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lunes, 29 de mayo de 2023

Cómo lo hicieron (Michael Bryant (Global Research, 26 de mayo de 2023; 21st Century Wire, 23 de marzo de 2023) Italia 2020: La "zona cero" de COVID en Europa)

 


Hace tres años el mundo occidental se paralizó. La narrativa oficial de Covid-19 describía un extraño virus de propagación repentina, más mortífero que la gripe, procedente de China, que aterrizó en el norte de Italia. El 20 de febrero de 2020 se descubrió el primer supuesto caso de Covid-19 en Occidente, en la ciudad lombarda de Codogno (Italia). Más tarde, ese mismo día, el gobierno italiano informó de su primera "muerte por Covid-19". Los dramáticos informes de los medios de comunicación procedentes del norte de Italia se introdujeron en la psique occidental, dando la impresión de que había un misterioso nuevo virus "súper-contagioso" y "súper-letal", que sobrevolaba la región infectando y matando a decenas de personas. Los desgarradores informes procedentes de Bérgamo, una ciudad de la región alpina de Lombardía, en el norte de Italia, hablaban de ataúdes apilados a gran altura, de "muertes relacionadas con el covid que se multiplicaban sin cesar" y de la alarmante necesidad de ayuda militar para retirar la enorme cantidad de cadáveres que se amontonaban. A principios de marzo de 2020, los hospitales del norte de Italia informaban de un "tsunami de muertes" debido a la crisis del Covid y a las condiciones de hacinamiento debidas a la "lucha contra el brote de coronavirus", que estaban llevando a los hospitales y al personal al límite, ya que los médicos estaban "atendiendo a los moribundos desde la mañana hasta la noche." Utilizando toda la maquinaria del Estado, el Primer Ministro italiano, Giuseppe Conte, empezó a promulgar una serie de decretos gubernamentales que culminaron en que Italia se convirtiera en el primer país del mundo en aplicar un confinamiento nacional. Estos mandatos sentarían las bases de los cierres patronales en todo el mundo occidental.
Tres años más tarde una evaluación exhaustiva de la historia sobre la supuesta emergencia médica italiana en la primavera de 2020, revela un relato de la inquietante historia epidemiológica del norte de Italia, la manipulación de los medios de comunicación y la información engañosa utilizada para crear la ilusión de una nueva epidemia. Pronto surgieron multitud de preguntas e incoherencias en torno a la historia italiana. Atribuir este extraño conjunto de circunstancias convergentes a un acontecimiento vírico resultaba muy poco creíble.
¿Eran estas condiciones de hacinamiento en los hospitales italianos realmente el resultado de un agente patógeno viral único o había otros factores causales? ¿Eran estos picos anómalos de exceso de muertes en el norte de Italia causados de forma verificable por la llegada y propagación de un nuevo virus mortal? ¿Cómo fue posible que este virus se propagara a través de miles de kilómetros en cuestión de días y alcanzara su máxima mortalidad de forma sincrónica en lugares alejados unos de otros? ¿Cómo fue posible que este virus se propagara tan rápidamente a través de miles de kilómetros, alcanzando su punto álgido al mismo tiempo en esos lugares seleccionados y sin embargo no fuera lo suficientemente contagioso como para propagarse a lugares cercanos? ¿Cómo fue posible que este virus esperara a un decreto gubernamental y sólo entonces empezara a crear un exceso de muertes? ¿Cómo fue posible que todos los países de Occidente y más allá adoptaran medidas "sanitarias" similares a las impuestas en Italia, prácticamente "de la noche a la mañana", medidas que se asemejaban más a un estado policial de facto que a iniciativas médicas?
¿Por qué Italia?
Una breve cronología de la serie de acontecimientos que tuvieron lugar en el norte de Italia en la primavera de 2020:
31 de enero de 2020 - El Consejo de Ministros italiano declara una emergencia nacional de 6 meses de duración y confía la coordinación de las respuestas de emergencia al COVID-19 al Jefe del Departamento de Protección Civil, tras la detección de los dos primeros positivos por COVID-19 en Roma: dos turistas chinos que viajaban desde Wuhan;
20 de febrero de 2020 - Primer caso de Covid-19 de un ciudadano italiano diagnosticado en Codogno. Adriano Trevisan, de 78 años, albañil jubilado del pueblo de Vo' Euganeo, cerca de Padua, en la región del Véneto, se convirtió en la primera muerte por Covid de un europeo registrada. El fallecido dio positivo en las pruebas del virus y murió en el hospital mientras recibía tratamiento para una neumonía.

  • 23 de febrero de 2020 - El gobierno italiano introduce las primeras restricciones de movimiento y acceso/salida alrededor de los puntos calientes, denominados "zonas rojas de bloqueo". Ese mismo día, el Ministerio de Sanidad italiano emite directrices para la realización de pruebas PCR a 31 laboratorios de toda Italia. El número de casos aumenta.
  • 25 de febrero de 2020 - Se introducen nuevas medidas restrictivas en toda Italia.
  • 27 de febrero de 2020 - Se crea un Sistema Nacional de Vigilancia, coordinado por el ISS (Instituto Nacional de la Salud), para supervisar la recogida y cotejo de los datos diarios.
  • 1 de marzo de 2020 - Se amplía el número de "zonas rojas de bloqueo".
  • 4 de marzo de 2020 - Se declara el cierre nacional de escuelas y universidades en Italia.
  • 8 de marzo de 2020 - El Decreto del Presidente del Consejo de Ministros amplía las restricciones a toda Lombardía y a amplias zonas del norte de Italia.
  • 9 de marzo de 2020 - El gobierno de Italia, bajo el Primer Ministro Giuseppe Conte, extiende el confinamiento a toda Italia, restringiendo el movimiento de la población excepto por necesidad ineludible, trabajo y circunstancias de salud.
  • 11 de marzo de 2020 - La Organización Mundial de la Salud declara el nuevo brote de coronavirus (COVID-19) pandemia mundial. Italia declara el cierre de todos los restaurantes, pubs, teatros y actividades sociales.
  • 18 de marzo de 2020 - El Banco Central Europeo anuncia un enorme programa de impresión de dinero para mantener en funcionamiento el sistema financiero. Se conceden 750.000 millones de euros de rescate al sector financiero para luchar contra la "crisis del coronavirus".
  • 22 de marzo de 2020 - Cese de todas las actividades productivas no esenciales, bloqueo completo, se cierran las fábricas y se detiene toda la producción no esencial en toda Italia.
  • 25 de marzo de 2020 - Se imponen más restricciones a los movimientos de personas, excepto por razones esenciales (por ejemplo trabajo, salud y conseguir suministros).
  • 27 de marzo de 2020 - Pico en el número de muertes diarias por Covid en Italia.
  • 9 de abril de 2020 - Entra plenamente en vigor el Decreto "Liquidità" (Liquidez), que incluye medidas temporales para facilitar el acceso a los préstamos, apoyar la continuidad de las empresas y la liquidez de sus finanzas y medidas de apoyo a la exportación, la internacionalización y la inversión empresarial.
  • 4 de mayo de 2020 - Reapertura de la mayoría de las fábricas y diversos comercios mayoristas, dentro de los protocolos de seguridad sanitaria preestablecidos.

Aunque una cronología de este tipo puede servir para refrescarnos la memoria y proporcionarnos una comprensión coherente de la secuencia de los acontecimientos, no sustituye a la historia real. Como suele decirse, el diablo está en los detalles.
Los detalles en el norte de Italia empiezan con los problemas de contaminación masiva y las enfermedades crónicas que los acompañan y que han afligido a la región durante años.
Contaminación y enfermedades crónicas
La vida cotidiana en la región de Lombardía está plagada de condiciones de vida peligrosas y problemas de salud: desde hace mucho tiempo se han documentado numerosos problemas agudos de salud a los que se enfrenta una población envejecida. Se dice que el valle del río Po, en el norte de Italia, tiene la peor calidad del aire de toda Europa. La calidad del aire en la región se ha ido deteriorando durante muchos años. Las ciudades del valle del Po tienen la mayor carga de mortalidad asociada a la contaminación atmosférica de toda Europa.
Además del gran volumen de contaminantes, el valle del Po es conocido por sus características únicas de vientos bajos y episodios prolongados de inversiones climáticas, que lo convierten en un reservorio de contaminación atmosférica. El informe de The Lancet Planetary Health de enero de 2021 calculó las tasas de mortalidad asociadas a la contaminación por partículas finas y dióxido de nitrógeno en 1.000 ciudades europeas. Brescia y Bérgamo, en la región de Lombardía, ostentaban la penosa distinción de tener la mayor tasa de mortalidad por partículas finas de Europa. Otras dos ciudades del norte de Italia, Vicenza y Saronno, ocuparon los puestos cuarto y octavo, respectivamente, en la lista de las diez primeras ciudades en esta categoría. Estos lugares se corresponden precisamente con la mayor incidencia de infecciones de las vías respiratorias altas que se producen en el norte de Italia, tal y como se recoge en el relato oficial de la pandemia.
Las "epidemias" en curso y aceleradas de fibrosis pulmonar idiopática (una enfermedad pulmonar grave y progresiva), la enfermedad pulmonar intersticial y las altas tasas de cáncer bronquial y pulmonar eran características epidemiológicas distintivas del norte de Italia mucho antes de que un supuesto virus se aventurara en la escena. En la región de Lombardía también existe un problema de amianto derivado de la exposición ocupacional al amianto en las décadas de 1960 y 1970. Un estudio de 2016, "Incidence of mesothelioma in Lombardy, Italy: exposure to asbestos, time patterns and future projections", predijo un aumento del mesotelioma maligno (MM), una forma agresiva y mortal de cáncer que afecta principalmente a la pleura y el peritoneo, envolturas del tórax y el abdomen. "Este estudio documentó una elevada presencia de MM en ambos sexos en la región de Lombardía, lo que refleja una amplia exposición ocupacional (principalmente en hombres) y no ocupacional (principalmente en mujeres) al amianto en el pasado. Las tasas de incidencia siguen aumentando; se espera un descenso en la aparición de MM después de 2019."

Otro estudio, "Investigating the impact of influenza on excess mortality in all ages in Italy during recent seasons (2013/14-2016/17 seasons)", revela que las tasas de mortalidad por gripe común han aumentado notablemente en la última década. Este estudio describió un aumento de casi cuatro veces en la mortalidad por gripe durante el período de tiempo cubierto. En la temporada 2016/17 los totales se dispararon a un exceso de 24.981 muertes atribuibles a epidemias de gripe.

A los continuos problemas de contaminación atmosférica se suman los elevados niveles de escorrentía ganadera industrial en ríos y afluentes, que afectan a los residentes del valle del río Po. La región de Lombardía genera enormes cantidades de residuos animales, ya que produce más del 40% de la leche italiana, mientras que más de la mitad de la producción porcina de Italia se localiza en el valle del Po.
En toda Italia los suelos envenenados a causa de actividades industriales pasadas y presentes y de accidentes han asolado la tierra y a sus habitantes. La intensa actividad industrial y los envenenamientos industriales del pasado en el norte de Italia afligen a la región con otra masa de exposiciones tóxicas. En 1976, Seveso (Italia) sufrió "uno de los peores accidentes industriales del siglo pasado". La catástrofe de Seveso se produjo en una planta de fabricación de productos químicos situada a 12 millas al norte de Milán, en la región italiana de Lombardía. Provocó la mayor exposición conocida a 2,3,7,8-tetraclorodibenzo-p-dioxina (TCDD) en poblaciones residenciales de la historia y se convirtió en un "test de los efectos duraderos de la dioxina". La dioxina es un conocido agente cancerígeno y muchas personas que vivían en Seveso y sus alrededores en aquella época tendrían un mayor riesgo de padecer cánceres más adelante. Alguien que cumplió 20 años en 1976 tendría ahora 60 durante la era del Covid. Esto es coherente con lo que se ha informado ampliamente entre los hombres de Nembro (provincia de Bérgamo), siendo el cáncer la principal causa de muerte en este grupo demográfico y el cáncer de pulmón el tipo de cáncer más común.
Medidas de austeridad e infraestructura sanitaria

A las pésimas condiciones medioambientales a las que se enfrenta la población del norte de Italia se suman las medidas de austeridad de las dos últimas décadas, que han dañado los servicios públicos italianos, mermando gravemente los recursos sanitarios. Examinando el estado de los hospitales del norte de Italia, mucho antes de la "pandemia", empieza a surgir un patrón.
Una revisión de 2019 sobre el estado actual de los hospitales italianos, "Health & Hospitals in Italy. 17th Annual Report", señalaba un "aumento significativo en 2019 de las personas en lista de espera y la prolongación de esa situación, en comparación con la ya problemática situación de 2018", y un, "pronunciado deterioro en los últimos 5 años de los sistemas de "conexión" entre la medicina general y los hospitales y entre estos y los servicios posteriores a la hospitalización (rehabilitación, cuidados de larga duración, residencias asistidas y servicio de atención domiciliaria)."
La cargada atmósfera y el consiguiente revuelo creado por una "invasión viral" anunciada a bombo y platillo, se manifestaron brutalmente en los efectos de 20 años de recortes en el sistema nacional de salud. Un informe de Oxfam de 2013 sobre las repercusiones de las medidas de austeridad, "El verdadero coste de la austeridad y la desigualdad - Estudio de caso de Italia", puso de relieve el declive de los servicios sanitarios italianos. El informe señalaba que en el año 2000 Italia era el 2º país del mundo en cobertura sanitaria. El informe citaba que en 2011, debido a la disminución anual del gasto sanitario, "más de nueve millones de personas declararon que no podían acceder a algunos servicios sanitarios por motivos económicos." Nuevos recortes magnificaron una situación ya de por sí inestable. Durante el periodo 2010-19 el Servicio Nacional de Salud italiano sufrió recortes financieros de más de 37.000 millones de euros, a medida que experimentaba una privatización progresiva de los servicios sanitarios. El gasto público en sanidad, en descenso durante años, se disparó hasta situarse por debajo de lo que la OMS consideraba capaz de ofrecer una asistencia sanitaria básica. Estos amplios recortes también afectaron gravemente al personal sanitario y a las camas y equipos hospitalarios disponibles, lo que obstaculizó la capacidad de los centros asistenciales para tratar eficazmente a los pacientes. En el periodo comprendido entre 2009 y 2017 se recortó el 5,2% del personal sanitario. En los últimos 10 años se perdieron 70.000 camas. En las unidades médicas de agudos la disponibilidad de camas cayó de 922 por cada 100.000 habitantes en 1980 a 262 por cada 100.000. Los datos de 2020 muestran un total de 5.179 camas en unidades de cuidados intensivos (aproximadamente 8,9 camas por cada 100.000) para toda Italia, una población de algo más de 60 millones de habitantes en 2020.
A nivel operativo regular, en 2020 los 74 hospitales de Lombardía, que dan servicio a una población de 10 millones de habitantes, contaban con aproximadamente 720 camas en UCI, de las que hasta el 90% solían estar ocupadas en invierno. El 10 de marzo de 2020 había 877 personas hospitalizadas en UCI, las unidades de Lombardía estaban saturadas y prevalecían las peticiones de traslado de pacientes a otras regiones.

El efecto neto de estos recortes radicales en la infraestructura y los servicios hospitalarios en el contexto de la histeria covídica era predecible; durante años los médicos de las UCI italianas han informado de que los brotes de gripe provocan que las unidades de UCI se llenaran, como ocurría en otros lugares de todo el mundo. El estruendoso silencio de los medios de comunicación sobre estos hechos inconvenientes, mantuvo al público en la oscuridad sobre las realidades del desmoronado sistema sanitario italiano.
Sólo "el virus"
A la luz de estos datos, no es de extrañar que las personas con infecciones respiratorias estacionales rutinarias y en su mayoría reversibles, una vez ingresadas en los hospitales no recibieran un tratamiento adecuado o satisfactorio.
Muertes iatrogénicas/protocolos hospitalarios

En la primavera de 2020 las autoridades sanitarias italianas introdujeron protocolos sanitarios específicos para Covid sin precedentes. Estos nuevos protocolos, que incluían la intubación precoz y la sedación correspondiente, se consideraron necesarios para proteger a médicos y enfermeros en un momento en el que la carga viral del supuesto patógeno letal era supuestamente menor.
¿Eran apropiados estos nuevos protocolos para tratar los problemas respiratorios de las vías altas?Los ventiladores mecánicos, que introducen oxígeno en pacientes cuyos pulmones están fallando, se convirtieron rápidamente en la práctica aceptada en todo el sistema hospitalario italiano. Los médicos afirmaban extravagantemente que los ventiladores se habían "convertido en oro".
Para utilizar ventiladores hay que sedar al paciente y colocarle un tubo en la garganta. Para acompañar este procedimiento se utilizan fármacos como el midazolam, el sulfato de morfina y el propofol; fármacos que vienen acompañados de contraindicaciones y advertencias de efectos secundarios que incluyen depresión respiratoria y parada respiratoria. El midazolam y el propofol son dos fármacos que se utilizan habitualmente para el suicidio asistido y para sacrificar a los condenados a muerte.
Durante la ola inicial de histeria de marzo de 2020, el gobierno italiano solicitó y recibió una adquisición de emergencia de midazolam de Alemania, ya que sus hospitales "de repente necesitaron 3-4 veces la cantidad normal de este medicamento." La Protección Civil italiana emprendió una contratación pública acelerada para conseguir 3.800 respiradores adicionales.
Ya en abril de 2020 la dependencia de la ventilación mecánica fue criticada por los expertos italianos. Luciano Gattinoni, especialista italiano en cuidados intensivos de renombre mundial, sugirió que "se estaba sobreutilizando y abusando de la ventilación mecánica". Marco Garrone, médico de urgencias del Hospital Mauriziano de Turín (Italia), señaló: "Empezamos con una actitud única, que no dio resultado", dijo sobre la práctica de poner ventiladores a los pacientes como primer tratamiento, sólo para ver cómo se deterioraba su estado. "Ahora intentamos retrasar la intubación todo lo posible". Incluso mientras algunas autoridades sanitarias presionaban para conseguir más respiradores para tratar a los pacientes con coronavirus, algunos médicos intentaban demorar su uso. Empezaron a surgir preguntas sobre las causas reales de las "muertes por Covid" de ancianos y personas frágiles conectados a respiradores, por la sencilla razón de que los médicos estaban observando tasas de mortalidad inusualmente altas entre los pacientes con coronavirus conectados a respiradores. ¿Podría ser que fuera la mala praxis médica y no un nuevo patógeno, lo que encendiera este polvorín en los hospitales y creara un bucle de retroalimentación de pánico público? ¿Podría ser que lo que se propagó por los hospitales italianos en la primavera de 2020 fuera una epidemia de iatrogenia? ¿Era posible que el evento de mortalidad de la primavera de 2020 en el norte de Italia no fuera una aberración epidemiológica o biológica, sino el resultado de un conjunto de órdenes administrativas sin precedentes, por parte del gobierno italiano y los funcionarios de salud pública?
Medidas de emergencia y confinamiento. Impactos en la población
El gobierno italiano, los funcionarios de salud pública y los médicos regionales que proclamaron que un "nuevo virus" había aterrizado en el norte de Italia, insistieron en que se activaran los preparativos de emergencia para hacer frente a este aumento "masivo" de pacientes de Covid-19. El hecho de que estas previsiones fueran especulaciones, basadas en pronósticos de modelos lineales, procedentes de médicos con conflictos de intereses, interesó poco a los periodistas. Se aplicó rápidamente un conjunto progresivo de decretos restrictivos, que incluían el cierre de pueblos y ciudades. Estas directivas sirvieron para aterrorizar y desorientar aún más a una población ya aterrorizada. Se ordenó a los ciudadanos que se quedaran en casa y se les prohibió entrar en determinadas zonas; se impusieron multas a los infractores. Se ordenó el cierre de la mayoría de las tiendas y comercios. Los residentes describieron las calles abandonadas como surrealistas y "aterradoras".

Una propietaria de granja, Rosanna Ferrari, declaró: "Estamos viviendo una situación de pánico. Los supermercados han sido asaltados desde el viernes pasado. Hay colas ante las farmacias. Han dicho que hoy vendrán, casa por casa, a recoger muestras de saliva".
Angelo Caperdoni, alcalde de Somaglia, describió la alarmante situación: "Al principio fue difícil contener el pánico, sobre todo porque en las redes sociales circulaban muchas noticias falsas que la gente creía ciertas. Sigue habiendo pánico en relación con las provisiones de alimentos. Mucha gente fue ayer a Codogno para intentar abastecerse".
Franco Stefanoni, alcalde de Fombio, también bajo confinamiento, describió la escena de acoso en términos militares al señalar que los dos minimercados de la ciudad habían sido "asediados", ya que "la gente ha corrido al supermercado para comprar 20 kg de pasta o 30 kg de pan".
La ex presidenta del Consejo Superior de Sanidad de Italia, Roberta Siliquini, dio una explicación más razonable a la conmoción: "Hemos encontrado casos positivos en personas que probablemente tenían pocos o ningún síntoma y que pueden haber superado el virus sin siquiera saberlo".
Las cabezas más frías que aconsejaban calma fueron sistemáticamente sepultadas bajo un aluvión de edictos gubernamentales draconianos, exageraciones difundidas por las partes intersadas y el ataque sostenido de la agitación mediática y la información engañosa.
Información engañosa
Los principales medios de comunicación y las redes sociales se pusieron en marcha para esparcir la imagen de "oleadas de mortalidad" en el norte de Italia a causa de un virus galopante, que estaba saturando las salas de urgencias y requería convoyes de vehículos del ejército para transportar los cadáveres. Las imágenes televisivas de ataúdes apilados en Bérgamo fueron lanzadas a través de las ondas y difundidas al unísono, aterrorizando a la población italiana y a gran parte del mundo.
Una inspección detallada de estos informes reveló que el alarmismo de los medios de comunicación evitaba meticulosamente todas las explicaciones razonables cuando no mentía descaradamente.
Los medios de comunicación guardaron silencio sobre el hecho de que, tan recientemente como en 2018, los hospitales de Milán estubieron saturados por infecciones pulmonares virales. Debido a los problemas de contaminación antes mencionados, la infraestructura sanitaria arruinada y el envejecimiento de la población, los hospitales saturados se han convertido en una característica estacional del perfil nacional de Italia en las últimas décadas.
Las noticias dominantes también se abstuvieron de mencionar la realidad de la escasez de trabajadores hospitalarios y las razones de ello. Debido al alarmismo y al edicto gubernamental de cierre de fronteras, el personal de enfermería de Europa del Este, que constituye una gran parte de la mano de obra de la sanidad italiana, huyó rápidamente del país, dejando los hospitales y centros de atención con plantillas esqueléticas. Esto provocó el abandono repentino de los ancianos vulnerables y los discapacitados por parte de quienes normalmente los atienden, lo que provocó una avalancha de consecuencias fatales, ya que muchos de los ancianos abandonados en las residencias fueron enviados a hospitales ya desbordados. Este círculo vicioso de escasez de trabajadores en las residencias de ancianos y discapacitados, que condujo a hospitales con escasez de personal, provocó el colapso total de la asistencia a ancianos y discapacitados, agravando el caos en los sistemas hospitalarios de las regiones en las que se aplicaron las más duras políticas gubernamentales.
Cómo se crearon los casos de Covid

Al ingresar en el hospital lo que de facto se encontraban los pacientes que llegaban era el omnipresente hisopo PCR utilizado para determinar si el paciente tenía "Covid-19". Si se consideraba un "caso positivo" se activaba el despliegue de protocolos hospitalarios mortales, otro círculo vicioso de negligencia médica que garantizaba que continuara la dosis adecuada de miedo. Aunque ya en marzo de 2020 se señaló que la PCR presentaba importantes problemas como herramienta de diagnóstico, los medios de comunicación y el público en general aceptaron a pies juntillas la validez de esta técnica como método de diagnóstico. Uno de los citados problemas era los umbrales de ciclo elevados. Esto creó cifras absurdas de hasta el 97%, de "falsos positivos", lo que llevó a un número muy exagerado de casos y muertes por Covid. Incluso antes, en febrero de 2020, se cuestionaron las lecturas de los resultados de PCR en Italia, ya que utilizaban un único gen diana del SARS-CoV-2 como prueba clínica de una prueba "positiva". El candidato italiano al Premio Nobel, el Dr. Stefan Scoglio, al señalar este fraude científico declaró: "Hoy he descubierto un nuevo elemento de este auténtico fraude, la elección de reducir la positividad al hisopo detectando sólo uno de los tres genes que definirían el SARS-CoV-2". Si el virus estuviera presente, habría que encontrar los 3, porque si el virus está intacto, único caso en el que puede tener un papel patógeno e infectar, la prueba debe encontrar los 3 genes." El mal uso de la PCR llevó a la confusión de si las personas de los hospitales italianos realmente morían de "Covid" o de los efectos de la descomposición social masiva y luego eran etiquetados erróneamente como una "muerte por Covid" determinada por este proceso fraudulento.

Fabricando muertes por Covid
La respuesta a esa pregunta se encuentra en informes posteriores, que dejaron claro que casi todas las "muertes por Covid" no fueron causadas en realidad por un patógeno vírico: casi todas las personas que murieron por el supuesto patógeno tenían múltiples comorbilidades. Un informe del 17 de marzo de 2020 del Instituto Italiano de Salud (ISS) señalaba que el 99,2% de las muertes relacionadas con Covid eran de personas que padecían enfermedades crónicas preexistentes.
Una semana más tarde, tal y como se informaba en un artículo publicado el 23 de marzo de 2020 en el Telegraph británico, el profesor Walter Ricciardi, asesor científico del ministro de Sanidad italiano, señaló: "La forma en que codificamos las muertes en nuestro país es muy sobrada, en el sentido de que se considera que todas las personas que mueren en los hospitales con el coronavirus, mueren a causa del coronavirus". En la reevaluación realizada por el Instituto Nacional de Salud, sólo el 12% de los certificados de defunción han mostrado una causalidad directa del coronavirus, mientras que el 88% de los pacientes que han fallecido tenían al menos una premorbilidad (muchos tenían dos o tres)."
Ricciardi estaba citando un informe de seguimiento del 20 de marzo de 2020 del Instituto Italiano de la Salud y, o bien leyó mal las cifras reales del informe o bien fue citado erróneamente. Mientras que el hecho de que el 12% tuviera cero comorbilidades indicaba una gran exageración de los efectos del "Covid", la cifra exacta del informe era del 1,2%, lo que significa que el 98,8% de las "muertes por Covid" enumeradas tenían enfermedades crónicas preexistentes. A principios del verano de 2020, incluso la prensa generalista admitió que prácticamente todas las víctimas mortales de Covid en Italia padecían enfermedades crónicas previas.
En octubre de 2021 el periódico italiano Il Tempo informó de que el Instituto Italiano de la Salud había revisado el número de personas fallecidas "por Covid" en lugar de "con Covid", que pasaron de 130.468 a 3.783. Es un hecho bien establecido es que Italia etiquetó a cualquiera que muriera con una "infección confirmada de SARS-CoV-2", confirmada a través de un resultado dudoso de PCR, independientemente de las causas reales de la muerte, como víctima de "Covid-19".
Al mismo tiempo, según el Istat (Instituto Nacional de Estadística) hubo un aumento general de la mortalidad por todas las causas del 1 de marzo al 4 de abril de 2020 en comparación con el promedio del mismo período en 2015-2019. Bérgamo se situó en la parte superior del crecimiento de la mortalidad entre los municipios, con un asombroso aumento del 382,8% en las muertes. Este aumento de la mortalidad no se debió a una serie de causas asociadas a la supuesta infección por SARS-CoV-2, sino a otros múltiples factores. La cancelación de pruebas de detección del cáncer, el retraso en los tratamientos, la reticencia a llamar a los servicios de ambulancia en caso de accidente o emergencia se convirtieron en algo habitual en medio de la histeria del coronavirus, permitiendo que las condiciones empeoraran más allá del posible tratamiento. Se sabe que el retraso en la atención médica aumenta la morbilidad y la mortalidad asociadas a enfermedades crónicas y agudas. Un simple retraso de dos días en la búsqueda de tratamiento para un infarto de miocardio puede convertir una afección sencilla y tratable en un defecto problema y potencialmente mortal. Una investigación de la Sociedad Italiana de Cardiología estableció que la mortalidad por infarto de miocardio se triplicó con creces durante la emergencia Covid, ya que los pacientes que temían una infección se mantenían alejados del hospital.
Ciro Indolfi, catedrático de cardiología de la Universidad Magna Graecia de Catanzaro, señaló que "la organización de los hospitales… en esta fase se dedicaba casi exclusivamente al Covid-19 y muchas salas de cardiología se utilizaban para pacientes infecciosos. Además, por miedo al contagio, los pacientes retrasan el acceso a urgencias y llegaban al hospital en condiciones cada vez más graves, a menudo con complicaciones arrítmicas o funcionales, que hacen mucho menos eficaces terapias que han demostrado salvar vidas, como la angioplastia primaria."
Los informes sobre las exageradas y manipuladas "muertes por covirus" se mantuvieron ocultos a la opinión pública y, desde luego, no estuvieron a la altura de las historias de camiones militares que se llevaban cadáveres humanos y las imágenes de ataúdes apilados en Bérgamo, que incendiaban la imaginación de la gente. Siempre y continuamente se remachaba la historia de "el virus".
Las mentiras de Bérgamo
La ya tristemente célebre imagen de Bérgamo, con tres largas filas de ataúdes alineados se extendió como la pólvora y conmocionó al mundo, sin que las hipócritas hienas mediáticas investigaran la veracidad de las fotos, sino que avivaron fantásticamente la amenaza del Covid en todo momento.

Un reportaje responsable habría autentificado que la foto en cuestión fue tomada en un hangar del aeropuerto de Lampedusa, allá por el 5 de octubre de 2013. Los ataúdes de la foto estaban llenos de cadáveres de inmigrantes africanos que perecieron en un naufragio (se calcula que murieron 360 personas) frente a la costa de Lampedusa, una isla italiana situada frente a la costa de Túnez.
Los informes sobre camiones que transportaban cadáveres y la actividad de los crematorios en Lombardía tenían explicaciones más mundanas que eran anatema para la narrativa mediática predominante. La necesidad de camiones para transportar cadáveres, que los medios de comunicación repitieron en otros lugares, se explicaba fácilmente por una combinación de factores congruentes. Los muertos eran retirados por los militares, ya que los directores de las funerarias, temerosos del "virus asesino", se negaban a recoger los cadáveres como lo harían en tiempos normales.
El miedo fabricado y magnificado, que hizo que los directores de funerarias eludieran sus obligaciones normales, se vio agravado por una ley nacional de emergencia que prohibía las ceremonias civiles y religiosas, incluidos los funerales. Esta medida sin precedentes, para un país abrumadoramente católico, que normalmente confiaba en los entierros rituales, entró en vigor a principios de marzo. El peligro de una "nueva enfermedad altamente transmisible y mortal", ahora firmemente arraigada en la psique de los ciudadanos italianos, se sumó a la frenética situación. Las familias que normalmente siguen la práctica católica del entierro optan por la incineración de los difuntos en un número sin precedentes, por temor a contraer la enfermedad de los muertos. En el norte de Italia se produjo un aumento del 50% de las solicitudes de incineración, lo que desbordó rápidamente la capacidad los pocos crematorios pequeños que existían en Italia.
Una curiosidad regional
Curiosamente, no toda Italia se vio afectada por el virus supuestamente "súper-contagioso". El exceso de muertes en la primavera de 2020 se limitó al norte de Italia y a zonas específicas dentro de esa parte del país.
Según los informes, el epicentro del virus covid se localizó en la región de Lombardía. La crisis localizada de Lombardía, presentada al mundo como el apocalipsis zombi "italiano", no apareció en las calles, tiendas u hogares de Lombardía, sino únicamente en hospitales y residencias de ancianos situados en centros urbanos. ¿Cómo pudo el supuesto agente patógeno mortal eludir el centro y el sur de Italia, que tienen una demografía similar?
Los datos del 26 de marzo de 2020 confirman que "el virus" no migró hacia el Sur, respetando las fronteras jurisdiccionales. Cuatro regiones del norte de Italia representaron el 89% de todos los "casos" de Covid. Este patrón seguiría siendo el mismo incluso, cuando se desplegó una avalancha de pruebas sobre todo el país. Una teoría que surgió sugería que, dado que Lombardía tiene un elevado número de trabajadores chinos en la industria de la confección, el "virus" fue traído a Italia por trabajadores inmigrantes chinos y se propagó por la región. Esta hipótesis se vino abajo cuando se observó que la Toscana, región del centro de Italia, que tiene la mayor concentración de chinos de Italia y de toda Europa, de alguna manera no se vio afectada por el "virus". El hecho de que el sur de Italia no se viera afectado por el "virus" también puso patas arriba la narrativa oficial.
Una diferencia significativa en las estructuras sociales entre el norte y el sur de Italia implica que la mayoría de los ancianos del sur viven con sus hijos o muy cerca de ellos. Se sabe que esta tradición de apoyo familiar ampliado crea condiciones propicias para el bienestar y la seguridad. En el norte de Italia hay más centros de cuidados de larga duración (LTCF, Long-Term Care Facilities) per cápita, con muchos más residentes viviendo en estas precarias condiciones. Con lo que ahora sabemos, es razonable concluir que para un gran número de individuos del norte, que residen en LTCF's, donde las condiciones son a menudo antihigiénicas, la nutrición es pobre y el cuidado es a menudo negligente, se creó una tormenta perfecta para la muerte al por mayor.
La subsiguiente huida masiva de personal sobrecargado y aterrorizado y la creación de una ansiedad máxima entre una población discapacitada, frágil y prácticamente abandonada garantizaron un evento de muerte masiva en este sector de la población del norte de Italia.
El Swiss Policy Research (https://swprs.org/studies-on-covid-19-lethality/#age ) nos informa de que, dado que el 50% de las "muertes por COVID" en Italia se produjeron entre residentes de residencias de ancianos y que la edad media de la "muerte por COVID" era igual o superior a la esperanza de vida normal, no se trataba en absoluto de una cuestión de "muertes por COVID" per se, sino de una cuestión de condiciones sociales. Aterrorizar y aislar a los ancianos que viven en residencias, negarles las visitas de familiares y reducir o eliminar las atención en persona de los cuidadores sanitarios y sociales, combinado con cualquier enfermedad respiratoria, podría arrasar y de hecho lo hizo, cualquier residencia de ancianos insalubre y acabar con un número significativo de personas vulnerables.

No había necesidad de inventar una enfermedad contagiosa para explicar por qué la gente estaba muriendo.
El efecto social de las órdenes gubernamentales y la histeria mediática de las redes sociales se convirtieron en una enfermedad más peligrosa que cualquier supuesto contagio biológico. Pero la maquinaria estatal puede barrer convenientemente estos factores bajo la alfombra, dirigiendo la locura creada en torno a "El Virus".
¿Por qué Italia?
Para sugerir que no hubo ningún evento viral aberrante en el norte de Italia en la primavera de 2020 y teorizar que Italia fue elegida como plataforma de lanzamiento para la Operación Covid, como indican las pruebas, tenemos que preguntarnos: "¿Por qué se eligió el norte de Italia como escenario para este guión pandémico? ¿Tenía Italia los medios y las razones?
Para lanzar la fase de conmoción y pavor de la Operación Covid en el mundo occidental era necesario crear la ilusión de una invasión vírica.

https://es.wikipedia.org/wiki/Conmoción_y_pavor

https://en.wikipedia.org/wiki/Shock_and_awe

https://en.wikipedia.org/wiki/National_Defense_University

https://en.wikipedia.org/wiki/John_F._Kennedy_Special_Warfare_Center_and_School

https://en.wikipedia.org/wiki/Psychological_operations_(United_States)

https://en.wikipedia.org/wiki/Psychological_warfare
Para maquinar una plaga escenificada posmoderna y persuadir de la necesidad de obstruir el orden social y económico de un país, Italia poseía todos los ingredientes necesarios. Con

  • sus ya elevadas tasas de neumonía intersticial,

  • una panoplia de problemas respiratorios superiores inducidos por la contaminación y

  • altas tasas de cáncer,

el norte de Italia sólo necesitaba un pequeño empujón para crear un apocalipsis de víctimas mortales. El empellón llegó en forma de histeria generada por los medios de comunicación, órdenes de confinamiento y protocolos hospitalarios letales. Italia también tenía un motivo, que se hace evidente una vez que se entiende la historia de Covid a través de la lente del dinero, el poder, el control y la transferencia de riqueza. Un país en bancarrota financiera, con un sector financiero desesperado por ser rescatado y una estructura de mando dirigida por banqueros centrales, creó un gobierno dispuesto y obediente. Por razones ajenas a la mala salud de sus ciudadanos, el sector financiero de la UE ha apodado a Italia "el enfermo de Europa" durante la última década. Como gran parte de Europa, el Gobierno italiano se enfrentaba a presiones económicas extremas en 2019. Mientras Europa en su conjunto estaba económicamente estancada, Italia entró oficialmente en recesión a principios de 2019. Las ansiedades en la eurozona eran altas, con la preocupación de que el "problema italiano" se extendiera y desencadenara un colapso en toda una economía mundial que ya se tambaleaba. La deuda pública de Italia se había disparado hasta convertirse en la cuarta mayor del mundo y la mayor de la UE. Esta deuda aplastante estaba ejerciendo presión sobre la UE, creando tensiones entre Roma y Bruselas. En mayo de 2019 se decía que la crisis financiera de Italia "planteaba grandes amenazas a los objetivos monetarios del Banco Central Europeo" y que, si no se frenaba, "podría hacer añicos la confianza de los mercados en toda la zona euro, poniendo a la UE en un gran aprieto." El pronosticado tsunami de colapso financiero, que encaraban los banqueros centrales europeos, llegó a su punto álgido en 2019.
Sin tiempo que perder, se propuso el probado esquema de rescate para el salvamento de los grandes inversores. El comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, advirtió de que podría necesitarse la friolera de 1,5 billones de euros (1,63 billones de dólares) para "hacer frente a esta crisis".
Todas las habladurías sobre el sector financiero, que ha llevado a la nación a la bancarrota, mediante el saqueo de los fondos públicos, los políticos que han destruido los servicios públicos a instancias de los grandes inversores y las depredaciones de la economía de casino se desvanecieron gracias a la nueva narrativa de una crisis desencadenada por el "brote de Covid-19". Los depredadores que vieron cómo sus imperios financieros se desmoronaban decidieron cerrar la sociedad y saquear el mundo, en un intento de salvar sus imperios financieros en ruinas. Para no resolver los problemas que habían creado, estos depredadores financieros necesitaban una tapadera. Una tapadera lo suficientemente grande como para disimular los innumerables delitos financieros que cometieron y suprimir los problemas sociales que crearon. Esa tapadera apareció por arte de magia en forma de un "nuevo virus".
Al final, el Banco Central Europeo (BCE) acordó un rescate de 1,31 billones de euros (1,46 billones de dólares) para los bancos europeos, seguido de un acuerdo de la UE sobre un fondo de recuperación de 750.000 millones de euros para los Estados y las empresas europeas. Este abultado paquete de "créditos ultrabaratos a largo plazo para cientos de bancos" se vendió al público como un programa necesario y benévolo para amortiguar el impacto de la pandemia de coronavirus en empresas y trabajadores.

Como parte del plan de recuperación de la UE, los 750.000 millones de euros se dividieron en dos partes. Una incluía 500.000 millones de euros que se asignarían como subvenciones en función de las "necesidades de recuperación" de cada país. Italia se llevaría la mayor parte del pastel. El "enfermo" de Europa recibía una transfusión muy necesaria (con condiciones).
Conclusión
Tres años después, la verdad indispensable de la historia italiana es que una vez que rascas bajo la superficie de la narrativa oficial de la pandemia de Covid resulta haber un pozo sin fondo de distorsiones, manipulaciones y mentiras descaradas.
Cualquier exceso de muertes en la primavera de 2020 en el norte de Italia fue una manifestación de las condiciones de salud ya existentes en una población que envejece, la destrucción de la infraestructura sanitaria existente, la contaminación industrial masiva que crea condiciones de salud crónicas, la histeria generada por los medios de comunicación, los salvajes confinamientos gubernamentales y el asesinato administrativo mediante protocolos de los ya frágiles.
Estas muertes iatrogénicas de personas vulnerables fueron el resultado del orden social y del despotismo en la sanidad pública y luego se utilizaron para dar la impresión de que circulaba "un virus mortal". La única pandemia fue la del violento asalto gubernamental y biomédico contra las personas. La evidencia de Italia en 2020 expone la narrativa oficial del "Covid" como lo que es: un engaño organizado a sangre fría. No fue la pandemia.

https://www.globalresearch.ca/italy-2020-inside-covid-ground-zero-europe/5811246

https://21stcenturywire.com/2023/03/07/italy-2020-inside-covids-ground-zero-in-europe/

https://www.ivoox.com/interview-michael-bryant-8211-italy-2020-inside-covid-8217-s-audios-mp3_rf_104421928_1.html

https://soundcloud.com/21wire/interview-michael-bryant-italy-2020-inside-covids-ground-zero 

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