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sábado, 23 de abril de 2022

(III) Iain Davis (22 de febrero de 2022) Tecnocracia: El vigente nuevo orden internacional basado en reglas

 


Como tal, Soros se encontraba entre los "líderes de pensamiento" políticos, financieros y empresariales mundiales que alentaron la modernización de China. En una entrevista de 2009 con el Financial Times, dijo:

"Creo que se necesita un nuevo orden mundial en el que China forme parte del proceso de creación y en el que tenga que participar. Tienen que adoptarlo del mismo modo que, digamos, Estados Unidos adopta el consenso de Washington [...] Es necesario un descenso del valor del dólar para compensar el hecho de que la economía estadounidense seguirá siendo bastante débil [...] China será el motor que lo impulse y Estados Unidos será en realidad un lastre arrastrado por un descenso gradual del valor del dólar".

Años más tarde la administración estadounidense de Trump (de 2016 a 2020) adoptó lo que parecía ser una postura agresiva contra China. En particular la supuesta preocupación era el déficit comercial de Estados Unidos respecto de China (de hasta $ 500 billones -anglosajones- anuales). Se produjo una guerra comercial y se intercambiaron aranceles.

Hablando en Pekín en 2017 el entonces presidente Trump dijo:

"Estados Unidos tiene un enorme déficit comercial anual con China […] de cientos de miles de millones de dólares cada año. Las estimaciones llegan a 500.000 millones de dólares al año. Debemos abordar inmediatamente las prácticas comerciales injustas que impulsan este déficit, junto con las barreras para el éxito del mercado. Realmente tenemos que mirar el acceso, la transferencia forzada de tecnología y el robo de propiedad intelectual, que simplemente, por sí mismo, está costando a los Estados Unidos y sus empresas al menos 300 mil millones de dólares al año."

La administración Trump se quejó amargamente de las llamadas transferencias tecnológicas forzadas (FTT, forced tecnological transferences) estipuladas por China a cambio del acceso a su mercado. A propósito de la supuesta guerra comercial entre los líderes del actual IRBO y China, el think tank CFR (Council on Foreign Relations) fue uno de los que criticó el aparente proteccionismo de China y el sugerido robo de propiedad intelectual. Estas acusaciones y la declarada hostilidad comercial parecían ser poco más que una distracción diseñada para el consumo público occidental. En realidad tanto los acuerdos públicos como los privados con China, se construyeron sistemáticamente sobre los acuerdos del Forced Technology Transfer (FTT).

En 2018 la administración Trump comenzó a imponer aranceles de hasta el 25% a las importaciones procedentes de China. Los chinos no tardaron en responder. Como el mayor acreedor individual de Estados Unidos, recientemente eclipsado por Japón, Estados Unidos corría el riesgo de que China se deshiciera de billones de dólares del tesoros estadounidenses, una opción nuclear en términos económicos, que también significaría enormes pérdidas para China. Aunque en 2019 se logró una pequeña reducción del déficit comercial de EEUU con China, las tensiones comerciales globales aumentaron el déficit de EEUU con el resto del mundo. Al comienzo de la pseudopandemia, el déficit comercial global de EEUU no había cambiado. En 2020, alcanzó máximos históricos. Durante la caída de la FDI (foreign direct investment) en 2020, los únicos que ganaron inversión fueron China e India.

Además de aprobar continuamente las transferencias de tecnología, las principales naciones del IRBO habían incrementado significativamente durante el mismo período, su relación de investigación más desarrollo (I+D, R&D, research and development) con China. Independientemente del circo mediático de Trump, un informe de 2019 del Banco Mundial, que hace referencia a las inversiones público-privadas en I+D de las naciones occidentales hacia China, señaló:

"Los gobiernos de otros países de altos ingresos han apoyado tecnologías e industrias específicas, en particular dirigiéndose a la investigación y el desarrollo (I+D). En Estados Unidos, organismos gubernamentales como la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) del Departamento de Defensa y los Institutos Nacionales de Salud proporcionaron una financiación fundamental para tecnologías clave. [...] Estas políticas se complementan con el apoyo a tecnologías e industrias facilitadoras clave (como la espacial, la de defensa, la automovilística y la siderúrgica) a través de diversos fondos, como los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos (cinco fondos por valor de más de 450.000 millones de euros) y Horizonte 2020 (77.000 millones de euros para 2014-20)".

El gobierno chino ha declarado abiertamente su intención de que China se convierta en una superpotencia manufacturera. La degradación de la influencia de Estados Unidos y el refuerzo de la de China se han incorporado a la política económica e industrial exterior de Occidente y a las estrategias de inversión de las empresas multinacionales durante más de una generación. Es difícil ver cómo se ha "forzado" a cualquier nación actual de la IRBO, o corporación occidental, a compartir tecnología o derechos de propiedad intelectual en contra de su voluntad.

Aunque los medios de comunicación y los políticos occidentales alegaron insistentemente que China estaba actuando contra la IRBO, está claro que eso no es cierto. Los Estados occidentales y sus socios corporativos, estaban plenamente involucrados en un proceso de modernización de China y de transformación del orden internacional.

En respuesta al anuncio de China en 2015 de la estrategia "Made In China 2025", Klaus Schwab dijo que China se convertiría en "el líder de la cuarta revolución industrial". Esto es tal y como lo planearon Soros y sus compañeros de la Trilateral.

El FEM y no los gobiernos nacionales, ha sido el principal defensor de la cuarta revolución industrial (4IR). Con China claramente establecida como el "motor" que impulsa la transformación tecnológica global y Rusia liderando la regulación, es evidente que a pesar del ruido de sables de los políticos, los gobiernos y las corporaciones occidentales han sido cómplices voluntarios.

China: El primer Tecnato del mundo

La tecnocracia es un sistema de gobierno dictatorial basado en la asignación de recursos. En 1938, la revista Technocrat la describió de la siguiente manera:

"La tecnocracia es la ciencia de la ingeniería social, el funcionamiento científico de todo el mecanismo social para producir y distribuir bienes y servicios a toda la población de este continente. Por primera vez en la historia de la humanidad se hará como un problema científico, técnico, de ingeniería. No habrá lugar para la política o los políticos, las finanzas o los financieros, los chanchullos o los chantajes. La tecnocracia afirma que este método de funcionamiento del mecanismo social del continente norteamericano es ahora obligatorio porque hemos pasado de un estado de escasez real al estado actual de abundancia potencial en el que ahora estamos sujetos a una escasez artificial forzada para continuar con un Sistema de Precios que puede distribuir los bienes sólo por medio de un instrumento de intercambio. La tecnocracia afirma que el precio y la abundancia son incompatibles; cuanto mayor sea la abundancia, menor será el precio. En una abundancia real no puede haber ningún precio. Sólo si se abandona el control de los precios, que interfiere y se sustituye por un método científico de producción y distribución, se puede lograr la abundancia. La tecnocracia distribuirá mediante un certificado de distribución disponible para cada ciudadano desde el nacimiento hasta la muerte. El Tecnoestado abarcará todo el continente americano desde Panamá hasta el Polo Norte, porque los recursos naturales y la frontera natural de esta zona la convierten en una unidad geográfica independiente y autosuficiente" (The Technocrat - Vol. 3 - No. 4 - September 1937 https://archive.org/details/TheTechnocrat-September1937 ).

Al igual que el feudalismo, la distribución de los recursos está controlada por una autoridad centralizada, que reparte el acceso a los recursos en función del comportamiento de los ciudadanos. Este es el método de "crédito social" preferido para el control de la población en China. Un número cada vez mayor de ciudadanos chinos necesita una buena puntuación de crédito social para poder acceder a los recursos y a la sociedad. Todo el sistema está administrado por planificadores centrales dentro de un organismo político subordinado al Consejo de Estado llamado Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (National Development and Reform Commission, NDRC https://en.wikipedia.org/wiki/Ministries_of_the_People%27s_Republic_of_China, https://en.wikipedia.org/wiki/National_Development_and_Reform_Commission ). Supervisan una operación de extracción, recopilación y análisis de datos a una escala inmensa. Sin ninguna supervisión democrática, la tecnocracia en China estipula que el pueblo confía en los edictos de los tecnócratas. Se les exige que crean o al menos declaren públicamente que las decisiones se toman en interés del bien común. Si no lo cumplen, el Tecnato puede utilizar sus sistemas de vigilancia para identificar a los infractores y castigarlos por su comportamiento egoísta.

En su documento de 2014 Planificación de un Sistema de Crédito Social (Planning A Social Credit System, https://archive.ph/Z0H0W ), la República Popular China (RPC) habló de su intención de "construir un entorno de crédito social de honestidad, autodisciplina, fiabilidad y confianza mutua." Anunciaron:

"Nuestro país se encuentra actualmente en un periodo clave de transformación económica y social. Las entidades interesadas están más diversificadas [...] las formas de organización y gestión social están experimentando profundos cambios. Avanzar ampliamente en el establecimiento de un sistema de crédito social es un método eficaz para fortalecer la solvencia de la sociedad, promover la confianza mutua en la sociedad y reducir las contradicciones sociales y es un requisito urgente para fortalecer e innovar en la gobernanza social. [...] El establecimiento de un sistema de crédito social es una base importante para aplicar de forma integral el punto de vista científico del desarrollo. [...] Acelerar y avanzar en el establecimiento del sistema de crédito social es una importante condición previa para promover la asignación optimizada de recursos".

Este es el epítome de la tecnocracia. Es un monocultivo en el que todos están al servicio del estado tecnocrático. El sistema de crédito social en China tiene dos ramas. Tanto los ciudadanos individuales como las empresas reciben una calificación basada en la agregación y el análisis de los datos recogidos de sus vidas y prácticas empresariales. Aproximadamente el 80% de las provincias chinas han puesto en marcha algún tipo de sistema de crédito social. Aunque todavía están en fase de desarrollo, los sistemas de vigilancia y control individual están más extendidos en las ciudades. Las personas pueden ser incluidas en una "lista negra", que limita sus libertades, o en una "lista roja" que les permite participar en la sociedad de la manera que el Tecnato considere adecuada. Los castigos incluyen la denegación de acceso al transporte público, la denegación de pagos, la vergüenza pública o la restricción de las oportunidades de empleo.

A nivel nacional la atención se ha centrado en la construcción del Sistema de Crédito Social Corporativo (CSCS, Corporate Social Credit System). Millones de empresas en China están obligadas a demostrar su compromiso con el bien común, tal como lo define el Tecnato. Mientras lo hagan, se les permitirá prosperar. Si no obedecen, no lo harán. Por numerosas razones, exploradas por el profesor Liu Yongmou en Benefits of Technocracy in China, el sistema político chino se prestó a la creación del primer Tecnato del mundo:

"Hoy en día en China existe una actitud más favorable hacia la tecnocracia que en otros lugares. [...] En la medida en que se trata de cientificismo aplicado a la política, los chinos tienden a tener una actitud positiva hacia la tecnocracia. [...] La tecnocracia también encaja con la tradición china de la política de élite y el ideal, para referirse a una frase de Confucio, de "exaltar a los virtuosos y a los capaces". [...] el conocimiento era más importante que la representación de los intereses de los gobernados. [...] Con el trasfondo de la herencia china de una larga cultura feudal, la tecnocracia es una forma mejor de afrontar los problemas sociales que la política autoritaria divorciada de los conocimientos técnicos".

El FEM, la Comisión Trilateral y otros grupos de reflexión del G3P han fomentado el desarrollo necesario para que la CNDR del Consejo de Estado de la RPC construya el floreciente Tecnato. La inversión extranjera y la infusión de tecnología, procedente de las actuales naciones líderes de la OCDE, ha llevado a China a una posición en la que proporcionará el impulso económico, político y cultural para un nuevo orden mundial.

La tecnocracia, tal y como se ha puesto a prueba en China, se está extendiendo ahora por todo el mundo. La soberanía y las libertades individuales, la supuesta base moral de la actual IRBO, están siendo sustituidas por un compromiso con la eficiencia y la gestión de los recursos en interés del "bien común". En Occidente, lo conocemos como "desarrollo sostenible".

Un sistema así es perfecto para los que quieren ejercer un poder autocrático supremo, que es precisamente la razón por la que el G3P (GPPP, Global Public-Private Partnership https://en.wikipedia.org/wiki/Global_public-private_partnership ) ha deseado durante mucho tiempo instalar la tecnocracia a nivel mundial. Es la razón por la que han ayudado a la construcción de un Tecnato en China. La nueva IRBO será dirigida por el tecnócrata y estará al servicio de la Asociación Global Público-Privada.

La tecnocracia: Un sistema operativo para la nueva IRBO

La nueva IRBO no tiene nada que ver con los principios democráticos representativos. Está totalmente alejada de conceptos como la libertad de palabra y de expresión, la responsabilidad democrática, la libertad de prensa, la libertad de circulación y evita todos los derechos inalienables. Se basa en una fusión entre el estado político y las corporaciones globales. Recientemente hemos visto cómo esto se ha puesto en práctica de forma devastadora en una nación de los Cinco Ojos, Canadá. El 14 de febrero de 2022, en respuesta a las protestas del Convoy de la Libertad de los Camioneros, que se estaban llevando a cabo en todo el país, la viceprimera ministra canadiense y ministra de Finanzas, Chrystia Freeland, declaró que el gobierno había decidido arbitrariamente "ampliar el alcance de las normas canadienses contra el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo". Empezando por las plataformas de financiación colectiva y de pago, incluidas las bolsas de criptomonedas, se exigió a las empresas privadas que informaran al gobierno de todas las transacciones "sospechosas". Esto progresó rápidamente hasta la congelación de las cuentas bancarias de los manifestantes. Freeland dijo que las corporaciones privadas estaban "colaborando adecuada y eficazmente".

Así es precisamente como está diseñado el modelo tecnocrático de crédito social de China. Aquellos que cuestionen la autoridad del G3P serán aplastados. Chrystia Freeland es miembro del Consejo del Foro Económico Mundial. Como se ha mencionado anteriormente, esta síntesis gobierno-corporación se hace eco del Estado fascista descrito por Mussolini. En particular, el uso de la tecnocracia para gestionar el comportamiento, tanto del individuo como de las empresas encarna los principios que él describió:

"El Estado fascista pretende gobernar en el campo económico no menos que en otros. [...] El Estado fascista organiza la nación, pero deja al individuo un margen de maniobra adecuado. Ha recortado las libertades inútiles o perjudiciales preservando las esenciales. En estos asuntos el individuo no puede ser el juez, sino el Estado". La tradición democrática de los individuos soberanos, que ejercen sus derechos y se unen para perseguir sus intereses comunes, es lo que el gobierno británico llama "déficit democrático". Su intención, con la propuesta de su nueva Carta de Derechos, es permitir a los que cumplen con sus diktats algo de "margen" para vivir una existencia relativamente "normal". Sin embargo, al definir lo que es de "interés público general", recortarán las libertades que consideren inútiles o perjudiciales. "El individuo no puede ser el juez, sino sólo el Estado". Por ejemplo, en las notas explicativas de la inminente Ley de Seguridad en Línea, el gobierno británico anunció: "El proyecto de ley de seguridad en línea establece un nuevo régimen regulador para hacer frente a los contenidos ilegales y perjudiciales en línea, con el objetivo de prevenir el daño a las personas". El proyecto de ley actual define lo que el gobierno considera misinformation (información falsa) o disinformation (información engañosa) como "contenido perjudicial para los adultos". La libertad de expresión en línea quedará anulada de hecho por la próxima legislación. El Estado británico no permitirá a los usuarios de las redes sociales compartir ninguna información sin la aprobación oficial. Esto es equivalente a la situación actual en China.

Al igual que el CSCS (Corporate Social Credit System) de China, en la reciente cumbre COP26 (2021 United Nations Climate Change Conference), el presidente de la Fundación para las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF, International Financial Reporting Standards, IFRS), Erkki Liikänen, anunció la creación del Consejo de Normas Internacionales de Sostenibilidad (International Sustainability Standards Board, ISSB). Este organismo supervisará las normas contables para las empresas de todo el mundo, que deberán presentar su información sobre sostenibilidad para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

El ISSB afirma:

"Los inversores internacionales con carteras de inversión globales, exigen cada vez más que las empresas presenten informes de alta calidad, transparentes, fiables y comparables sobre el clima y otras cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza (ASG). [...] La intención es que la ISSB ofrezca una base global completa de normas de divulgación relacionadas con la sostenibilidad, que proporcione a los inversores y a otros participantes en el mercado de capitales información sobre los riesgos y las oportunidades de las empresas, relacionadas con la sostenibilidad, para ayudarles a tomar decisiones informadas".

Las normas del ISSB exigen que las empresas se comprometan con los ODS y que las inversiones se califiquen utilizando las métricas de capitalismo de partes interesadas del FEM. Estas métricas asignarán una calificación medioambiental, social y de gobernanza (ESG, environmental, social and governance) a las posibles inversiones. Cualquier empresa que desee obtener capital necesitará una buena calificación ESG.

Se podría imaginar que las empresas multinacionales se opondrían a estas regulaciones adicionales. Sin embargo, al igual que con el sistema CSCS en China, aquellos que trabajen en colaboración con el gobierno tendrán muy buenos resultados con este acuerdo. En 2019 el enviado especial de la ONU para la acción climática y la financiación, Mark Carney, dijo: "Las empresas que no se adapten (incluidas las del sistema financiero) quebrarán sin duda. [Pero] se harán grandes fortunas por este camino, alineado con lo que quiere la sociedad".

El G3P decreta "lo que la sociedad quiere", al igual que sus activos gubernamentales determinan lo que es de "interés público general". Al fomentar la asociación de trabajo entre el Estado y la empresa, como todos los buenos tecnócratas los líderes del G3P pueden asegurarse de que los que son leales a ellos y a su agenda prosperarán, mientras que los que no lo son fracasarán. En respuesta al anuncio de Liikänen, el Ministerio de Finanzas chino se ofreció a acoger el ISSB. Este control centralizado sobre los negocios y la economía ejemplifica la tecnocracia que el G3P ha cultivado en China. El Ministro de Finanzas, Liu Kun, dijo: "Desarrollar un único conjunto de normas de sostenibilidad de alta calidad, comprensibles, ejecutables y aceptadas mundialmente por el ISSB es de gran importancia". El desarrollo de una autoridad de gobierno mundial y el establecimiento de la agenda política en todas las esferas del quehacer humano, ha sido el objetivo del G3P durante generaciones. La tecnocracia les permitirá gestionar la transición mundial hacia ese sistema y la tecnocracia será el instrumento a través del cual impondrán su dominio.

El elemento clave para que la tecnocracia tenga éxito es la reforma del sistema monetario. En 1934 Scott y Hubbert propusieron que los "certificados de energía" sustituyeran al dólar. Buscaban una forma de utilizar el dinero como medio de vigilancia y de control del comportamiento de los ciudadanos.

China realizó pruebas operativas de su versión de moneda digital del Banco Central (yuan digital, e-RMB, electronic Renminbi) en la ciudad de Shenzhen, en 2020. Desde entonces afirma haber realizado transacciones por valor de miles de millones de dólares utilizando el e-RMB. El Banco Popular de China ya ha emitido su monedero digital (e-CNY, Digital Yuan ECNY) tanto para dispositivos Android como iOS (https://es.wikipedia.org/wiki/IOS ). China y Rusia están en la vanguardia de la carrera por introducir la moneda digital del banco central (CBDC) a nivel mundial. Recientemente, el Bank of America afirmó que una CBDC estadounidense era "inevitable", ya que la Reserva Federal de EEUU exploraba la posibilidad. El Banco de Inglaterra y el Banco Central Europeo están estudiando la posibilidad de introducirla y el Banco de Rusia lleva cierta ventaja, ya que lanzó su proyecto piloto de CBDC en junio de 2021.

Las CBDC son un pasivo de los bancos centrales (siempre es su dinero, no el de los usuarios) y es programable. Esto significa que el banco central emisor puede permitir o denegar las transacciones en el punto de pago.

En un mundo CBDC, los socios de G3P, como el gobierno canadiense, no necesitarán extender una legislación opresiva para confiscar las cuentas bancarias de los manifestantes. Simplemente desactivarán su capacidad de comprar cualquier cosa. La BBC insinuó el tipo de impacto que esto tendría en la sociedad: "Los pagos podrían integrarse en los electrodomésticos o en las cajas de las tiendas. Los pagos de impuestos podrían dirigirse a HM Revenue and Customs en el punto de venta [...] los contadores de electricidad pagarían directamente a los proveedores [...] permitiendo pagos como el de unos pocos peniques cada vez, al leer los códigos de los artículos individuales".

La apreciación de la BBC apenas se refiere al grado de control que la CBDC proporciona a los tecnócratas de G3P. Si el CBDC se convierte en la única forma de moneda disponible para nosotros, no tendremos dinero propio. Todo el dinero será controlado por los Bancos Centrales del G3P. Ellos decidirán lo que se nos permite comprar con sus CBDCs. Mientras que la tecnocracia era un sueño imposible en la década de 1930, hoy es eminentemente alcanzable. Tal y como previó Brzezinski, ahora existe la capacidad tecnológica necesaria.

Cuando Klaus Schwab y George Soros dijeron que China sería el motor de la nueva IRBO y la líder de la 4ª Revolución Industrial, no querían decir que China se convertiría en el centro de una hegemonía política, como lo ha sido Estados Unidos. Más bien China es el ejemplo de la tecnocracia, que proporciona un modelo operativo para el nuevo sistema mundial. junto con el crecimiento económico supuestamente necesario. Este nuevo IRBO es el orden mundial diseñado por el G3P. Se trata de una tecnocracia global neofeudal y tecnofascista dirigida por una red mundial de intereses privados. Los gobiernos que elijamos aplicarán la agenda política del G3P. La tarea de los medios de comunicación, que son a la vez socios y propagandistas del G3P, es convencernos de que lo aceptemos. Nuestra tarea es asegurarnos de aceptarlo.

Autor: Iain Davis

Iain Davis es un periodista de investigación independiente, bloguero y autor residente en Portsmouth (Reino Unido). Su objetivo es dar a conocer a los lectores pruebas de las que no suelen informar los llamados medios de comunicación convencionales. A través de sus escritos espera fomentar el cuestionamiento de la autoridad y estimular el debate público. Colaborador habitual de UK Column, el trabajo de Iain ha aparecido en Corbett Report, OffGuardian, Lew-Rockwell, Zero Hedge y otros medios de comunicación independientes. Lea más artículos suyos en su blog: https://in-this-together.com

https://unlimitedhangout.com/2022/02/investigative-reports/technocracy-the-operating-system-for-the-new-international-rules-based-order-1/

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