Con el telón de fondo del reconocimiento por parte de Estados Unidos de que la investigación contra Donald Trump tiene motivaciones políticas, las controversias estructurales e ideológicas y la preocupación de que la economía estadounidense entre en recesión, el consejo editorial de GEOFOR (Geopolitical Forecast, https://geofor.ru ) pidió a Paul Craig Roberts, presidente del Instituto de Economía Política (EEUU), doctor en Economía y subsecretario del Tesoro de EEUU en la administración Reagan, que compartiera sus puntos de vista sobre el futuro de Estados Unidos.
GEOFOR: El abogado especial John Durham "ha absuelto" a Donald Trump en el llamado "Rusiagate", escribiendo en su informe que la investigación del FBI tuvo motivaciones políticas. ¿Cómo afectará esta noticia a la lucha de los demócratas contra Trump?
Dr. Paul Craig Roberts: La reivindicación de Donald Trump por parte del Asesor Especial y la denuncia del FBI por llevar a cabo una investigación políticamente motivada y carente de cualquier prueba, debería colapsar la investigación igualmente fraudulenta del régimen de Biden contra Trump por cargos de documentos falsos y la acusación del estado de Nueva York contra Trump por supuestos cargos de declaración falsa de gastos. Ha estado claro durante mucho tiempo que la lista de cargos falsos contra Trump, apoyada por los medios de comunicación, es propaganda para impedir que Trump vuelva a presentarse a la presidencia y para persuadir a todos los futuros candidatos presidenciales potenciales, que serán destruidos si intentan representar al pueblo, en lugar de a la oligarquía gobernante no elegida.
Sin embargo el Partido Demócrata y la prensa que lo sirve no tienen ningún respeto por la verdad. Los hechos simplemente no les importan. Lo mismo ocurre con las universidades estadounidenses, los colegios de abogados, las asociaciones médicas, la CIA, el FBI, la NSA, el Departamento de Estado, las agencias reguladoras como los NIH, los CDC, la FDA, las grandes corporaciones y muchos miembros republicanos de la Cámara de Representantes y del Senado, que sirven a los intereses económicos que les pagan, no a la verdad. También es el caso de un alto porcentaje de votantes demócratas, que han sido condicionados por la propaganda para odiar a Trump. A los demócratas lo que les importa no son los hechos, sino sacar a Trump. No se permiten que la verdad impida la destrucción de Trump.
En consecuencia EEUU avanza hacia una escisión fatal de la sociedad, de la que ya es imposible recuperarse. Trump representa a los estadounidenses de a pie, que prefieren la paz a las guerras de los neoconservadores, que quieren recuperar sus puestos de trabajo, que las corporaciones globales capitalistas impulsadas por la codicia enviaron a China y Asia, que quieren que sus hijos reciban una educación adecuada, en lugar de ser adoctrinados en las perversiones sexuales, el satanismo y que se les diga que son racistas. Por el contrario, los demócratas son cada vez más progre-pijos, que creen que la verdad es una herramienta opresiva de los supremacistas blancos, que la moral cristiana es tiránica y discriminatoria contra los pedófilos y otros pervertidos sexuales y que, como el propio "Presidente" Biden ha dicho, los blancos son la mayor amenaza para América.
Ahora
que las investigaciones oficiales de los republicanos de la Cámara
de Representantes han sacado a la luz la total corrupción de Biden y
su hijo, los demócratas,
el peligroso y corrupto complejo
militar/policial
y los medios de
comunicación cómplices
y prostituídos están
desesperados. Todos ellos han quedado al descubierto. Por lo tanto,
en lugar de disculparse por su maltrato a Trump y sus partidarios (a
1.000 de los cuales han encarcelado ilegalmente los demócratas) es
probable que ataquen mientras todavía controlan el Poder
Ejecutivo, el Senado
de los EEUU, la CIA, el
FBI, la NSA
y agencias federales como el IRS (Internal
Revenue Service),
que han sido armadas y militarizadas.
Alternativamente los demócratas corruptos y amenazados podrían causar una guerra entre los Estados Unidos y Rusia o Irán o China, con la esperanza de que una guerra unifique incluso a los partidarios de Trump, especialmente a los super-patriotas que hay entre ellos, alrededor del "Presidente" y contra los "enemigos extranjeros."
GEOFOR: Recientemente hubo informes de que el ex vicepresidente Mike Pence tiene serias intenciones de competir con Donald Trump en la carrera presidencial de 2024. ¿Cómo valora sus posibilidades y por qué ha decidido dar ese paso?
Dr. Paul Craig Roberts: Mike Pence no tiene ninguna posibilidad de prevalecer sobre Donald Trump. Pence se presenta como un servicio al establishment gobernante. Pence finge ser un cristiano evangélico. Los evangélicos no se oponen al Armagedón, porque creen que serán llevados al cielo, mientras que los que queden en la tierra serán consumidos por el fuego. La oligarquía gobernante estadounidense espera que Pence aleje a los evangélicos cristianos del voto a Trump, reduciendo así el margen de victoria de Trump, para que los demócratas puedan volver a robar las elecciones presidenciales. Como los evangélicos no son muy astutos, los demócratas podrían conseguir descarrilar a Trump y al pueblo estadounidense. Pence, por supuesto, no llegaría a presidente.
GEOFOR: No podemos dejar de preguntar por el problema migratorio. Tras la abolición de la Sección 42, los analistas predicen una nueva afluencia de refugiados procedentes de México y América Latina. ¿A qué conducirán estos problemas? y ¿afectarán a la elección del jefe de la Casa Blanca el próximo año?
Dr. Paul Craig Roberts: El régimen de Biden está gastando miles de millones de dólares "para defender las fronteras de Ucrania", pero no gastará ni un céntimo para defender las fronteras de Estados Unidos. Los demócratas quieren a los inmigrantes hispanos y negros, a los que darán el voto, porque los inmigrantes-invasores diluyen la población blanca mayoritaria y destruyen la base étnica de EEUU. En lugar de una nación unificada, hay una Torre de Babel.
Como los demócratas controlan las principales ciudades en la mayoría de los estados y, por tanto, las reglas electorales y el recuento de votos, no importa cómo vote la gente. Como dijo Stalin, lo único que importa es quién cuenta los votos. Sólo un tonto de remate esperaría que los demócratas contaran los votos que dieran la victoria a los republicanos.
GEOFOR: Las pasiones en torno a la deuda pública americana, la inflación, el empleo y los posibles nuevos colapsos de los bancos americanos no hacen más que crecer. Díganos, por favor, ¿qué le espera a la economía estadounidense en el futuro inmediato? Al fin y al cabo la recesión en Estados Unidos repercutirá de un modo u otro en todo el mundo…
Dr. Paul Craig Roberts: Los Estados Unidos, a pesar de mis mejores esfuerzos y los esfuerzos de otros durante décadas, ha sido destruido por sus élites gobernantes en aras de beneficios a corto plazo y el crecimiento a corto plazo de su poder sobre el pueblo. Al deslocalizar sus empleos manufactureros, las corporaciones globales destruyeron la clase media estadounidense y las vías hacia la movilidad ascendente, que habían hecho de Estados Unidos la "sociedad de las oportunidades". Hoy en día, muchas de las antiguas ciudades manufactureras e industriales estadounidenses parecen los restos de ciudades bombardeadas. A medida que las corporaciones estadounidenses producen en el extranjero los bienes que comercializan a los estadounidenses, éstos entran en Estados Unidos como importaciones. Así pues la deslocalización de la producción para el mercado nacional empeora el déficit comercial.
El déficit comercial debe financiarse. Esto no supone ningún problema para Estados Unidos mientras todos los países demanden el dólar como moneda de reserva para pagar sus transacciones internacionales y los países con superávit comercial mantengan sus excedentes monetarios en bonos del Tesoro estadounidense, financiando así tanto el déficit comercial como el defícit presupuestario de Estados Unidos. Washington, en un acto de increíble estupidez, ha clavado una daga en el corazón del dólar estadounidense como moneda de reserva mundial, acabando así con la capacidad de Washington de pagar sus facturas imprimiendo dinero. La daga fueron las sanciones a Rusia y a otros países impuestas por el régimen de Biden y la confiscación de los depósitos del banco central de Rusia. Esto convenció finalmente al resto del mundo de que mantener saldos en dólares exponía a cualquier país al riesgo de expropiación o control por parte de Washington.
La consecuencia es que el resto del mundo se está alejando del uso del dólar y, en su lugar, liquida sus saldos comerciales en su propia moneda o en otras. Por lo tanto, la demanda de dólares está disminuyendo, pero la oferta está aumentando debido a los déficits comercial y presupuestario de EEUU.
Tarde o temprano, el valor de cambio del dólar estadounidense caerá, desencadenando una elevada inflación en Estados Unidos, que escapará al control del banco central. El nivel de vida de los estadounidenses caerá y Estados Unidos empezará a parecerse a la India de 1900. El odio a los blancos que los demócratas han inculcado a los negros y a los inmigrantes desembocará en una guerra interna. La única pregunta es si los estadounidenses blancos habrán sido tan adoctrinados en su supuesta deuda histórica, que lleguen a ser incapaces de defenderse.
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