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martes, 19 de abril de 2022

2 (II) Iain Davis (19 de marzo de 2022) ¡Guerra en Ucrania! ¿Para qué sirve? La agenda nacionalista (Parte 2)

 


Volodymyr Zelenskyy

El Memorando de Budapest de 1994 fue una garantía de seguridad dada a Ucrania (y a otros países) por las potencias nucleares existentes, incluida la Federación Rusa, de que su integridad y soberanía no se verían amenazadas, a cambio de que renunciasen a sus arsenales nucleares. En el caso de Ucrania, el suyo era potencialmente el tercero más grande del mundo, ya que se quedaron con más de 2000 cabezas nucleares estratégicas tras la disolución de la URSS.

Zelenskyy afirmaba que Rusia ya había incumplido el Memorándum de Budapest cuando se "anexionó" Crimea y apoyó a los separatistas del Donbás. Por lo tanto, estaba amenazando a Rusia, no sólo con una Ucrania armada nuclearmente, sino con una potencia de la OTAN armada nuclearmente en su frontera. Independientemente de los entresijos del acuerdo de Budapest, se trataba de una clara amenaza a la seguridad rusa y una evidente provocación. Hay que preguntarse por qué Zelenskyy pensó que esto era sensato. Ucrania y Rusia llevaban al menos ocho años en conflicto entre naciones, pero en realidad más de treinta. Tanto del lado ruso como del ucraniano, la forma de ese conflicto había puesto constantemente en peligro la paz y la seguridad internacionales. La amenaza de Zelesnkyy parecía llevar ese riesgo a un nuevo nivel. Además, los Estados miembros de la OTAN están en conflicto con Rusia desde 1991. Su total desprecio por las preocupaciones de seguridad de Rusia también ponía en peligro la paz internacional. Además el expansionismo de la OTAN no se ajustaba a los principios de la Carta de la ONU.

El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, ha condenado inequívocamente la invasión rusa. Esto parece ser un reflejo del sesgo partidista de la ONU hacia la alianza militar de la OTAN liderada por Estados Unidos y la UE, en lugar de cualquier intento genuino de interpretar fielmente la Carta de la ONU. Dijo Guterres:

El uso de la fuerza por parte de un país contra otro es el repudio de los principios que todo país se ha comprometido a defender. Esto se aplica a la actual ofensiva militar. Es un error. Va en contra de la Carta. Es inaceptable.

Sin embargo cuando Estados Unidos decidió que tenía derecho a lanzar guerras preventivas en la "guerra contra el terrorismo", la ONU no condenó esa pretensión de derecho. Por ejemplo, cuando la coalición liderada por Estados Unidos lanzó la invasión "preventiva" de Irak, en marzo de 2003, contraviniendo la Carta de la ONU, la ONU dijo poco y no hizo nada.

En 2004, el entonces Secretario General de la ONU Kofi Annan, reconoció que la invasión y posterior guerra de Irak fueron ilegales. Sin embargo la ONU ha ignorado sistemáticamente el artículo 39 de la Carta de la ONU, que le permitiría pronunciarse sobre la legalidad de la guerra de Irak. Nadie ha impuesto nunca sanciones a Estados Unidos o sus aliados por los crímenes de guerra que han cometido.

¿A quién le importa el derecho internacional?

Lex iniusta non est lex (la ley injusta no es ley) es un principio fundamental del derecho. Si vamos a sufrir la violencia de los gobiernos, entonces el concepto de derecho internacional es ciertamente bienvenido. Por desgracia, sólo es eso: un concepto. La condena formal y pública de la ONU a las guerras preventivas se reserva para las acciones de algunas naciones, pero no para otras. En consecuencia, el derecho internacional, en parte resumido en la Carta de la ONU, carece prácticamente de sentido. Dado que no se aplica de forma equitativa ni razonable, se ha convertido en poco más que un gran garrote, actualmente en manos del international rules-based order (orden internacional basado en normas, https://in-this-together.com/UKC/WOWATR.pdfhttps://www.technocracy.news/technocracy-the-operating-system-for-the-new-international-rules-based-order/ ) dirigido por Occidente, utilizado para atacar a sus adversarios. Esto es lo que ocurre cuando se excluye a los jurados de la supuesta justicia. No hay "ley".

Antes de la declaración del Secretario General, el grupo de globalista expertos en política exterior, el Consejo de Relaciones Exteriores, ya había dictaminado que la acción militar de Rusia en Ucrania viola el derecho internacional. El CFR señaló que la acción contraviene el artículo 2.4 de la Carta de las Naciones Unidas, que dice:

Todos los Miembros se abstendrán en sus relaciones internacionales de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado o en cualquier otra forma incompatible con los Propósitos de las Naciones Unidas.

No cabe duda de que Rusia ha infringido el artículo 2.4. Su guerra en Ucrania es, por tanto, "ilegal".

Sin embargo, el artículo 1.1 de la Carta de las Naciones Unidas también impone a la ONU la obligación de "tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz y para suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz". El persistente expansionismo de la OTAN y la amenaza de una potencia nuclear de la OTAN en la frontera de Rusia son quebrantamientos de la paz y una amenaza directa, desde la perspectiva rusa. La ONU no ha hecho nada para prevenir o eliminar esta amenaza.

El presidente de Estados Unidos, Joseph Biden, al anunciar las sanciones en respuesta a la acción militar de Rusia, dijo:

En nombre del Señor ¿quién se cree Putin que le da derecho a declarar nuevos supuestos países en territorios que pertenecían a sus vecinos? Se trata de una violación flagrante del derecho internacional y exige una respuesta firme de la comunidad internacional.

Pero Rusia no "declaró" la legitimidad territorial de la DPR y la LPR. Biden estaba engañando a su audiencia internacional. En su discurso del 21 de febrero Putin dijo que la Federación Rusa había decidido "reconocer inmediatamente la independencia y la soberanía de la República Popular de Donetsk y la República Popular de Luhansk". Según el derecho internacional, el reconocimiento es distinto de la declaración. Hay dos escuelas de pensamiento jurídico sobre la condición de Estado. El enfoque "constitutivo" sugiere que un Estado sólo puede serlo si es reconocido como tal por otras naciones soberanas. En ese caso, con el reconocimiento de Rusia las Repúblicas Populares de Donetsk y Luhansk (RPD y RPL) son ahora Estados "legales". Sin embargo, la noción "declarativa" de un Estado suele prevalecer en el derecho internacional. Define un Estado como cualquier territorio autónomo que cumpla los criterios necesarios para la formación de dicho Estado. Según la definición de la Convención de Montevideo de 1933 sobre los Derechos y Deberes del Estado, un Estado soberano debe tener una población, un territorio definido y un gobierno capaz de dialogar con otros Estados. Esto hace que el Estado sea una "persona única" en el derecho internacional y su existencia es independiente del reconocimiento de otros Estados. Dicho Estado tiene derecho a defenderse, independientemente del reconocimiento.

El 7 de abril de 2014, la República Popular de Donetsk (RPD) se declaró Estado. Su territorio, dentro del Óblast de Donetsk, se extiende por algo menos de 9.000 kilómetros cuadrados. Su capital es Donetsk. En ese momento su población era de aproximadamente 2,4 millones de habitantes. La Milicia Popular de Donetsk es la fuerza militar que la defiende. En 2018, los habitantes de la RPD eligieron a Denis Pushilin como jefe de Estado de la RPD y se eligieron 100 delegados para formar un parlamento en el Consejo Popular de Donetsk.

Del mismo modo la República Popular de Luhansk (o Lugansk) consta de 17 regiones administrativas y abarca algo menos de 8.400 kilómetros cuadrados, dentro del Óblast de Luhansk. Su capital es Luhansk (Lugansk) y en 2014 la población era de aproximadamente 1,6 millones de habitantes. Leonid Pasechnik es el jefe de Estado y 50 delegados forman el gobierno del Consejo Popular de Luhansk. Tras el referéndum de independencia de la RPL, celebrado el 11 de mayo de 2014, Pasechik y el Consejo Popular fueron elegidos como autoridades en noviembre de 2018. La Milicia Popular de Luhansk defiende la LPR.

En la actualidad aproximadamente un millón de personas han huido de la región para escapar de la guerra. Como resultado la población combinada de ambos oblasts está probablemente más cerca de los 5 millones, frente a los 6,2 millones que tuvo. Las poblaciones de la DPR y la LPR combinadas representan un porcentaje de la población total del Donbass.

El reconocimiento de un Estado-nación es aparentemente un acto político, que aclara la postura oficial del Estado-nación (o de los Estados-nación) que otorga ese reconocimiento. En este caso, Rusia estaba declarando a la comunidad internacional que apoyaba el derecho a la independencia de la RPD y la RPL. Ambos nuevos estados han cumplido los criterios de reconocimiento según el derecho internacional. Por supuesto la decisión de no reconocerlos es igualmente un acto político.

En 1992 Estados Unidos y la Comunidad Europea "reconocieron" la independencia de Bosnia-Herzegovina sin declarar a Bosnia-Herzegovina como Estado independiente. Lo que siguió fue el bombardeo de Estados Unidos (y más tarde de la OTAN), así como el entrenamiento, armamento y equipamiento de extremistas islámicos, todo ello como parte de un esfuerzo concertado para balcanizar toda la región europea antes llamada Yugoslavia.

Asimismo Rusia reconoce la independencia de las nuevas repúblicas unitarias de la RPD y la RPL, pero no las ha declarado Estados independientes. Tras el reconocimiento de su estatus Rusia lanzó un ataque militar contra Ucrania. A decir verdad, ni las acciones rusas ni las de EEUU y la OTAN muestran un especial respeto por el derecho internacional.

Las palabras de Biden no fueron más que propaganda. Su interpretación jurídica fue, en el mejor de los casos, incompleta. También lo fue la de Putin cuando afirmó que la acción militar rusa se ajustaba al artículo 51 de la Carta de la ONU, que dice:

Ninguna disposición de esta Carta menoscabará el derecho inmanente de legítima defensa individual o colectiva en caso de ataque armado contra un Miembro de las Naciones Unidas. No se ha lanzado un ataque armado contra Rusia y la RPD y la RPL no son miembros de las Naciones Unidas. La cita del artículo 51 por parte de Putin no legitima las acciones militares rusas según el derecho internacional ¿Y qué? Las reclamaciones y reconvenciones sobre el derecho internacional no son más que intentos de las potencias militares mundiales de obtener apoyo público para sus guerras. Combinadas con la propaganda y la censura, estas afirmaciones convencen a una parte de la gente en algún momento. Los acuerdos bilaterales supuestamente vinculantes entre los Estados-nación, la Carta de la ONU y las decisiones de los tribunales y tratados internacionales forman el llamado derecho internacional. A menos que esta supuesta "ley" se aplique de forma equitativa y justa, no es ley. Los Estados-nación como Estados Unidos, Reino Unido, los Estados miembros de la UE y Rusia utilizan el derecho internacional simplemente como arma de conveniencia para justificar la matanza y la mutilación de seres humanos o para reprender a otros Estados cuando la matanza no se ajusta a sus objetivos. Esta es la realidad del "derecho internacional" nominal. No es ninguna ley. Exactamente lo mismo puede decirse de la "moralidad" que muestran la mayoría de los que ahora pontifican sobre la acogida de los refugiados ucranianos "con los brazos abiertos". Esto parece deberse o bien a la ignorancia o bien a la aceptación del desmesurado concepto de relativismo moral. Mientras señalan con orgullo su virtud moral en relación con Ucrania, no han dicho nada sobre el horror que sigue desarrollándose en Yemen, respaldado sin reservas por la alianza occidental liderada por Estados Unidos que siguen apoyando. Al igual que la ley aplicada injustamente no es ninguna ley, la moral que elige una causa, mientras ignora el sufrimiento en otros lugares, no tiene ningún valor.

Gas, gas, gas

Cuando Barack Obama se convirtió en el 44º presidente de EEUU en 2009, Rusia había estado utilizando su influencia económica como mayor productor de crudo y segundo de gas seco (dry gas, https://www.britannica.com/science/dry-gas ) del mundo, para hacer frente al expansionismo de la OTAN. Ucrania era el principal centro de tránsito de los gasoductos rusos hacia Europa, pero era políticamente inestable.

Las divisiones políticas en Ucrania, ampliamente pro-UE y anti-rusa por un lado y pro-rusa y anti-UE por el otro, se convirtieron en el foco de un tira y afloja por la influencia europea entre Estados Unidos y Rusia. El gobierno de Obama quería mantener la alianza transatlántica, lo que permitía el dominio de Estados Unidos y la cohesión de la OTAN en Europa, mientras que la camarilla de Putin pretendía aumentar el control ruso del mercado energético europeo para reforzar la seguridad rusa y debilitar a la OTAN. Por su parte la jerarquía de la UE estaba ansiosa por establecer su bloque como una superpotencia militar independiente. El Tratado de Lisboa de 2007 entró en vigor en diciembre de 2009, creando efectivamente la Unión Europea y su Política Común de Seguridad y Defensa. La UE pudo entonces llevar a cabo una unión militar de defensa, socavando potencialmente el control de Estados Unidos y reforzando el control de la UE sobre la OTAN. Rusia declaró abiertamente su apoyo a Yanukovich en las elecciones presidenciales ucranianas de 2010. Su acceso a los oleoductos ucranianos y la conservación de su base naval de Sebastopol eran cruciales para sus intereses (y en gran medida para los de la UE). A cambio de gas ruso subvencionado por debajo del mercado, el gobierno de Yanukovich prorrogó el contrato de arrendamiento de Sebastopol hasta 2042, lo que provocó enfrentamientos físicos en la Rada Suprema. En 2011 Rusia y Alemania inauguraron el primer gasoducto Nord Stream, que discurre bajo el mar Báltico y suministra gas ruso a Alemania. El Nord Stream 1 va de Vyborg a Greifswald. El propuesto Nord Stream 2 irá desde Ust-Luga. El objetivo de los gasoductos Nord Stream era permitir a Rusia vender gas mucho más barato a la UE a través de Alemania, eliminando al mismo tiempo la dependencia, tanto de la UE como de Rusia, del 80% de los precarios gasoductos ucranianos. Por razones obvias este objetivo contaba con un amplio apoyo entre otros Estados miembros de la UE. Sin embargo los oleoductos Nord Stream no interesaban a Estados Unidos. En consecuencia su objetivo de política exterior eran detener el Nord Stream 2 (que duplicaría el flujo de gas de los gasoductos desde Rusia a Europa) e instalar un gobierno ucraniano favorable a las exigencias de Washington. Si EEUU pudiera romper la floreciente relación comercial de la UE con Rusia, no sólo aseguraría el dominio de EEUU sobre Europa, tanto en términos económicos como de defensa colectiva, sino que también abriría el mercado de la UE a las exportaciones de gas natural licuado (GNL) de EEUU, que son más caras… una ventaja añadida.

En un principio, Estados Unidos agasajó al gobierno de Yanukovich con la esperanza de convencer a Ucrania de que se uniera a la OTAN y a la UE. La entonces secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton fue enviada a Kiev, donde mantuvo conversaciones con Yanukovich. Entre sus comentarios:

Discutimos las formas en que Ucrania y Estados Unidos pueden profundizar y ampliar su asociación estratégica [...] Esperamos que Ucrania mantenga relaciones estrechas y constructivas con Estados Unidos y los países de la Unión Europea [...] Hemos hablado de la reforma energética y de su potencial para transformar a Ucrania en un productor de energía y para hacerla más eficiente [...] También hemos hablado de la importancia de proteger la democracia de Ucrania [...] Agradecemos a Ucrania y al pueblo ucraniano su importante contribución a la OTAN y a otras operaciones de seguridad internacionales.

La diplomacia fracasó. A pesar de la retórica sobre la "protección de la democracia ucraniana", Estados Unidos recurrió a métodos claramente antidemocráticos cuando decidió respaldar un golpe de Estado en Ucrania. Para lograr este objetivo Estados Unidos empoderó a las fuerzas más oscuras de la política ucraniana: los neonazis.

https://in-this-together.com/ukraine-war-part-2/

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