privado en los BMD, como el Banco Mundial y los bancos regionales de desarrollo, los miembros de la alianza pretenden utilizar los BMD para imponer globalmente una desregulación masiva y extensiva en los países en desarrollo, utilizando el impulso de la descarbonización como justificación. Los BMD ya no deben endeudar a los países en desarrollo para forzar políticas que beneficien a entidades extranjeras y multinacionales del sector privado, ya que ahora se pueden utilizar justificaciones relacionadas con el cambio climático con los mismos fines.
Esta nueva modalidad para los BMD, junto con su fusión con el sector privado, es en última instancia lo que propone la Alianza Financiera de Glasgow para el Cero Neto en términos de "reimaginar" estas instituciones. El director de la GFANZ y CEO de BlackRock, Larry Fink, durante un panel de la COP26 que tuvo lugar el 2 de noviembre, se refirió explícitamente al plan de revisión de estas instituciones cuando dijo: "Si vamos a tomarnos en serio el cambio climático en el mundo emergente, vamos a tener que centrarnos realmente en la reimaginación del Banco Mundial y el FMI".
Fink prosiguió:
Son el prestamista principal y actualmente no entra suficiente capital privado en el mundo emergente debido a los riesgos asociados con el riesgo político, la inversión en terrenos abandonados… si realmente queremos aumentar el capital de inversión en el mundo emergente… " … Insto a los propietarios de esas instituciones, a los accionistas, a que se centren en cómo reimaginar estas instituciones y replantear sus estatutos".
Los planes propuestos por la GFANZ para reimaginar los Bancos Multilaterales de Desarrollo son especialmente alarmantes, dado que documentos militares estadounidenses filtrados muestran que dichos bancos se consideran esencialmente "armas financieras" que se han utilizado como "instrumentos financieros e instrumentos diplomáticos del poder nacional estadounidense", así como instrumentos de lo que esos mismos documentos denominan el "actual sistema de gobernanza mundial", que se utilizan para obligar a los países en desarrollo a adoptar políticas que de otro modo no adoptarían.
Además, dadas las declaraciones de Fink, no debería sorprender que el informe de la GFANZ señale que su esfuerzo por establecer "plataformas de países" y alterar el funcionamiento y los estatutos de los BMD es un componente clave de la aplicación de las recomendaciones planificadas de antemano destinadas a "aprovechar el momento del nuevo Bretton Woods" y rehacer el sistema de "gobernanza financiera mundial" para que "promueva la estabilidad económica y el crecimiento sostenible."
Como se señala la GFANZ en otros documentos y en su sitio web, el objetivo de la alianza es la transformación del sistema financiero mundial… y de las declaraciones de los miembros y de los documentos de la alianza se desprende que el objetivo de esa transformación es facilitar los objetivos de inversión de los miembros de la alianza más allá de lo que es posible en la actualidad, utilizando como medio para ello los dictados relacionados con el cambio climático, en lugar de la deuda.
La ONU y la "revolución silenciosa"

A la luz de la composición de la GFANZ y de las ambiciones de sus miembros, algunos podrían preguntarse por qué las Naciones Unidas respaldarían una iniciativa tan depredadora. ¿Acaso las Naciones Unidas no trabajan principalmente con los gobiernos nacionales y no con los intereses del sector privado?
Aunque ciertamente esa es la percepción pública predominante de la ONU, la organización ha seguido durante décadas un modelo de "capitalismo de partes interesadas" que privilegia al sector privado y a los "filántropos" multimillonarios frente a los gobiernos nacionales, siendo la tarea de estos últimos simplemente crear "entornos propicios" para las políticas creadas por y en beneficio de los primeros.

En un discurso ante el Foro Económico Mundial, en 1998, el Secretario General Kofi Annan hizo explícito este cambio:
"Las Naciones Unidas se han transformado desde la última vez que nos reunimos aquí en Davos. La Organización ha sufrido una revisión completa que he descrito como una "revolución silenciosa"… Se ha producido un cambio fundamental. Antes las Naciones Unidas sólo se ocupaban de los gobiernos. Ahora sabemos que la paz y la prosperidad no pueden lograrse sin asociaciones en las que participen gobiernos, organizaciones internacionales, la comunidad empresarial y la sociedad civil… Los negocios de las Naciones Unidas implican a los negocios del mundo".
Ahora que la ONU es esencialmente un vehículo para la promoción del capitalismo de las partes interesadas, es lógico que "convoque" y apoye los esfuerzos de un grupo como la Alianza Financiera de Glasgow para el Cero Neto para extender ese modelo capitalista de las partes interesadas a otras instituciones implicadas en la gobernanza mundial, concretamente la gobernanza financiera mundial. Permitir que los miembros de la GFANZ, es decir, muchos de los mayores bancos privados e instituciones financieras del mundo, se fusionen con los Bancos Multilaterales de Desarrollo, rehagan el "sistema de gobernanza financiera mundial" y obtengan un mayor control sobre las decisiones políticas en el mundo emergente es el sueño de un banquero hecho realidad. Para llegar tan lejos, todo lo que han necesitado ha sido convencer a un número suficiente de la población mundial de que tales cambios son necesarios debido a la urgencia percibida del cambio climático y a la necesidad de descarbonizar rápidamente la economía. Sin embargo, si se pone en práctica, lo que resultará no será un mundo "más verde", sino un mundo dominado por una pequeña élite financiera y tecnocrática que tendrá libertad para beneficiarse y saquear tanto el "capital natural" como el "capital humano".
En la actualidad los BMD se utilizan como "instrumentos de poder" que utilizan la deuda para obligar a las naciones en desarrollo a aplicar políticas que beneficien a intereses extranjeros en lugar de a sus propios intereses nacionales. Si la GFANZ se sale con la suya, los BMD del mañana se utilizarán esencialmente para

  • eliminar la soberanía nacional,

  • privatizar los "activos naturales" (por ejemplo, los ecosistemas, los procesos ecológicos) del mundo en desarrollo e

  • imponer políticas cada vez más tecnocráticas, diseñadas por instituciones de gobernanza global y grupos de reflexión, a poblaciones cada vez más privadas de sus derechos.

Aunque la Alianza Financiera de Glasgow para el Cero Neto se ha revestido de la elevada retórica de "salvar el planeta", sus planes equivalen en última instancia a un golpe de Estado dirigido por las empresas, que hará que el sistema financiero mundial sea aún más corrupto y depredador y reducirá aún más la soberanía de los gobiernos nacionales del mundo en desarrollo.

https://unlimitedhangout.com/2021/11/investigative-reports/un-backed-banker-alliance-announces-green-plan-to-transform-the-global-financial-system/

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